YOUR LOVE IS MY DRUG

YA NO MÁS.

Un mes, solo un mes. Eso podía ser poco para algunos, pero podría ser una eternidad para otros.

Tan solo un mes fue suficiente para que Lapis viviera lo peor y lo increíble era eso, que lo pudo sobrevivir.

En varios momentos trató de quitarse la vida, pero no lo hizo. A pesar de que no tenia noticias de Peridot, siempre tenia la esperanza de volverla a ver.

Un mes, para su mala suerte, el mes había pasado justo el día que es su cumpleaños. Quizá en su casa no lo festejaba con su familia, pero por lo menos era un día en el cual estaba tranquila y podía salir.

Pero este año era claro que no iba a ser así, ese año lo estaba pasando encerrada, lamentándose y en pésimas condiciones.

Estaba totalmente deprimida, todo el mes había estado haciendo "servicio" y como era de esperar, jasper se había sobrepasado. Lapis, literalmente no se podía mover, totalmente estaba destrozada.

Estaba deprimida, se sentía peor que nunca y del pequeño steven no tenia ni siquiera noticias.

Lapis ya no le veía el caso a llorar, nadie le hacia caso. Y todavía faltaba un mes mas para que la sanción terminara, pero eso cambió.

Lapis escuchó la pequeña vocesilla del pequeño, temía que estuviera alucinando, pero cambió cuando vio la puerta abrirse y ver al pequeño niño de cabello negro. Al principio sonrió, pero después su gesto fue de tristeza y se cubrió con las cobijas, no quería que la viera así como estaba.

-¡lapis!-grita el jovencito.- me alegra ver que estés aquí.

-digo lo mismo.-la voz de lapis había perdido ese tono alegre que tenia.- por fin te veo.

-pero si estas cubierta con la cobija.-se acerca a la cama-¿como me vas a ver?

-estaba durmiendo.

-pero ya despertaste.

-pero quisiera seguir durmiendo.

-lapis hace mucho que no nos vemos, que no platicamos. ¿como estuviste en este mes?

-bien.-dice enojada.- ahora vete, que necesito descansar.

-lapis?

jala la cobija y deja descubierta a lapis, la cual solo traía puesta su ropa interior, gracias a dios steven seguía siendo muy inocente.

-lapis...¿¡que te pasó?!-espantado.- ¿¡quien te hizo esto?!

Lapis estaba llena de moretones y rasguños e incluso se podía ver que antes tenia un ojo moro.

-¡steven!-se cubre hasta el pecho.- ¡eso no te importa!

-claro que si. Eres mi amiga y no me gusta que estés así.

-¡dejame en paz!

-pero no te puedo dejar asi!

-¡no puedes hacer nada para ayudarme!

-claro que si. No dejaré que te quedes aquí si te va a pasar lo mismo.

-tu no puedes hacer nada.

-no crees. Pero lo haré, incluso hoy mismo.-se acerca a la puerta.- así que preparate para salir hoy de aquí.

-pero al rato... Estaré ocupada.

-tu sales hoy, ¡o me dejo de llamar steven cuarzo universe!

Steven sale de la habitación.

¿estaría hablando en serio?

Lapis, con las pocas fuerzas que pudo, se levantó y se vistió. Le dolía cada movimiento, pero quizá valía la pena.