Me he dado una ducha y me he cambiado la ropa por algo más presentable ya que mi hermano ha insistido en que vayamos a cenar a un bar en el que ahora trabaja uno de mis amigos, Kevin, y donde ha quedado con el resto de nuestros amigos: Grace, Mia, y también ha invitado a Jack.
Siempre, desde que éramos adolescentes, hemos sido David, Grace, Mia, Kevin, Allan y yo. Juntos para todo, para cualquier cosa. Quedábamos todos los días, hacíamos los trabajos de clase juntos, aunque los chicos fuesen un año mayor que nosotras.
─¿Estás nerviosa? ─pregunta David con una pequeña sonrisa mientras conduce hasta el bar.
─Un poco. Bastante. ─sonrío.
No veo a ninguno desde hace cuatro años, desde que me separé de Allan y me mudé, pero he estado hablando con todos ellos por mensajes.
David aparca el coche enfrente del bar y nos bajamos de él con Cory.
─¡Ruth! ─escucho a ambas de mis mejores amigas gritar nada más verme.
Corren hacia a mí para abrazarme fuertemente, ambas al mismo tiempo.
─Os he echado muchísimo de menos.─consigo decir.
Dejan de abrazarme y las miro fijamente. No han cambiado nada.
Mia sigue siendo la misma chica morena de ojos verdes alta, y Grace sigue siendo la misma pelinegra de ojos marrones de estatura media.
Mis amigas dirigen sus miradas hacia Cory. No sé si su pelo rizado castaño (igual que el de su padre) o sus ojos grises (iguales que los míos) tienen algo que ver para quesea tan adorable, pero el hecho es que es el niño más adorable del mundo.
─¡Ay, por Dios! ¡Cómo ha crecido!─exclama Mía acercándose a él para levantar lo del suelo y abrazarlo con ternura.
Grace repite el mismo proceso mientras me acerco a Jack para saludarle y darle dos besos en las mejillas. Kevin se acerca a nosotros, vestido con unos pantalones vaqueros, una camiseta negra y una especie de delantal que llevan todos los camareros.
─¡Ruth! ─sonríe él abrazándome tiernamente─. Te hemos echado de menos.
Kevin siempre ha sido el más serio,responsable e inteligente de todos. Siempre me ha tratado como su hermana pequeña, y para mí él es otro hermano más.
─Pero mira quién tenemos aquí.─sonríe él mirando a Cory y se acerca a él para chocarle los cinco─. Sentaros en una mesa. ─nos dice.
Grace y Mia se sientan en la mesa donde habían estado sentadas antes. Jack se sienta al lado de ellas, y David, Cory y yo nos sentamos en frente.
─Y, ¿qué tal estos años? ─pregunta Mia un tanto divertida─. ¿Has hecho algo... interesante?
─Sí, cosas muy interesantes como trabajar y limpiar mi apartamento. ─aseguro divertida, también.
─Venga, sabes a lo que me refiero.─sonríe, insistiendo.
Desvío la mirada hacia mi hijo, que está en la otra punta de la mesa bastante ocupada con una máquina con juegos que se ha traído para no aburrirse.
─No me he acostado con nadie, si es a lo que te refieres. ─digo disminuyendo el volumen de mi voz,mirando a Mia que está sentada justo en frente mía.
Jack y mi hermano han empezado a hablar de cosas suyas y no están pendientes de nuestra conversación, cosa que agradezco bastante.
─¿Ni si quiera has conocido a algún chico? ─insiste Grace.
─Claro que he conocido a chicos. ─me río─. Pero ninguno de la forma en la que vosotras estáis pensando. Ahora mismo no estoy pensando en conocer a chicos, solo quiero centrarme en Cory y en buscar un trabajo.
