Capítulo cinco

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Estaba desayunando con papá mientras le contaba sobre la materia a punto de reprobar y la tutoría que ayer había empezado.

—Por eso ayer salí disparada de casa, y por lo tanto, por eso no te recibí el abrazo.

Mientras hablaba de esto con papá, la idea de decirle sobre querer ser una groupie me tentaba a sacarla a la luz; pero sinceramente me daba miedo el cómo reaccionara, y esto sí, definitivamente, no me lo pasaba por el arco del triunfo.

—Está bien, supongo que ya debo de acostumbrarme a esas palabras, ¿no es así?

—Hey, espera un momento, no te apresures con las cosas.

—Jane, eso de que tienes que ir a asesorías para una materia porque estás a punto de reprobar lo has hecho seis años seguidos. Tal vez ya se te está haciendo costumbre, así que supongo que yo también tengo que empezar a hacerlo.

—El próximo año será diferente, en serio.

— ¿Y sabes qué? Eso también lo has dicho seis años consecutivos, y mírate ahora, lo estás diciendo de nuevo.

Mierda.

—Bien, bien, ya entendí. En fin, sólo quería comentártelo —terminé y llevé mi taza al lavaplatos, dando por entendido que me iría de ahí.

— ¿Ya te irás? —preguntó.

—Sí, llegaré tarde a clases si me quedo más tiempo aquí.

—Está bien, que te vaya bien hoy.

Se levantó y me dio un beso en la frente. Salí de la cocina y subí las escaleras para lavar rápidamente mis dientes. Tomé la mochila y bajé, encontrándome con Tyler a unos metros de mí caminando ya con uno de sus amigos, Jay.

Decidí hacerme la que no había visto que él estaba caminando justo frente a mí, pero fue imposible porque su amigo me reconoció al instante. Me uní a ellos, pero me sentía de sobra en su conversación, y es que no es porque no quisiera participar, sino porque obviamente no hablaría sobre el trasero de una chica.

—No puedo creer que sea tan patán frente a tu hermana —comentó Jay.

—Si supiera lo que ella dice, no dirías eso.

—Sí, bueno, pero no hablo sobre el... de un chico frente a ti, ¿sabes? ¡Es desagradable!

—Está bien, lo siento, hermanita.

Me abrazó, casi tratando de dejarme sin aire. Después, y como costumbre de él, revolvió mi cabello. Me despegué de él en cuanto pude algo molesta y después lo empujé.

— ¡Deja de hacer eso, sabes que odio que lo hagas!

—No entiendo por qué te molestas, si yo siempre te veo despeinada.

—No es que siempre esté despeinada, tonto, simplemente me da flojera hacerme marañas en el cabello para lucir bien. Y si así lo hiciera, ¿qué caso tendría si sé que me vas a despeinar?

Los dos rieron. Lo sé, mi forma de pensar es mucho para su pequeño e inútil cerebro que sólo tiene como tema las chicas y los deportes. Excepto por Jay, él trabaja en una pizzería, así que también piensa en la pizza.

—Tiene razón, Tyler.

—Cállate, se supone que estás de mi lado.

—Él se va por las personas razonables, hermanito, no por los instintivos egocéntricos como tú.

Me miró con un color rojizo en sus mejillas. Uh, tal vez es hora de que empiece a callarme.

— ¿Terminaste de lucirte? —preguntó Tyler segundos después de haberme mirado.

Her Best Friend || l. h.Where stories live. Discover now