CAPITULO 11.

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Polarie POV:

Aslan mandó que alguien me trajera ropa para cambiarme, yo mientras tanto estaba observando y haciendo brillar el anillo. Aslan se fue hace un rato no sé para que, supongo que para hablar con los demás. Al cabo de un rato el mismo fauno que me ayudó y me curó la herida me trajo la ropa que debía ponerme.

— ¿Está segura Reina Polarie de que no quiere usar vestido? — me preguntó mirándome con la cabeza un poco gacha.

— Llámame Larie y sí estoy segura. — le dije sonriendo. — Por cierto, ¿cómo te llamas?

— Me llamo Cliserio y estoy encantado de conocerla Larie. — se presentó haciendo una reverencia.

— ¿Te puedo llamar Clis? — dije sonriendo y el asintió.

— Bueno, yo me retiraré para que se pueda cambiar. Un placer haber hablado con usted, espero poder verla y volver hablar con usted más tarde, Señorita Larie. — dijo despidiéndose y yo le respondí moviendo mi mano.

— Tenlo por seguro Clis, nos vemos.

Miré la ropa que me había traído y la verdad es que era muy bonita. Comencé a ponérmela y cuando acabé vi unos pendientes y dos collares, los observé un rato y al final me los puse. Solté mi pelo de color platino que estaba recogido en una trenza y lo peiné un poco con mis manos para después alborotarlo ligeramente, no me gusta tenerlo demasiado perfecto.

Al estar ya lista salí de la carpa y miré hacia una colina, ahí estaba mi hermoso novio, mi hermano y Aslan hablando, luego miré a mi alrededor y habían algunos narnianos afilando o haciendo armas, otros hablaban animadamente, mientras que otros me saludaban al pasar por su lado y yo les saludaba de vuelta. Dejé de mirar y me dirigí directamente hacia donde estaban Susan y Lucy.

— Hola, ¿a dónde vais? — pregunté cuando ya estaba a su lado.

— Al río, ¿te vienes con nosotras Larie? — me preguntó Su y yo asentí sonriendo.

— Te pareces a mamá. — le dijo a Lucy cuando ya estábamos delante del río.

— Mamá no ha tenido un vestido así desde antes de la guerra. — le respondió Susan recordando.

— Deberíamos llevarles a nuestras madres algunos. — dije sonriendo mientras recordaba a mi madre con un precioso vestido floreado, sonriendo mientras jugaba conmigo, con Kate y con Luke cuando éramos pequeños un año antes de que comenzara la guerra. En ese recuerdo yo tenía doce años, Kate tenía siete años y Luke recién cumplió los catorce años.

— Un baúl hasta arriba. — siguió Lu entusiasmada con lo que dije mientras sonreía.

— Eso si volvemos. — le dijo Su suspirando y Lucy bajó la mirada mientras yo soltaba una pequeña lágrima pero la quité rápidamente, me dolía mucho todo lo que pasó. Había dejado a mis padres en medio de la guerra, vi morir a mi pequeña Kate enfrente de mis narices y no pude hacer nada para impedirlo. — Perdona que esté así, antes nos divertíamos juntas. ¿Verdad?

— Sí. — respondió Lucy.

— Yo... me iré a sentar en el árbol. — dije girándome mientras me iba hacia el árbol antes de que ellas me preguntaran algo, me recosté con la espalda en este y observé a las hermanas Pevensie mientras lloraba silenciosamente, estaban hablando hasta que de repente Su salpicó a Lucy haciendo que ella la salpicara también. Ojalá tuviera a mi hermanita, a mi angelito, aquí a mi lado. La extraño tanto, ella no merecía ser asesinada por aquellos monstruos sin corazón. Cuando me soltaron y vi su cuerpo sin vida en el suelo comencé a odiarme a mí misma, entré en depresión y hasta llegué a intentar suicidarme varias veces.

Las Crónicas De Narnia: El León, La Bruja y El ArmarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora