PARTE III

844 96 5
                                    

Era la mañana siguiente cuando me levanté y bajé esperando ver a mis padres en el comedor pero no fue así, con el miedo de que aquello que paso la noche anterior solo fuese un sueño pero la nota sobre el mesón me confirmó que fue realidad.

"Cariño, tuvimos un viaje de emergencia, nos vemos mañana temprano. Te queremos."

Decidí no ir a clases hoy, miré mi celular esperando un mensaje tuyo el cual no llegó. Marqué tu número esperando después de tres timbre y colgar, lo intenté muchas veces pero no hubo respuesta. Unos golpes desesperados en la puerta se escucharon, corrí hasta ahí y abrí sin preguntar quien era. Te vi, con la respiración agitada y los ojos llorosos; al verme te abentaste a mis brazos apoyando tu mejilla en mi pecho, tu cuerpo temblaba por lo que te abracé con fuerza.

Te invité a pasar a mi casa y tú pasaste de largo a mi habitación, después de asegurar la puerta caminé detrás de ti, igualmente cerrando la puerta de mi habitación. Me senté a un lado de ti sobre mi cama, acaricié con la palma de mi mano tu delgada espalda, tú tomaste tu cabello estirándolo y comenzando a sollozar. Mis ojos picaron y los tuve que restregar con mis manos para que las lágrimas no fluyeran.

- ¿Por qué no lo aceptan SeungHyun? - preguntaste con tu voz temblorosa. - ¿Por qué? Si tú y yo nos amamos. ¿Qué hay de malo en eso?

Me dolió tanto el timbre de tu voz, ver tu cuerpo temblando en desesperación, tus lágrimas resbalaban por tus mejillas hasta acumularse en tu barbilla y perderse cayendo entre las sábanas. ¿Por qué por amarnos, tienes que sufrir tanto? La solución correcta era alejarme de ti y dejar que fueses feliz, pero mi corazón es egoísta y no te dejaría ir. No quería alejarme de ti.

Tomé tu rostro entre mis manos, miré tus ojos y junté mis labios con los tuyos sin cerrar los párpados. Tus cristalinos y hermosos ojos comenzaron a cerrarse, relajando tu sien y entregandote a mis caricias de labios.

"Si nuestro amor es una tragedia, ¿Por qué eres tú mi remedio?"

Quería borrar toda tristeza de nuestros pechos, apreté más tus labios con los mios. ¿Por qué, si tenía que alejarme volvía más profundo el beso? Tus brazos rodeaban mi cuello jugando con mis cabellos y yo acariciaba tu cintura sobre la tela de tu playera. Poco a poco comenzaste a recostarte en la cama janlándome contigo, estiraste las piernas con una de ellas entre las mías. Nuestro beso se volvió caliente y húmedo, nuestras lenguas ya danzaban juntas y tus pequeños suspiros comenzaban a sonar cada vez más seguidos.

Mis manos se colaron debajo de tu playera haciendo erizar la zona de tu abdomen donde mis dedos acariciaban, mis manos ascendieron mientras nosotros no despegabamos nuestros labios, levanté tu playera y alzaste los brazos separandonos y levantando el torso para que yo pudiera sacarte el pedazo de tela. Tus dedos temblorosos hicieron camino hasta el dobladillo de mi camisa levantándola y al quitármela la abentaste a algún lado de la habitación. Mis besos pasaron de tus labios a tus mejillas, a tus orejas y trazaron besos húmedos sobre la piel de tu cuello.

Los sonidos que salían de tus labios eran dulces y desesperantes, me descontrolaba y hacía que jugara más gosozamente en tu cuerpo. Incontables veces pase mi lengua por tus botones rosas, los mordía y estiraba. Nuestras prendas desaparecían conforme los minutos pasaban. El roce de tu piel con la mía al descubierto era tan placentero, me abrazaste para sentir nuestros torsos desnudos; acaricié tus caderas descendiendo hasta tus piernas, empuje sobre tus rodillas para que las levantaras y yo tuviera visión de tu entrada. Te preparé para nuestra entrega, mi dedo jugaba en tu interior mientras mi otra mano sobaba tu miembro.

Apretabas las sábanas y cerrabas fuertemente los ojos, y a mi me encantaba esto. Mi segundo dedo estaba dentro de ti, y tú te movías en busca de más placer, toqué varias veces tu próstata con mis dedos haciendote soltar uno que otro gruñido. Saqué mis dedos para poner mi rostro frente a tu trasero, besé tus glúteos y pasé mi lengua por tus muslos hasta llegar a tu entrada, acaricié ese lugar metiendo y sacando mi lengua de ahí.

-Se-seung, por favor - rogaste cuando tu duro miembro amenazaba con explotar.

Levanté mi cuerpo buscando lugar entre tus piernas, con una mano tomé tu cadera y con la otra mi miembro, te miré a los ojos cuando sentí el glande entrar en ti y sonrojado apartaste tu mirada de la mía.

- No, Ji Yong- te dije deseoso de tu mirada. - Miráme, mira cuanto te amo.

Y automáticamente tus ojos se clavaron en los mios, mis dedos se enredaron en los tuyos y empujé mi cuerpo dentro de ti sin apartar nuestras miradas. Muchas veces te quejaste de dolor mientras entraba más en ti pero eso paró cuando encontré tu punto dulce y golpeé ahí un par de veces. Tus brazos se enredaron en mi espalda y nuestros cuerpos comenzaron a sudar cuando mis movimientos comenzaban a aumentar en número y velocidad. Mis labios susurraban tu nombre, los tuyos repitieron varias veces "te amo" y yo los correspondía, nuestros labios se buscaban pero yo los cortaba para poder mirarte y admirar tus dulces expresiones. Mordiste mi hombro cuando tu esencia se regó en nuestros abdómenes.

Unas estocadas mas y me derramé dentro de ti, te abracé mientras nuestras respiraciones se acompasaban. Besé tus mejillas mientras ambos reíamos llenos de felicidad. Nos tapé con la sábana, tu rostro en mi torso y mi mano en tu cintura, tus dedos trazaban círculos en mi piel y yo miraba el techo.

- Hablaré con tus padres, pase lo que pase, no me separaré de ti. ¿Oiste, Yongie? - dije decido comenzando a dormirnos.

Lucharé para defender nuestro amor, Kwon Ji Yong. Lucharé por nosotros por que te amo; tú, el remedio para todas mis tragedias.

CLARITY/GTOP ver.Where stories live. Discover now