Capítulo 1.

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Me levanté de golpe y empecé a escupir agua. Tosí mientras seguía largando el líquido por mi boca. Con mi mano me limpié y entonces me percaté del lugar en donde estaba. Estaba en una caja de metal que subía lentamente.

Miré a todos lados pero sólo podía observar luces rojas y alarmas sonando. Cuando quise ponerme de pie la caja metálica aumentó un poco más su velocidad, provocando que me cayese hacia atrás golpeándome la espalda y la cabeza. Estaba mareada y la velocidad aumentaba cada vez más consiguiendo que empiece a tener náuseas. Miré hacia arriba y a lo lejos había una compuerta que estaba cerrada y yo me dirigía hacia ella.

Me aferré a las paredes enrejadas de la caja y conseguí mantenerme. Observé lo que había a mi alrededor. Cajas de madera, bolsas y un olor repugnante me envolvían. Un ruido a mi derecha me sobresaltó. Una manta cubría lo que parecía ser otra caja, tiré de ella y un cerdo chilló. Grité asustada y retrocedí chocando contra las otras cosas.

El corazón me latía desesperado y estaba sudando mucho. Pasé las manos por mis piernas y en los bolsillos que mi pantalón tenía, había una nota. La saqué y la leí.

"Ella es la última".

—¿Qué...?

De pronto la caja empezó a subir a una velocidad increíble y una gran bocina comenzó a sonar. Levanté la mirada y la compuerta, que antes estaba lejos, ahora estaba a pocos metros e iba a estrellarme contra ella. La bocina seguía sonando cada vez más fuerte. Tapé mis oídos con ambas manos y sentí como la caja frenó de golpe mientras mi cuerpo se sacudió de arriba a abajo.

Estaba boca arriba y todo a mi alrededor giraba. La bocina había dejado de sonar, pero sin embargo mis oídos seguían zumbando. Esta vez, otra alarma mucho más grave sonó y las compuertas se abrieron. La luz del sol entró y rápido me cubrí los ojos. Las puertas se abrieron del todo y el calor empezó a sentirse.

Saqué las manos de mis ojos y pestañé bastante antes de acostumbrarme a la luz. Escuchaba voces y me sentía observada. Alcé la vista y descubrí a muchos chicos alrededor de donde estaba, viéndome sorprendidos y confundidos. Uno de ellos salta hasta mí y lo miré asustada. Levanta la puerta que me encerraba y me seguía observando.

Rápidamente lo analicé. Flacucho, rubio y de ojos oscuros. Sin saber muy bien cómo reaccionar, me extendió la mano y yo la miré, pero no la agarré.

—Tranquila, no te voy a lastimar —habló el chico. Apreté los labios formando una línea, no sabía si confiar o no en él, pero quería salir de la caja.

Sin decir nada y viendo como todos los demás vigilaban mis movimientos, me puse de pie y caminé hasta donde el chico me extendía su mano. Dubitativa, la tomé y él me apretó, regalándome una sonrisa tranquilizadora. No hice ningún gesto, pero ese apretón calmó un poco mis nervios.

Cuando el chico me estaba ayudando a subir, noté como todos empezabab a moverse y a quejarse hasta que otro muchacho se abre paso para ver qué era lo que ocurría. Al verlo, sentí como algo dentro de mí se alteraba de nuevo.

—Creo que te conozco... —el chico rubio que me ayudaba giró la cabeza para ver al otro al que le había hablado. Al hacerlo, la mano que me sostenía se aflojó y yo caí a la caja de nuevo, golpeándome la cabeza contra la punta de unas de las cajas de madera que ahí había.

Sentía un líquido caer por mi cuello y los demás me miraron preocupados. Lo último que recordaba antes de desmayarme, era la cara de culpa del chico rubio.

¿Juntos?♡ •TMZ: Thomas•Where stories live. Discover now