Capítulo 5

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-Vamos Mione...abre la puerta... -suplica apoyado en la puerta del baño.

-No quiero... -responde como niña pequeña.

-Por favor...no te enfades...fue un accidente...

-Vete -le dice secamente.

-No quiero.

-Pues entonces no te vayas.

-Pues no me iré.

-Vale.

-Vale.

-Vale.

-Vale.

-¡Vale!

-Herms...

-¿¡Qué!?

-Te quiero.

-Pues yo a ti no...

-¿No me quieres...?

-No...

-¿Ni siquiera un poquito...?

-Ni un poco, no.

-Pues en ese caso me voy.

La puerta se abre de golpe.

-¡No!, No te vayas. Era broma, quédate, por favor.

-¿Me perdonas?

-Sí...sigo molesta, pero ya no estoy enfadada.

-¡Pero si no ha sido para tanto!

-¡Manchaste de café todo el papeleo que tenía que entregar mañana!

-Pero se te olvida que soy tu jefe y que no te voy a despedir.

-Es verdad... -le da la razón- ¿entonces por qué estamos discutiendo? -Pregunta divertida.

-Ni yo lo sé. ¿Quieres ver una película?

-Claro -responde con una sonrisa.

Al subir en el coche permanecieron en silencio escuchando la radio, no por que no quisieran hablar, sino por que no había nada que decir y los dos estaban cómodos con ese silencio para nada incómodo.

Más bien era un silencio agradable entre ellos dos.

-¿Qué película vamos a ver? -Preguntó el pelinegro mirando los títulos de las películas.

-No lo sé...me apetece bastante ver esa -señala un cartel publicitario.

-¿Cuál?, ¿"el lado bueno de las cosas"? -Ella asiente con la cabeza- Pues esa será entonces -se acercan a la chica que vende las entradas-.  Dos tickets para "El lado bueno de las cosas", por favor.

-¿Va a pagar con efectivo o con tarjeta? -Pregunta coquetamente la rubia de detrás del mostrador.

-Tarjeta -responde incómodo al ver como Hermione quiere matar con la mirada a esa rubia oxigenada.

-Son diez dólares, ¿desea algo más?

-Sí, que dejes de ser tan zorra y que vayas a buscarte un novio para no coquetearle al mío -responde una Hermione furiosa.

-Oh, lo lamento. Pensé que eran amigos.

-Claro que sí rubia, por eso vamos de la mano y abrazados -contesta con sarcasmo y burla.

La empleada se sonroja y les entrega las entradas sin decir ni una palabra más.

Una vez se hubieron alejado y estuvieron a punto de entrar a la sala para ver la película, Harry le susurró al oído.

-Las chicas celosas son las más bellas.

Begging For More Of YouWhere stories live. Discover now