Karma

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Alid.

Fui con mi coche a casa para ducharme y cambiarme de ropa e ir al trabajo más tarde que Jesús para que nadie sospechara.

Al llegar el estaba más sonriente que de costumbre y las chicas me ignoraban.

Él se acercó a mí.

-Tranquilo, no he dicho nada, es Alisson que va contando por ahí que lo hiciste con ella, a cambio de una falsa promesa.- tenía una media sonrisa.

-Bueno, es así, si no le prometes algo, no harían nada.

-Pues no eres feo como para rechazarte si no hay dinero.

-Tienes buenos ojos.- sonreí con orgullo.

Miró a un lado y se marchó como si nada hubiera pasado. Miré donde él, ahí estaba mi padre.

-Hola hijo, no dormiste anoche en casa.

-Ah, necesitaba tomar el aire, me la pasé el día durmiendo por la tarde.
-¿Estás bien?

-Ronna me prometió que cenaría conmigo...

-Como tú prometes dinero que no tenemos a esas pobres empleadas que llevas a casa. Ellas no están enamoradas, bueno sí: del dinero.
Lo que quiero es, presentarte al karma.- miré al suelo, tenía razón.
Mi padre se fue diciendome "te dejaré pensarlo", yo sólo asentí.

Todo lo que yo les hice, me ha pasado. Alisson, Nati, Rubí...

Debía recomprensarlas, ¿no?

Pedí a Jesús que me sustituyera un rato, total, es martes y casi nadie va por la mañana. Salí a una tienda de al lado.

La tienda contenía de todo, desde joyas hasta comida. Miré mi dinero que me quedaba: setenta euros.

Alisson siempre lleva joyas diferentes, seguro le gustan. Le compré una gargantilla plateada con una A de cristal negro. Me costó ocho con cincuenta.

Luego recordé a Natalia, le gustaba vestirse provocadoramente, pero ropa interior no es algo que deba comprarle. Encontré un pantalón negro ajustado. Elegí una talla que supuse que a ella le iría bien.

Rubí siempre estaba comiendo algo, aprovechado su cualidad de comer y no engordar. Fue la mas fácil, un surtido de dulces y listo.

Así con dos chicas más, luego lo separé en bolsitas de colores y lo llevé.

Llegué al trabajo y allí seguían todos los empleados y era hora del descanso.

-Olle, te e cubierto una hora... ¿Qué traes ahí?- me decía Jesús siguiéndome.

-Luego te lo cuento, tengo prisa.

Andé hasta llegar junto a las siete empleadas. Todas me miraron con desprecio.

-Esperad, no os valláis, tengo algo para vosotras.

-¿Más dinero falso, Alid?- dijo Rubí.

-No, esperad. Toma.- le dí a Rubí lo suyo, puso una cara más alegre y repetí lo mismo con las demás.

-Quiero pedir disculpas a todas por lo que prometí, no pueden subiros el sueldo, eso no está en mi mano, pero sí puedo gastar el mío para compensar algo.- todas se miraron entre sí y pusieron cara más amable. Miraron los regalos.

-Vaya, que bonito el colgante... gracias.- Rubí ayudó a Alisson para ponérselo.-¿Esos no son tus dulces favoritos, Rubí?

-Siiii.- Abrió uno y se lo comió de dos bocados.

Natalia miró sus medias, seria se fue al baño y volvió contenta.

-¡Me encantan!

Todas quedaron contentas con los regalos. Cuando me giré, vi a mi padre sonreírme desde el marco de la puerta de su oficina.

Cuando salí del trabajo, me encontré con Jesús.

-Qué detalle tuviste con las chicas, ¿no?

-No era para menos, las molesté mucho.

-¿A mí no me molestaste?

-No, pero sabía que querrías un regalo.

-¿Y tengo?

-Sí.

-¡Biiieeen!- Se quedó mirándome un rato.

-¿Qué?

-Dámelo

-¿El qué?

-Mi regalo.

-Toma.- le di la caja rosada alargada, parecía de zapatos y la abrió.

-¿Quieres que lo use contigo?

-Y con nadie más, Jesús, ¿saldrías conmigo?

-Si vamos a mi cuarto a provar esto sí.- Ambos reímos.

N/A: Losiento, lectores, debido a los exámenes, el internet, la familia y todo lo que necesita realizar un ser humano, no pude escribir en bastante tiempo. Hos recompenso con un capítulo largo. GRACIAS por seguirme y ésto pasará más amenudo.

¿Hetero, homosexual o bisexsual?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora