—Dame tus manos, ángel —susurró Harry, notando mi incomodidad—. No te avergüences. Tú eres el que me hace sentir de esta manera.

—Oh —murmuré, sus grandes manos agarrando la mía.

—No voy a sacarme mis bóxers esta noche, si no estás lista —dijo Harry con voz ronca— Pero eso no significa que no tienes que hacer nada.

—¿De qué otra forma puedo ayudarte? —pregunté, mirándolo como un cachorro perdido.

—¿Quieres tocarme? —inquirió Harry, apoyando mi mano sobre su gran polla. Sentí la contracción, Harry sonriendo hacia mí— Sólo frota, bebé. Juega con él.

—Yo-oh —tartamudeé de una manera confusa.

Me arrodillé y lentamente comencé a sobarlo a través de la tela de algodón. Vi a Harry recostando su cabeza hacia atrás mientras se apretaba sus ojos cerrados. Le froté el bulto, viendo como sus labios se separaban y él gemía de placer. Quería hacer algo más que sobarlo a través de sus bóxers.

Quería de manera insana ver de lo que todas las chicas cuchichean en la escuela. Siempre hablan de lo increíble que se siente y cómo jugaron con él. Estoy bastante segura de que los penes no son juguetes, son para ayudar a reproducir.

—¿Harry? —sonsaqué y detuve mis movimientos.

—¿Sí? —él contestó con voz temblorosa.

—Y-Yo quiero hacer más que esto —contesté en voz baja.

—¿Qué quieres decir? —Harry preguntó con las cejas fruncidas.

—Sólo... —Hice una pausa y bajó la mirada hacia el suelo en la timidez— Quiero tus bóxers fuera. Quiero ver cómo luce eso.

Sabía en mi mente que esto era demasiado arriesgado para mí, pero ¿cómo evitarlo? Harry se estaba apoderando de mí y me hizo sentir cosas más en menos de veinticuatro horas que lo que había sentido en mis enteros dieciséis años de vida.

—Entonces quítamelos, muñeca. —Harry sonrió.

Asentí y lentamente envolví mis manos alrededor de la banda de sus boxes. Mis manos temblaban de nervios y sentí cómo me ponía húmeda. Empecé a tirar hacia abajo lentamente mientras Harry levantaba sus caderas, permitiéndome jalar abajo la tela de algodón. Vi como su longitud golpeaba contra su estómago, y Harry ahora estaba completamente desnudo delante de mí.

—Oh —interrumpí, mirando con asombro— Oh.

No sabía qué esperar, para ser honesta. Pero el vello púbico perfectamente recortado y la forma en que palpitaba en placer por mi culpa, me hicieron sentir un hormigueo y emoción. Nunca supe que iba a cuestionar todas mis metas en la vida y sexo antes del matrimonio.

Oh, cómo quería que Harry me tocase otra vez.

—Cierra la boca, Evelyn. O si no voy a tener que meter mi polla en tu garganta —Harry amenazó seductoramente. Me sonrojé y miré hacia atrás, sintiendo como mis entrañas se retorcían con lujuria.

—¿Qué quieres hacer con él? ¿Quieres que te ayude? —preguntó Harry.

Asentí con la cabeza; su mano agarró la mía mientras me instruía sobre lo que debía hacer. —Ahora envuelve los dedos alrededor de mí —Harry guió. Asentí obedientemente mientras su mano estaba sobre la mía, empezando a bombearlo lentamente. Vi como él empezó a respirar pesadamente y blasfemias se deslizaban de su boca.

—¿Lo estoy haciendo bien? —indagué y seguí bombeando su longitud con mi pequeña mano.

—Sí —respondió Harry con voz temblorosa mientras que recostaba su cabeza hacia atrás y dejaba salir un fuerte gemido.

Novice [h.s]Where stories live. Discover now