Eres la suerte de mi vida 20

982 52 9
                                    


                                                                              Capítulo 19

Narra Clarissa:

-¿Te acuerdas de todo eso?- preguntó Erik.

-Sí, recuerdo muchos momentos juntos, he recuperado la memoria porque recuerdo también mi infancia.- contesté.- Y gracias por haber venido Ely, a ti también Julian y por completar parte de la historia que me faltaba.

-No es nada.- dijeron ellos.

-Por favor, sigue narrando de lo que te acuerdes.- me pidió Erik.

Así que así hice, seguí narrando de lo que me acordaba:

En la semifinal contra Brasil ganamos 1-7. Los goles fueron de Müller, 2 de Kroos, 2 de Schürrle, Klose y Khedira. El gol de Brasil fue de Oscar.

Elissa y yo vimos el partido, cantamos todos los goles, gritamos muchísimo, bailamos junto con todos los alemanes que había en las gradas. Estábamos muy felices, no podíamos parar de reír y de bailar.

-¡Ha sido extraordinario!- grité lanzándome a los brazos de Erik.

Él comenzó a darme muchísimos besos por mi cuello, mis mejillas y mis labios.

-¡Estoy tan feliz! ¡Estamos en la final!- gritó y empezó a saltar.

Salté con él, agarrados de la mano mientras girábamos.

Narra Julian:

Elissa vino corriendo a mí a abrazarme, estuvimos unos minutos así mientras ella me decía al oído que había sido el mejor partido de su vida, yo la besé cuando nos separamos.

-¡Estamos en la final!- grité entusiasmado.

-¡Vamos a ganar!- gritó ella y me volvió a abrazar.

Narra Clarissa:

La final era en Río de Janeiro así que volvimos allí. Los días previos a la final los pasábamos en la playa y visitando la ciudad, ellos estaban intentando mantenerse tranquilos y concentrados para la final. Llegó el gran día, todos estábamos nerviosos. Demasiado.

Elissa y yo nos vestíamos siempre igual para los partidos: deportivas, pantalón vaquero corto o largo y la camiseta de Julian y Erik respectivamente.

Pasamos todo el partido nerviosas, cada vez que Argentina se acercaba a la portería nos daba un vuelvo al corazón, cada vez que Alemania tenía una ocasión nos lamentábamos por fallarla y llegó el momento de cantar gol, casi al final de la prórroga, cuando llegábamos a los penaltis... El autor fue Mario Götze.

-¡Sí! ¡Goooool!- grité.

-¡Gooooool!- gritó Elissa.

-Campeones del mundo.- se cantaba en la grada y nosotras también lo cantábamos.

Después de finalizar el partido, Erik y Julian les dijeron a los de seguridad que nos bajasen y ellos nos acompañaron hasta el campo.

-¿Quieres que el mundo sepa que soy tu novia?- pregunté.

-Sí, quiero que lo sepan.- dijo él seguro.

Narra Elissa:

-¿Quieres que todos lo sepan?- pregunté.

-Sí, quiero que todos sepan que te amo con locura y que eres lo más bonito.- me confirmó Julian.

Clarissa y yo disfrutamos de la fiesta en el campo, con el resto de mujeres y novias, además de con los niños de algunos futbolistas.

Narra Clarissa:

Volvimos a Alemania y antes de irnos de viaje los cuatro juntos, Erik y yo decidimos ir a Halver para que mis padres pudiesen conocer a Erik, solo le conocían de vista de cuando me acompañó a casa después de mi pelea, ellos sabían lo que había sido Erik, se lo conté, pero no el mismo día que me enfadé con él porque no era capaz de pronunciar lo que él me había dicho.

-Erik este es mi padre Alexandre, mi madre Danila y mi hermano Reed.

-Nos alegramos de que hayas cambiado, Erik. De que te hayas centrado y hayas optado por tener una relación seria con nuestra hija.- dijo mi padre.

-Ten cuidado, si la haces daño, no respondo.- dijo mi hermano.

-Vamos Reed, no le metas miedo a Erik. Él ha cambiado y debemos aceptar que ahora es un chico completamente diferente que tiene como objetivo hacer muy feliz a tu hermana.

Mi hermano asintió y abrazó a Erik.

Erik me despertó a la mañana siguiente con una gran sonrisa, parecía muy entusiasmado e ilusionado.

-¿Qué pasa?- pregunté intentando terminar de abrir mis ojos.

-Vístete, Clary.- dijo él lanzando algo de ropa a la cama.

Así hice. Me vestí un vaquero corto oscuro con una camiseta blanca con el logo de Nike y unas deportivas negras.

-Ya estoy.- dije acercándome a él y abrazándole por la espalda

Olía muy bien. Adoraba su olor.

-Vámonos al bosque.- sonrió él.

Asentí a la vez que agarra su mano. Fuimos dando un paseo por el pueblo. Mi casa no estaba lejos del bosque, pero si lo suficiente para dar un paseo medianamente largo. Cuando estuvimos allí, para llegar hasta donde quería Erik tuvimos que ir apartando varias ramas y saltando alguna planta. 


Eres la suerte de mi vida #appleawardsWhere stories live. Discover now