II

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Ya arriba, después de subir las escaleras, se pusieron detrás de la fila en espera que de los atendieran. Aunque la fila era larga, atendían rápido.

Una morena de quizás un metro sesenta tomó la orden de los jóvenes.

—¿Que se van a servir? - preguntó.

Chad miró a su amigo y este se encogió de hombros.

—Dos chocolates calientes.

La muchacha pidió los nombres y los escribió en dos vasos blancos. Pagaron y esperaron a que los llamaran en una clase de sofá que se encontraba frente a la caja.

—¿Pasa algo? -interrogó Chad. Notaba algo diferente en su amigo.

Kyle no respondió.

—¿Rompiste con Rae?

Kyle asintió.

—Ay, Kyle. - dijo en un suspiro.

Chad escuchó su nombre junto con el de su amigo: sus chocolates estaban listos.
Fue hacia ellos y volvió a la mesa junto con azúcar.

Leo vertió el azúcar en su bebida y lentamente la revolvió.

—No puedes estar así todo el día -dijo Chad después de tomar un sorbo de chocolate, y agregó dirigiéndose a su bebida: - le falta azúcar a esto.

—¿Y cómo quieres que esté? —preguntó, dejando su palo con el que revolvía de lado.

Chad mantuvo silencio.

Junto con el último sorbo de su chocolate, Kyle preguntó:

—¿Nos vamos ya?

Su amigo asintió.

Starbucks Coffee [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora