- Te quería decir una cosa- se rasca al nuca, así se pone cuando está nervioso.

- Dime.

- Te quería pedir perdón por aprovecharme de que estabas ayer mal para besarte...

- Ah, no importa Nathan, yo te lo pedí- dije sonriendo.

- Ya... Bueno... ¿Me das un abrazo?

- Claro.

Nathan abrió los brazos y nos fundimos en un profundo abrazo. Me gustaba Nathan, sí, pero como amigo, yo ahora solo tenía ojos para Yayo y se lo tenía que decir, justo cuando me iba a separar de él, oí una voz:

-Eh, tú, apártate de ella- oí una voz masculina que reconocía, Yayo.

Me aparte corriendo de Nathan, Yayo vino hacía mí y me cogió de la cintura.

- ¿Tú quién eres para mandarme que me aleje de ella?- le contesto Nathan.

Y sabía lo que iba a pasar, Yayo no se iba a callar.

- Quien sea yo a ti no te importa- le dijo Yayo mirándolo a los ojos, desafiante.

- Ya, paren- dije.

- No te metas __- me dijo Yayo.

Ag, odiaba esto, odiaba las peleas.

- ¡No le digas que hacer!- dijo Nathan más alto.

Ahora gente de la cafetería nos miraba, estábamos haciendo el ridículo.

- ¡No me digas que hacer tu!- dijo Yayo y me empujo fuera.

Se acercó peligrosamente a Nathan.

- Casi tiras a ___ al suelo- dijo Nathan mirándome.

- Solo la he apartado, jamás le haría daño- dijo Yayo sin mirarme.

- ¿Quién eres?- le dijo Nathan.

- Ya te dije quien sea yo no te importa.

- ¿Te puedes ir? Estaba hablando con ___- le dice Nathan.

Yayo se acercó más.

- Me voy si quiero- dijo Yayo seriamente.

Vi como Nathan unía sus dientes y hacía de sus manos unos puños.

- ¿Qué? ¿Me vas a pegar?- Yayo lo empujo por sus hombros.

Nathan exploto, empujo a Yayo y le pego un puñetazo en la mejilla. Dios, no, se estaban pegando. Yayo no fue menos y le pego otro puñetazo. De repente todos los de la cafetería habían formado un coro a nuestro alrededor. Solo vi golpes y sangre cayendo al suelo.

- ¡PARAR!- chille.

Pero nadie me hacía caso, Nathan cayó al suelo, Yayo le pego unas patadas, Nathan cogió una de sus piernas y lo tiro al suelo, él se subió encima de Yayo empezó a pegarle puñetazos. Yayo lo empujo y se levantó, la pelea no cesaba. Pero de repente el coro se dispersó y apareció un hombre mayor.

- ¿Qué está pasando aquí?- dijo el hombre.

Entonces separo a Yayo y a Nathan, pero se escaparon y se volvieron a pegar, pero el hombre agarro a Yayo por un brazo y lo separo, yo fui corriendo hacía Nathan.

- Señorita lléveselo- me dijo el hombre.

- Pe... Pero- dije mirando a Yayo que tenía la boca sangrando.

- ¡Que se lo lleve!

Entonces con todas mis fuerzas empecé a alejar a Nathan de Yayo, me costaba porque Nathan me empujaba en la otra dirección, hacia Yayo. Pero yo a la fuerza lo saque y lo lleve a mi habitación. Lo senté en mi cama mientras iba al baño a por el botiquín.

- Pero... ¿Cómo se te ocurre?- fui hacía él.

Me arrodille enfrente de él y cogí del botiquín lo necesario para curarle las heridas.

- Me provoco- dijo Nathan mirando al suelo.

- Esto te va a doler un poco- dije.

Le cogió la cara con una mano y con la otra empecé a acercarle el trozo de algodón, Nathan mordió su labio para no gritar. Tenía la nariz sangrado y varios cortes en la mejilla y en los labios.

- ¿Quién era?- me dijo.

No le hice caso, seguí curando sus heridas.

- ___... ¿Quién es?- preguntó.

- Nadie- dije mirando sus labios mientras los curaba.

- ___...- susurro.

- Yayo, es Yayo - dije.

- ¿Y qué tiene que ver contigo?- pregunto.

Mierda, ahora no era el mejor momento para hablar de eso. En su camiseta había sangre ¿suya o de Yayo? ¿O de los dos?

- ___... Ya que estoy hecho polvo, termina de machacarme ahora.

No sé porque se me llenaron los ojos de lágrimas, deje que mi mano cayera y la deje en la pierna de Nathan.

- Es... Mi novio, bueno todavía no me lo ha pedido, pero lo hará- dije sin fuerzas para mirarlo a los ojos.

Nathan no me contesto, levante mi mirada lentamente y le mire a los ojos, me mataba verlo así.

-¿Cuándo pensabas decírmelo? –dijo con lágrimas en los ojos.

Se me rompió el corazón en mil pedazos, Nathan iba a llorar, iba a llorar por mí.

- No lo sé... estaba buscando el mejor momento, además... todo ocurrió ayer.

Y metí la pata hasta el fondo.

- ¿Cuándo me pediste que te besara? ¿Cuándo casi lo hacemos?- dijo apretando sus manos.

- Si...

Veo como la mandíbula de Nathan empieza a temblar, ahora mismo me odiaba por no haberle dicho nada antes.

- Creo que me tengo que ir- Nathan se levantó de mi cama bruscamente.

- No... Nathan, por favor, no te enfades- voy hacia él.

Nathan abre la puerta y sale fuera de mi habitación.

- Adios ___... Ya hablaremos- dice sin mirarme.

- Nathan...- susurro.

Pero ya había desaparecido del pasillo, me sentí mal. Volví a mi habitación y recogí todo lo que había por medio. Había papeles con sangre, sangre de Nathan... Se había peleado, por mí. Me seque dos lágrimas de mis mejillas y de repente sonó mi teléfono. Lo cogí... Yayo.

"Tenemos que hablar. Ven a mi habitación."

Un simple mensaje, pero con esas simples palabras ya adivine que venía algo gordo.

Besos donde no les da la luz *u*


Mundos Opuestos (YayoGutierrez)Where stories live. Discover now