Capítulo 1

129 3 0
                                    

El frío invierno azotaba las calles de Vancouver aquella congelada mañana, pero eso no impedía que el sol del amanecer se colara por la ventana que estaba abierta iluminando mi rostro provocando que me despertara, pronto seria la hora de levantarse para un nuevo día, estiré mis brazos para dejar de sentir las extremidades doloridas miestras miraba el amarillento techo con agujeros de mi vieja habitación, como un suspiro mañanero comenzó  a sonar aquella maldita alarma de mi reloj de mesa, lo silencie con un golpe sordo tirándolo al suelo, no existe ser humano que le guste escuchar la alarma todas las mañanas cuando másagusto estás.

Perezosamente me levanté de la cama para ir a la habitación de mi hermano que estaba al lado de la mía, al entrar lo primero que vi fue la cama totalmente arreglada, sin señal de que había nadie en aquel rincón, extrañada me giré para salir de alli pero el timbre me hizo pegar un bote en mi sitio.

-David, ¿abres tú? -dije elevando un poco la voz por si se encontraba en la cocina.

Esta vez sonaron un par de puños fuertemente contra la puerta principal, sin esperar respuesta me diriji a la puerta abriendola unos centimetros para encontrarme con la cara sonriente de Max, uno de los jovenes del barrio con bastante fama de problematico, mucha gente cuenta historias sobre él, algunas bastantes exajeradas para ser verdad en mi opinión, en cuanto pude reaccionar cerre la puerta sin esperar que ni siquiera hablase, pero su pié me impidió cerrarla por completo, volvió a abrirla de un manotazo y entró en el salón sin esperar invitación.

-Cerrar la puerta en las narices de alguien es de muy mal gusto Mandy -dijo mientras se sentaba en uno de los dos pequeños sofas del salón, dio dos golpecitos a su lado- ven siéntate conmigo.

-¿Que diablos quieres? -solté con desprecio aún de pie junto a la puerta.

deberías hablarme con más respeto...

-Lárgate de mi casa -al segundo de soltar aquello lo tenía agarrandome del cuello a la vez que sentía como la pared se estampaba contra mi espalda, tampoco era capaz de sentir mis pies tocar el suelo por lo que entre en pánico.

-¿Dónde esta David? -dijo con suma tranquilidad.

Sentía como cada vez el aire era más espeso, yo solo apretaba con mis dos manos su muñeca intentado que aflojara su agarre sobre mi cuello, la vista se me empezó a nublar junto a las lagrimas que se me juntaban en los ojos, de repente una extraña mano le sujeto el antebrazo a Max, era uno de los chicos que siempre iba con él, de tez blanca y pelo negro todo lo contrario a el.

-Vamos sueltala, no querrás matarla.

Se miraron entre sí un segundo y sin previo aviso me solto provocando que no mantuviese el equilibrio desplomandome contra el suelo mientras que intentaba controlar mi respiracion.

-Vale.. vale Lucas, yo solo quiero a su hermano -se agachó quedando a mi altura mientras sonreía -pero que sepas que serás tú quien sufra por él como no aparezca pronto.

Después de que los dos se fuesen quedé recostada en el frío suelo calmando mi respiración, pasaron minutos, horas... no quería moverme, cerre los ojos esperando que todo pasara, lo mismo era un sueño o una pesadilla.
Hasta que sentí una mano rodeandome el hombro para después dejar de sentir el frío suelo bajo mi cuerpo, dejé llevarme sin oponerme sintiendo después mi cama bajo mi espalda, unos fríos dedos empezaron a rozarme la mejilla para despues bajar lentamente hasta mi cuello en el que di un pequello gemido de dolor, al momento deje de sentir el roce encontrandome terriblemente cansada callendo en un segundo en los brazos de morfeo.

Mundos Diferentes (EDITANDO)Where stories live. Discover now