Mi primer y único Mejor Amigo

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Jimin

Sufro de asma. Pero deje de tener ataques desde que cumplí doce años. De niño mis ataques eran muy frecuentes y recuerdo que mis visitas al Hospital de Niños eran muy continuas y prolongadas. Mis padres preocupados me habían pagado hasta un doctor aparte, el me atendía dentro del hospital y fuera de ella. Su simple consulta costaba casi el salario completo de mi padre, pero aun así era un muy buen medico, sabia lo hacia y lo hacia muy bien. Él me contaba que de pequeño también fue asmático y eso le ayudaba a entenderme mejor, era tan bueno que participa en las operaciones de corazón abierto del hospital, de pequeño era mi gran ejemplo a seguir.

Pero actualmente tengo diecisiete años y he olvidado por completo como se sentía estar ahogándose.

Hasta ahora.

Olvide por completo todos aquellos malos momentos y aun que sabia muy bien que no podía hacer educación física ni ninguna cosa que alterara mi sistema respiratorio, me arriesgue a jugar carreritas con mis amigos. Simplemente por que yo también quería pasar un buen rato con ellos.

Tengo que admitirlo al momento no me sentía para nada mal, solo sentía una fuerte opresión en el pecho, poco un tiempo después ya sentía como mi garganta ardía, pero lo intente disimular y pensar que no era nada, para no asustar a mis compañeros. Pero claro llegue a casa literalmente muerto. No había ni dado dos pasos dentro de casa cuando caí de rodillas en la entrada sin poder llevar adecuadamente aire a mis pulmones, ni siquiera podía musitar palabra alguna para pedir ayuda.

Vaya de verdad había olvidado esta sensación...

Y lo peor de todo es que había perdido en cada una de las carreras.

— ¿Jimin, amor, eres tu? — escuche que mi madre me llamo, algo confundida al no escuchar que la fui a saludar como normalmente hago cunado llego a casa.

Y definitivamente también había olvidado eso...

La expresión de terror de mi madre era aun mas doloroso, la vi a los ojos justo cuando cruzo el lumbral de la cocina hacia el pasillo de entrada y me arrepentí de todo al ver esa mira aterrada.

— ¡Oh por Dios! ¡Jimin! — grito, hincándose frente a mi. Yo mantenía una de mis manos en mi cuello, como si eso me devolviera el aire, mientras que la otra me servía de apoyo para no caer al suelo completamente.

Luego solo empecé a ver todo cada vez mas distorsionado, escuchaba la voz de mi madre cada vez mas lejos, ahora llamando a gritos a mi padre, pidiéndole que llamara la ambulancia.

Luego no recuerdo absolutamente nada mas, hasta que sentí un pinchazo en mi mano derecha y poco a poco empecé a recobrar consciencia, me costo abrir los ojos y acostumbrarme a la fuerte luz blanca.

Era obvio que estaba en el hospital.

Tenia una mascarilla puesta, al mismo tiempo que oxigeno apresado en mi nariz y una vía intravenosa, aun que ya sentía aire en mis pulmones, podía apostar que si me quitan todas están cosas, moriría en esta camilla.

Observe a mi alrededor, definitivamente este no es el Hospital de Niños que yo recordaba. Bueno, claro, ya no soy un niño. Pero aun así este hospital era muy frio y sencillo, se limitaba a solo ser blanco. Estaba acostumbrado a las paredes con dibujos muy alegres, cada salon con una temática. Paredes azules simulando un océano, valles donde predominaba el verde, una de un monte nevado y no dudaba de que hubieran mas salones con temas diferentes. El punto es que, habían muchos colores y aun que no te encontraras de las mil maravillas, te hacia sentir mejor.

Pero en cambio aquí todo era blanco.

Lo que me separaba de los demás pacientes era una fina pared, una mesa en mi lado derecho y una silla.

Mi Primer y Unico Mejor Amigo |YoonMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora