Capítulo 10: Tú a lo tuyo y yo a lo mío.

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Ya era todo un avance…

Cuando dejé los folios de respuestas encima de la mesa del profesor, pensé en Paul.

Tuve incluso ganas de saltarme las siguientes clases para ir al hospital rápidamente y contarle que el examen me había salido razonablemente bien.

También quería explicarle los ejercicios para que los resolviera y así comprobar que al menos, tenía posibilidades de aprobar. Estaba segura de que se pondría bastante contento cuando le dijera que gracias a él había logrado salir viva.

Pero, se siente, había que quedarse a la clase de francés y a la de literatura. Se me cerraban los ojos sólo con pensarlo.

Afortunadamente, biología era a última hora, por lo que no me dormiría del todo.

Cuando Estela entró en clase, después de las dos horas de asignaturas más que soporíferas, abrí los ojos de par en par.

Estábamos dando un tema muy entretenido que iba sobre la malaria. De hecho, aquel era el año de la malaria, así que era obligatorio dedicarle algo de tiempo en clase a la enfermedad.

Mientras la atendía sin perder ojo ni oído a todo lo que decía, mencionó mi nombre.

– Becca: dime, si tu te marcharas al África subsahariana, con alguna organización de médicos solidarios, ¿qué harías antes de comprar el billete de avión?

Como siempre que me preguntaban, mis compañeros se giraron hacia mí con curiosidad.

Recordé que mi madre me había hablado algunas veces de lo importante que era vacunarse de según qué cosas antes de viajar a determinados países.

La malaria, además, era un tema que me fascinaba. Siendo yo quién era, una friki que acostumbraba a pasar el tiempo libre leyendo sobre temas médicos que poco tenían que ver con el Bachillerato, ya me había informado acerca del paludismo y las fiebres tercianas y cuartanas.

– Pues iría al médico para que me dijera de qué me tengo que vacunar.

Estela sonrió.

– Venga Becca, seguro que sabes más. Se te nota. ¿De qué te vacunarías?

Me sorprendió su respuesta. Claramente Estela sabía que aunque las matemáticas no fueran santo de mi devoción, la biología era algo en lo que me solía encontrar bastante avanzada.

– Pues de fiebre amarilla, hepatitis A, meningitis… Y… No sé si algo más.

– ¿Y la malaria? – me preguntó ella.

Sus ojos oscuros me dieron a entender, por aquel brillo pícaro particular, que se trataba de una pregunta trampa.

– No existe vacuna contra la malaria. Sólo hay unos medicamentos que te protegen… ¿Cloroquina puede ser? No me acuerdo… Se llama… Profilaxis..

Cómo no era capaz de terminar la frase, Estela me ayudó.

– Profilaxis antipalúdica. Veo que estás informada Becca. Muy bien – ella asentía mirándome con aprobación.

Mi ego creció mientras me llenaba de orgullo. Después me acordé del 4,83 de matemáticas y me desinflé como un globito agujereado.

Becca Breaker(I): Contigo © Cristina González 2013/También disponible en Amazon.Where stories live. Discover now