Él es Derek, él es Stiles y eso es su hijo

Es Derek y es Stiles al mismo tiempo. Son los dos juntos los que tienen a la manada alerta intentando detener al lobo que es capaz de matar para llegar a su compañero y al mismo tiempo cuidando del humano dentro del quirófano en la veterinaria.

Nadie se quiere preguntar qué es lo que ha tenido que hacer Deaton para que el sótano de su establecimiento sea un quirófano, pero la espinita les está picando a todos mientras esperan alguna noticia e intentan hacer que el Alfa se controle.

La última vez que algo le pasó a Stiles, Derek arrancó un árbol de raíz. Fue como ver a He Man* a todo color frente a ellos.

Esta vez Derek luce como si pudiera destrozar la veterinaria entera y eso es culpa de Stiles y su corazón acelerado, porque como dice Jackson:Hasta para respirar llama la atención.

Y eso está bien, respirar significa que está vivo, un corazón fuerte significa salud, es perfecto, es todo lo que Derek siempre quiso y nunca pidió. Es Stiles acostado en una cama de hospital, con una bata, la mitad del cuerpo adormecido y el resto alerta por si algo sale mal.

Que no es que algo pueda salir mal, tanto el papá de Liam, Melissa y Deaton están completamente calificados para remover un bebé del cuerpo de una madre.

-¡Mi hijo no es mujer! -Nadie se atrevió a decirle que 'era un gran observador', además de Parrish pero a él todo se le perdona porque le dio de comer ensalada con carne mientras Derek se aseguraba de que Stiles no moviera ni un músculo.

El punto es que es una cesárea, a un hombre de 20 años con hiperactividad cuya pareja -también llamado culpable del estado de mi hijo- es un hombre lobo, un alfa, un lobo gruñón. Derek Hale para ser más exactos y el bebé que está a punto de ser removido es suyo y de Stiles.

Es del Sterek. Un niño, un pequeñísimo hombre lobo con ganas de salir y toda una manada fuera esperando por él.

Hasta Jackson está sentado, esperando pacientemente a que todo acabe porque aún no se la cree, igual que todos.

Abajo, en el sótano, en el quirófano hay un suave 'sólo respira, Stiles' que Melissa murmura como si realmente fuera su mamá. Derek se lo agradece mentalmente aunque también cree que Claudia Stilinski ha estado presente en ciertas ocasiones, de otra forma no entiende cómo es que la habitación de su hijo no está hecha de Star Wars y su ropa no son todos trajes de súper héroes.

Tampoco son todos ositos y azul pero encaja para su hijo.

Antes solamente se emocionaba. La euforia le recorría el cuerpo entero porque ¡Vamos a ser papás, Stiles! Y el corazón se le aceleraba al escuchar el diminuto latido dentro de su pareja o sus movimientos bajo su mano. De pronto los pañales, las latas de leche, los chupones, la ropita pequeña, los mini zapatitos de estambre o los gorritos pasaron a ser motivo de alegría. Incluso su ropa cambió, ahora también había verde y azul, chaquetas de todo tipo y alguna que otra camiseta de una banda o un equipo.

Y también había un Stiles redondito, con sus sudaderas hablándole a su cachorro. Aunque Stiles siempre había existido pero para él era Liliandil en persona. El pecho se le hinchaba hasta casi reventar de lo feliz que era. Y le asustaba pero también le hacía más fuerte. Le daba una razón sana para seguir adelante cada día.

Hubo dos segundos de silencio al que le siguió un sonido que le partió y le reparó el corazón al mismo tiempo. Era el llanto de su hijo.

El pequeño Skylar estaba ahí.

Los siguientes dos minutos que tardó Melissa en subir se le hicieron eternos. En sus brazos había un bultito envuelto en una manta de Arda*.

-¿Cómo está Stiles? -Preguntó rápidamente sin retirar la vista del cuerpo de su hijo en la báscula. Tenía el cabello negro, la piel un poco pálida como la de Stiles y su misma forma de dormir a juzgar por su boca abultada como patito.