Capítulo 4

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No podía dejar de pensar en aquellas palabras que Lucas me dijo antes de marcharse de aquel banco de madera mojado, despues de aquello seguí caminando por aquel verde césped mal cuidado hasta que vi un viejo árbol frondoso en el que decidí sentarme con mi espalda en su áspero tronco, levante la vista hacia el cielo a la vez que siento aquella extraña sensación que ya experimente esa misma mañana, aquellos ruidos volvían a retumbar en mis oídos que cuanto más esforzaba en agudizar aquel sonido se convertían en susurros, llegados a este punto creía que la locura estaba llegando demasiado lejos, aunque la sensación que me albergaba era reconfortante y a la vez incómoda.

Cuando volví a sentir la tierra bajo mis pies decidí volver a casa con un cielo bastante más despejado para lo que había llovido, perdiendo el color gris que adquirió esta mañana. Al entrar en casa observe a David que se encontraba en la pequeña mesa del salón sentado en la silla más cercana a la ventana muy concentrado en la lectura que mantenía, pareció no percatarse de mi reciente llegada por lo que me acerqué un poco a su espalda y pude observar un viejo libro de páginas bastantes desgastadas de color amarillento y escrito a mano, con varios garabatos de símbolos en algunas esquinas dándole un aspecto desordenado a la escritura.

-¿Qué lees? -Solté a sus espaldas con el tono de voz un poco elevado, él sin esperarse mi repentina aparición pego un bote en el asiento tirando algunos libros que se encontraban a un lado apilados formando una pequeña montaña- Oh lo siento no pretendía asustarte.

-No pasa nada - dijo rápidamente agachado recogiendo los libros esparcidos por el suelo, busque con la mirada aquel libro viejo pero ya no estaba encima de la mesa- llevas todo el día afuera pensaba que te quedarías con Teresa.

-No, solo estuve dando una vuelta -David solo asintió como contestación.

-Mandy tu sabes que yo te quiero ¿verdad? -asenti levemente con la cabeza para después acercarse con los brazos abiertos y depositar un beso en mi frente- Bien, pues recuerdalo siempre, por cierto la semana que viene te recomiendo no salir por la noche.

-¿Y eso por qué?

-Bueno últimamente hay muchas desapariciones y nadie puede salir por la noche, toque de queda -dijo apuntando hacia la pequeña pantalla del ordenador donde se veía la página de noticias de la ciudad Vancouver donde se leía en letras grandes "Toque de queda obligatorio".

-Por lo tanto también va por ti, por si se te ocurre salir -dije acusadora.

-Vamos... yo soy mayor.

-Yo también soy mayor -el se limitó a negar con la cabeza- Que solo me sacas dos años, te crees alguien especial!

-Ahora hablando en serio no deberías salir, puede haber gente vigilando y no suelen preguntar antes de disparar -después de decir aquello se metió en la cocina y yo solo me quede mirando el ordenador con el ceño fruncido.

Después de la cena lavamos juntos los platos, recogimos un poco la sala y despidiendonos cada uno se dirigió a su cuarto, no hablamos nada fuera de lo normal, más interés teníamos de hablar sobre el tiempo que hacía, una vez en mi habitación cerré la puerta encendiendo la luz, pero al girarme me sobresalte al percatarme de que se encontraba alguien más sentado en mi cama, con la mano aún en la boca me tranquilice un poco al reconocer al sujeto.

-¿Lucas? -medio grite en un susurró.

-Shh apaga la luz y no hables alto -contesto en susurros.

Obedeci en silencio y como dijo apague la luz para luego acercarme a los pies de la cama donde me senté en el borde dejando unos palmos de distancia entre los dos.

-El toque de queda ¿Va enserio?

-Claro... -dijo con media sonrisa- solo es una escusa para que ellos tengan vía libre.

-¿Los secuestradores?

-Oh no no, los que van detrás de los "secuestradores" -dijo poniendo comillas con los dedos en la última palabra- intentamos que no viniesen por aquí, pero Maxim es un idiota, me tienes que prometer que no saldrás y que no hablarás con nadie.

-¿Por qué? -dije mirándole a los ojos.

-Se hacen llamar cazadores y bueno ya sabes que yo soy algo así como un monstruo, aunque a Maxim lo deberían coger es un maldito idiota, bueno... lo que quería decir es que tu estas por medio, y no quiero que te pase nada -esto último lo dijo más cerca de mi rostro ya que se fue acercando con cada palabra que pronunciaba- Prométemelo -esto último lo dijo rozando sus labios con mi oreja y me quedé sin respiración.

Mundos Diferentes (EDITANDO)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora