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Capítulo 3
El cálido olor a vainilla y canela nos recibió al momento de entrar a mi casa.
Los ojos de Armin inspeccionaban con curiosidad cada rincón de la casa mientras lo guiaba a mi habitación.

-Tu Mamá...
-Aún no regresa del trabajo-Le interrumpí abriendo la puerta de mi habitación y lo deje entrar.-Lamento el desorden...

-Esta bien, Me gusta, es Muy linda y tan...Tú-Dijo parándose en medio de la habitación observando los posters.
-Pues gracias...Supongo-Dije cerrando la puerta detrás de mí y deje mi mochila en la cama.-Si quieres puedes dejar tu mochila ahí también, voy a la cocina por algo de comer y beber.

-Esta bien, gracias Jean-Armin me sonrió mientras dejaba su mochila sobre mi cama y comenzaba a sacar sus cosas.

Estaba nervioso, no entendía el por qué, era Armin, uno de mis compañeros de toda la vida...Aunque bueno, tenía mucho tiempo que no me relacionaba con nadie, no desde que Marcó fue ingresado en el hospital. Tal vez solo era eso.

-Solo había té Helado de Limón espero no te moleste...-La frase quedó suspendida en el aire cuando me acerque a Armin y logre ver lo que tenía en sus manos.
-El se veía tan feliz-Murmuró sin dejar de observar el porta retrato.-Yo esperaba que él fuese feliz hasta el último día...jamás espere que sufriera tanto los últimos días.

Observe la foto sintiendo cómo se me hacía un nudo en el estómago y también como mis ojos comenzaban a arder por culpa de las lagrimas.

Era Marco, dos días después de que fue internado, él estaba sonriendo, mostrando su perfecta dentadura y los ojos casi se le cerraban por la enorme sonrisa.

Una lagrima cayó en el cristal del porta retrato, no era mía, otra, otra y otra.

-Armin...-Logré murmurar antes de que comenzara a sollozar.

El rubio me miro, su cara estaba roja, empapada en lágrimas y sus bellos ojos azules estaban rojos e inundados en lágrimas.

Estaba sentado en el suelo abrazando a Armin que estaba escondido en mi pecho mientras sollozaba y susurraba cosas incomprensibles.

-Lo-Lo siento-Sollozó Armin separándose de mi.-Yo...no te he ayudado en nada y...

-No te preocupes-Le susurré con tranquilidad.-Solo tranquilízate y comenzaremos ¿bien?

-Bien.

Armin observaba el cuaderno de apuntes con el ceño fruncido a la nariz roja, si bien, habíamos terminado, pero Armin había decidido darle una última "revisada"

-Todo esta bien-Dijo después de tres minutos y dejó él cuaderno sobre el escritorio.-Creo que ya es hora de irme...

-Bien, te acompaño hasta la puerta.

Armin asintió y se levanto para guardar todas sus cosas, caminamos por la casa y llegamos a la puerta de entrada.

-Muchas gracias Armin, me salvaste-Le dije sonriendo antes de abrir la puerta.

-No hay de qué Jean, después de todo los amigos se ayudan-Respondió con un poco de timidez y enrojeció ligeramente.-Siento lo de hoy...

-No te preocupes-Lo interrumpí rápidamente mientras abría la puerta principal.

Armin me miró unos segundos, y de un abrir y cerrar de ojos tenía su cabeza pegada a mi pecho y sus brazos rodeándome, me estaba abrazando con fuerza.

-Nos vemos mañana-Susurró y se fue.

Volver a Amar no significa OlvidarWo Geschichten leben. Entdecke jetzt