Capitulo Dos: Instituto Collins.

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Capitulo Dos: Instituto Collins.

—¡Mía Sarahi Adam Summer! —¿O díganme que no lo dijo? —Y si te dije ¡Mía! —Oh la señora morirá y sí que morirá. Ella sabe que odio ese nombre con todo mi ser. —Tienes 10 minutos para estar en la mesa o no hay desayuno. —¿¡Que!? ¿Está loca? ¿Como cree que estaré lista en diez minutos? —Hice panqueques. —Como resorte brinque de la cama y entre a la ducha.

Salí con 4 minutos de sobra, busque en mi armario y tome lo primero que vi. Me maquille como pude y baje.

—¡A tiempo! —Grite de felicidad ya que en mi reloj marcaban las 7:40 am.

—Wow tendré que preparar panques más seguido. —Me dio un plato con una torre de panques bañado en miel de vainilla. Subí a la barra y comencé a comer.

—Llévenme al cielo. —Amo los panques que hace mama. Les pone algo que no tengo idea que sea ya que no me quiere decir. Según ella es secreto familiar. Al diablo con eso. Solo quiero comer.

—Sara come en la mesa como la gente normal.—Me quita el plato y lo pone en la mesa.

—Mamá 16 años conociéndome y aun no sabes que no soy normal.—Baje de ahí y me senté en una silla junto a la mesa para seguir con mi pedazo de cielo.

Unos minutos después escuche la bocina de un auto y esa es mi señal que debo salir.

—Ese es Scott.—Comí lo que quedaba tome mi mochila y corrí.

—¿Te tirara de regreso?

—Si, después de ir al taller, adiós.—Corrí a ese hermoso auto. Lo adoro y el mundano que lo conduce no me lo quiere vender. Es un hermoso Mustang Shelby 67 color rojo y como siempre en ese auto esta su lindo dueño, Scott Smith. Y si se imaginan a Scott lleno de tatuajes, como un rebelde, ropa negra, perforaciones y que sea un dolor de cabeza como yo, pues se equivocan. Es todo lo contrario. Bien vestido, educado, de una familia unida y trabajadora. Aun no entiendo cómo se fijó en un desmadre como yo.

—¿Café? —Fue lo primero que me dijo al subir al auto.

—Por eso eres mi favorito. —Lo tome y como era de esperarse. Americano como me encanta.

—¿Nerviosa? —Arranca el auto y yo solo subí al radio eh intente evadir el tonto discurso que me da cada que meto la pata.

—Sara no estoy jugando, cada dos meses es la misma, ya intenta graduarte aquí. —Se los dije.

—Claro papá. —Subí más el volumen. Ya se fue callado todo el camino hasta llegar al instituto.

—Vengo por ti a la salida. —Asentí y besé sus lindos y rosados labios. ¿Que? No me malentiendan solo somos amigos. Sus padres y los míos matarían porque estemos juntos, pero soy demasiado idiota y siempre actuó sin pensar y no quiero cagarla con él.

—Bye guapo. —Salí del auto y miro lo que me espera. Lo mismo que ya eh hecho 3 veces en este curso.

-Otra vez nuevo instituto.
Tú te lo has buscado.
<<Cállate, tu fuiste las de la idea>>
Pero no creí que me hicieras caso.

Resople y tome más aire. La idea de asistir a un colegio de ricos no me agrada para nada.
Desde que me baje del auto capte la atención de todos los niños de papi ricos y mimados.

Esto fue bajo, inclusive para mamá.

Mire con detenimiento el edificio que es morado.
¿Quién pinta una escuela morada? Las ventanas son enormes cristales con el escudo del instituto. Estúpida escuela de ricos.

Frente al edificio está un enorme jardín verde y junto en medio un pasillo de concreto y en el pintado su escudo.

Llegue a la entrada que son dos puertas de cristal perfectamente transparente y estas se abren automáticamente a los lados. Como dije, estúpida escuela de ricos.

Entre y si por fuera me parecía ridículo por dentro más. Los pisos son de mármol puro color blanco. Ni una mancha hay en él. Rodé los ojos y me dirigí a la oficina principal.

Caminando por los pasillos todos me miraban con asombro y se apartaban de mi camino.
¿Huelo mal? Levante mi brazo y olfato mi axila. Nopo. Al final del corredor están los baños así que me dirijo a él. Al entrar 5 chicas que estaban dentro salieron despavoridas.

—¿Que rayos les pasa? —Me mire en el espejo y no veo nada de malo en mí. Llevo unos Jens negros ajustados, converse, y mi chaqueta roja con cuernitos en la gorra. Nada fuera de lo normal.

Decidí ignorar a todos y concentrarme a lo que vengo.

Saliendo del baño me dirijo a la oficina principal la cual es un cubículo de puro cristal.

Llame a la puerta y una señorita muy bien vestida se levantó de su asiento y me abrió la puerta.

—Sarahi Summer ¿cierto? —Asentí y entre. Ella ocupo su lugar detrás del escritorio. Me señalo la silla frente a ella para tomar asiento.

—¿Nerviosa? —Me dedica una sonrisa dulce.

—No, solo que le sucede algo a esta escuela.—Me mira confundida.—Desde que llegue nadie me quita la vista de encima y me huyen como si tuviera la peste o algo así.—Me sorprendió que se riera un poco.

—No te huyen por eso, te huyen porque te conocen.—Ahora yo la miro confundida.—Pasamos aquí el reportaje que dieron en las noticias. Eres la heroína de muchos y el terror de otros.

—Oh ya entendí.—Dieron el timbre y ella me dio mi horario y numeró de casillero.

—Ven te llevo a tu salón.—Me llevo por varios pasillos que en cada giro las paredes cambiaron de color y ni se diga el casillero.

Llegamos a un salón donde se escucha mucho ruido y alboroto, la secretaria llamo a la puerta y todos se callaron.

—Traidores.—La señorita se gira a verme.

—¿Perdón?

—Nada.

—Gael por favor toma asiento de una vez.—Dice la voz de una mujer, abrieron la puerta y es una señorita de unos veintitantos años de cabellera negra y ojos cafés obscuros.

—Le eh traído una alumna nueva. —Dice la de la oficina. Le entrego mi hoja de ingreso

—Suerte Sarahi y bienvenida al instituto Collins. —Me dedico una última sonrisa y se fue.

—Pasa Sarahi. —Al hacerlo de nuevo todas las miradas están puestas sobre mí.

¿Qué tengo monos en la cara? A sus asuntos gente.

—Alumnos ella es Sarahi Summer. —Todos se giraron a un castaño casi rubio de al fondo. —Gael se amable y cédele tu lugar a la señorita por favor. —Ya sé porque todos lo vieron. Él es Gael Henderson el terror de esta escuela y mi competencia de seguidores en YouTube.

—Con gusto cedería mi asiento a una señorita, si acaso hubiera alguna de pie. —Todo el salón se soltó riendo, ¿Con que muy gracioso? Pues bien va la mía. Tiene en su estúpido rostro una sonrisa de superioridad que tendré que quitársela como solo yo hago. Humillación educada.

—Gael no seas. —La interrumpí.

—Profesora. —Ella me mira. —No se esfuerce. ¿Como se le puede pedir a un simio ser amable? No está en su naturaleza el ser gentil. —Todo el salón reía hasta la maestra. De inmediato sus labios se invirtieron eh hicieron una mueca de desagrado. Su rostro se tornó rojo y sé que le acabo de declarar la guerra.

—Mira rubia.

—¡Silencio! —Lo interrumpió la maestra.

—Tranquilo Gael, no perderás tu asiento. —Dijo un chico castaño tomando sus cosas y poniéndolas en el escritorio de la maestra.

—Gracias joven Pirsons, mañana pediremos otra banca.

—Si, Gracias Pirsons. —Dije coqueta y logré sonrojar al pobre chico. Tome su lugar y la maestra siguió con su clase.

Dieron el timbre y espere la bola de la puerta se desasiera y poder salir sin problema.

Al hacerlo Gael me tomo de las muñecas y me acorralo entre los casilleros y el.

—¿Qué haces insecto? —Tenerlo así de cercas me pregunto. ¿Porque jodidos tiene que ser guapo? Tiene los ojos verdes, su cabello castaño casi rubio y unos labios que apuesto han de saber genial
¡Sara! ¿Qué estás pensando? Ya te perdimos.
<<Lo sé, algo me sucede. Deben ser los panques.>>

—Solo quiero dejarte algo en claro niña. —Esta por demás cercas de mí. Puedo sentir su aliento chocar contra mi nariz y es a pura menta.—Aquí yo soy la amo Sara, y es mejor que no te metas en mi camino.

—¿Le tienes miedo a una chica Gael?—Dije en un tono burlón.

—No, en lo más minino, solo es una advertencia para no tener que acabar contigo preciosa.—Junto sus labios con los míos solo un segundo ya que sintió mi rodilla en sus partes bajas.

—¡Perra!—Dijo mientras se retorcía de dolor lentamente.

—Espero y esto te haga entender de no volver a besarme.—Me hinque a su lado y pude notar que una pequeña lágrima salía por el rabillo de su ojo izquierdo.—Y que ya hay un nuevo demonio en la escuela y se llama Sara Summer.—Le susurre al oído y me fui de ahí con la sonrisa más enorme que pudieran ver en sus vidas.

...

Por desgracia el descanso acaba de terminar y me toca lenguaje y todavía tengo que ir a mi casillero por mis libros.

Camine por los pasillos y por desgracia me tope con Gael y sus amigos.

—Hola Sara, ¿Disfrutando tu primer día?—Algo no me agrada. Gael ¿amable? Algo trama.

—En absoluto. —Lo rodeé y fui directo a mi casillero. Al abrirlo una bomba de pintura me golpeo manchando mi chamarra favorita de color verde.

—Bienvenida al instituto Sara. —Escuche su risa junto con la de dos chicos más, me gire a verlo y hasta de gracioso es guapo el idiota.

—Gracias por el recibimiento chicos, recordaré regresarles el detalle. —Se sorprendieron que no me moleste, de hecho, me reí con ellos. Ya necesitaba competencia.




Demonio Collins.Where stories live. Discover now