Horas desesperadas

412 23 1
                                    

Gastón y yo habíamos llegado a primera hora al aeropuerto solo que esta vez nuestros destinos eran distintos; anoche cuando regreso al hotel me arme de valor y le conté que Miguel me había buscado...no hizo falta explicar mas, Gaston pudo ver en mis ojos la angustia por no saber qué era lo que realmente estaba sucediendo, fue entonces que llegamos a un acuerdo; el iría a Canadá a cumplir con sus compromisos deportivos y yo en busca de mi amor; y que si por algún motivo las cosas no salían como yo pensaba el me estaría esperando en Toronto...

Gaston: bueno Mia están anunciando mi vuelo, tengo que embarcar...estás segura que no quieres regresar al hotel, ya te explicaron que es muy difícil que consigas un vuelo hoy.

Mia: no Gaston, te lo voy a explicar con peras porque con manzanas no entiendes...no me voy a mover de aquí porque en cualquier momento alguien puede cancelar su pasaje, si captas verdad?

Gaston: está bien haz lo que te parezca mejor, ya me voy porque no quiero perder el vuelo, prométeme que cuando tengas noticias me vas a llamar...ok?

Mia: obvio, así lo hare...anda dame un abrazo y deséame suerte.

Seis horas habían pasado desde que partió el vuelo de Gaston, durante ese lapso de tiempo habré preguntado como cien veces si hubo alguna cancelación, tanto que cada vez que me levantaba de mi asiento la funcionaria de la compañía aérea, por cierto de muy mala gana, se adelantaba a contestarme que no y que por favor no insistiera. Estaba tan harta, que tenía ganas de gritarle que se comprara un gps para que se ubique, pero obvio que no podía hacerlo, al contrario debía responderle con una dulce y fingida sonrisa, sino sería capaz de darle el pasaje a otro!

Las horas seguían pasando, todos los pasajeros embarcaban a sus respectivos vuelos, la única que seguía allí esperando era yo, al parecer hoy nadie pensaba cancelar su viaje...cada vez era mayor el tiempo que debía esperar para ver a mi Miguel y ya me estaba desesperando...

Se había hecho de noche, estaba cansada, tenia sueño y no había comido nada en todo el día por no moverme de lado del mostrador de la compañía aérea, fue entonces que ya no me pude aguantar y me acerque a la funcionaria.

Mia: señorita de verdad no hay novedades? Llevo aquí todo el día esperando por una cancelación...

Empleada: lo siento, todos los vuelos están completos, nadie hasta el momento ha cancelado su reserva; ya es tarde y la verdad no creo que consiga vuelo para esta noche, porque no regresa a su hotel y vuelve mañana temprano.

Mia: pero acaso no se dio cuenta yo necesito viajar hoy mismo, para eso espere todo el día...

Empleada: lo siento, no hay otra solución.

En ese momento mi rabia era tal que tenía ganas de agarrar de los pelos a esa tonta; pero tenía que calmarme o me podía ir mucho peor...

Mia: está bien, voy a seguir su consejo; mañana a primera hora estaré aquí y espero contar con mejor suerte...gracias.

Me estaba retirando del lugar, si no fuera porque me detuve a comprar unas revistas no me hubiera percatado del alboroto que se había armado; me acerque nuevamente para ver que estaba ocurriendo y en eso vi que una pareja joven que yo misma había visto embarcar se regresaba...la mujer estaba embarazada y al parecer luego de subir al avión sufrió contracciones muy fuertes que no le permitían viajar...y para mi felicidad aquel matrimonio tenía como destino Nueva York; no lo podía creer, no tenía que esperar más...en cuestión de minutos y cuando tome conciencia de la situación era yo quien estaba embarcando y mi destino...mi destino era sin dudas el amor verdadero...

Una nueva esperanza de amarWhere stories live. Discover now