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Capítulo 1

Mi respiración es irregular, escaneo a las personas que aplauden a unos metros, hasta dar con mis padres, mamá llora abrazada de su esposo, mientras que él aplaude y grita mi nombre, hago una reverencia y salgo de la pista para esperar mis resultados, Julio me recibe con un gran abrazo, entregándome los protectores de mis cuchillas después, esperamos por el veredicto del jurado tomados de las manos.

Es una calificación casi perfecta que me posiciona en primer lugar, las lágrimas llegan a mis mejillas con rapidez, Julio también llora, mientras me abraza, veo los flashes de las cámaras, pero me fundo en el escudo que crean los brazos de mi entrenador.

-Estoy tan orgulloso de ti- besa mi frente, después limpia mis mejillas, veo tras él a mis padres, camino hasta ellos.

-Mi niña- mamá es la primera en recibirme, sigue llorando, acaricia mi cabello, besa mis mejillas, me mira con genuina emoción- eres asombrosa- un nudo se instala en mi garganta, ella siempre me lo dice, sé que son palabras importantes, pues sus propios padres se lo decían cuando ella patinaba.

-Déjame abrazarla – papá prácticamente me saca de los brazos de su esposa, me rodea por la cintura para alzarme, haciéndome reír, besa mis mejillas en repetidas ocasiones, sus ojos azules brillan y me hace sentir cálida cuando besa mi frente- eres asombrosa cariño, estoy muy orgulloso de ti.

-Gracias papi- es mi turno de besar su mejilla, extiendo un brazo a mi madre uniéndola nuestro abrazo.

- ¡Addie!- su vocecita me obliga a buscarla, está oculta tras un gigantesco ramo de flores- ¡felicidades, hermana mayor! - grita cuando retiro el objeto de sus manos- eres la mejor patinadora- me abraza por la cintura, apoyo mi barbilla en su cabeza, mientras la rodeo con mi brazo libre.

-Te adoro Jade, gracias- dejo un beso en su cabeza, antes de separarnos, busco detrás de ella, con la esperanza de encontrar a mis hermanos, pero...

-No vinieron- los ojos azulados de Jade transmiten enojo, sentimiento que me contagia.

- ¿Qué les dijeron a nuestros padres? - la abrazo de nuevo, para disimular ante las camarógrafos, mamá y papá no podían escuchar debido al bullicio.

-Que prometían llegar más tarde- sabía lo que eso significaba, pero no podía decírselo a la niña en mis brazos tan solo tenía nueve años, no necesitaba conocer las excentricidades de nuestros hermanos.

-Addie, debes ir por tu medalla- mamá nos interrumpe, asiento.

[...]

De vuelta a casa mamá y papá recibieron una llamada de emergencia en el hospital, por lo que nos desviamos a su trabajo, prometieron salir a tiempo para festejar mi última competencia, dejaría de patinar después de diez años haciéndolo. Tuve que manejar de regreso, llevé a Jade a casa de los Salvatore para que jugara con Jordan mientras nuestros padres volvían.

Dentro de mi cálido hogar, me preparé un sandwich, tomé el último jugo de manzana y comí en total silencio creyéndome sola, pero no lo estaba.

-Te encantará la sorpresa que preparé- mi corazón se acelera, termino mi bebida, limpio mis manos sacudiéndolas en mis jeans, salgo de la cocina emocionada por encontrar a Ayden, me detengo cuando lo encuentro besando a la hija de la compañera de nuestros padres.

- ¿Se quedarán ahí siempre? - por lo alto de la escalera aparece Jake, acompañado de la hermana de la chica con Ayden, mi posición no permite que mi hermano mayor me vea, pero el menor sí que lo hace, frunce el ceño al encontrarme ahí. - ¿Qué pasa?

- ¿Cuándo llegaste? - el rostro de ambos palidece un poco al ver la medalla de primer lugar aun colgando de mi cuello.

-Es mi blusa favorita- los ignoro mientras señalo a la compañera de Jake- quítasela- sé que sueno infantil, pero odiaba que regalaran mi ropa.

-No- sentencia el mayor, veo la incomodidad de las dos, pero no se apartan de mis hermanos- su blusa se ensució y necesitaba otra, no creí que te molestara – no caeré en ese juego de nuevo.

-Tú me la regalaste- cruzo mis brazos, clara señal para Jake, sabe que pelearé- es mía, quiero que...- estudio a la hermana de la morena junto a Ayden- no puede ser... largo- señalo la puerta, pero ni una se mueve- ¡Dije largo!

-No puedes...- no dejo que termine, la tomo por el brazo, agradezco que no ponga resistencia, abro y la dejo fuera, su hermana la sigue ignorando los gritos que dan mis hermanos, tras de mi- ¡Los veremos luego! - cierro en su cara, girándome para enfrentar la furia de los chicos tras de mí

- ¿Qué sucede contigo? - grita primero Jake.

- ¡Eran importantes! - le sigue Ayden.

- ¡Les dieron mi ropa! - contesto de igual manera- ¡Y no es la primera vez! - Jake avanza molesto- ¡Rompieron su promesa! - se detiene de manera abrupta, si había algo prohibido entre nosotros, era precisamente romper promesas, la lealtad era importante para esta familia.

-Jamás lo haríamos- Ayden me mira, sabemos que miente, pero tratan de excusarse de alguna manera, quito molesta la medalla de mi cuello y la arrojo a sus pies, las lágrimas asaltan mis ojos, lo notan, el menor de los tres trata de acercarse, me alejo negando con mi cabeza.

-Era mi última competencia, pero ellas eran más importantes- mi voz se quiebra, me niego a llorar frente a ellos, doy media vuelta, tomo las llaves del auto, camino a la puerta con intención de marcharme.

Ambas chicas siguen ahí, las esquivo y sé que han vuelto con mis hermanos pues alcanzo a escuchar el sonido de los besos, me estremezco asqueada, sigo con mi camino, antes de entrar el auto escucho al mayor gritar.

- ¡A dónde vas! - me giro, claramente enojada.

- ¡Lejos de ustedes! - cierro la puerta cuando estoy dentro, arranco el auto y salgo, antes de que Jake llegue para hacerme volver, por su enfermizo sentimiento de posesión. Lo veo por el retrovisor gritando mi nombre, pero lo ignoro.

[...]

- ¿Dónde está tu abrigo? - la mirada de mamá me hace encoger.

-Lo olvidé.

-No puedes simplemente salir así, sabes que el frío te hace daño- papá me envuelve en su abrigo, aspiro su perfume y agradezco su calidez, estaba esperando por ellos.

-Vayamos por tus hermanos, y saldremos a cenar para festejar a la mejor patinadora del mundo, Jake puede traer tu abrigo favorito.

Claro que no podía, pues se lo habían dado a una de sus conquistas, papá nota mi incomodidad, aparto la vista mirando por la ventana, él conduce, mientras mamá llama al tío Mark para avisarle que pasaríamos por Jade en unos minutos.

-Pelearon de nuevo- asiento, sé que me ve por el retrovisor, mamá escucha, así que se atreve a pedirle a su amigo que Mel me preste uno de sus abrigos- ¿Qué hicieron esta vez? - sonrío un poco al escuchar que se pone de mi parte, me encojo de hombros, sabe que no estoy lista para hablarlo.

- ¿Quieres festejar con ellos? - recuerdo como Megan, la amante en turno de Ayden se colgaba de su cuello cuando salí de casa, él la sostenía de la cintura teniéndola cerca.

-No, ellos tenían una cita importante- el celular de mamá suena con una notificación de mensaje. – Son ellos, ¿verdad? - la castaña asiente, papá se estaciona frente a la casa Salvatore y vemos como Jade sale corriendo con un abrigo en sus manos.

-Están buscándote, y sí, tienen una cita- ruedo los ojos.

-Te lo dije.

-Entonces iremos a cenar solo nosotros.

Siempre NuestrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora