¿Caeré en la tentación?

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—¡¡Te odio!! —grité irritado, él se rió, tomó el cojín y me lo tiró.

Yo indignado cogí otro y lo tiré, ambos comenzamos una guerra de cojines...

. . .

Riéndome tomé el cojín del suelo y lo golpeé con el, él sonrió con malicia y paró el cojín con una mano, yo retrocedí y tropecé con uno de los que estaban en el suelo.

—Joder —me quejé al caer de culo, Peter comenzó a reírse de mí, me sonrojé y lo miré mal.

Peter dejó de reírse y se puso sobre mí, yo lo miré sorprendido, él me miraba fijamente, tenía una sonrisa divertida en el rostro, miré sus rosados labios, tenía un sexy pircing en ellos, lo miré a los ojos, él estaba mirando mis labios, tragué duro, si él no se aparta ahora mismo sé lo que pasará a continuación.

—¿No me tienes miedo? —preguntó en voz baja, me encogí de hombros.

—Peter apartate —dije en voz baja, él sonrió aún más y negó, puso sus frías manos sobre mi cintura y me miró.

Sin más Peter se acercó y juntó sus labios con los míos, yo abrí la boca por la sorpresa y él metió su ágil lengua dentro de mí, cerré los ojos y le seguí el beso, él sonrió y manoseó mi trasero, me cargó y me llevó hasta el sofá, yo me puse sobre él y comencé a sobar suavemente mi trasero sobre su miembro, acaricié su cabello mientras nos besabamos con desesperación, sus labios tenían un sabor dulce, metálico por el pircing y a cigarrillos, sabía bien pero no tanto como los de Wes... ¡¡WES!! Me alejé rápidamente de Peter, ¡soy un puto!

Peter me miró con una ceja arqueada, yo lo miré y respiré hondo.

—Vete Peter —le dije mientras me arreglaba la ropa, él me miró confundido y suspiró pesadamente al ver mi mirada seria.

—Me voy porque tengo que bajarme esta erección y sé que tú no lo harás —dijo él bufando y mirando su paquete, yo no pude evitar reírme al ver como caminaba hacia la puerta, parecía un pingüino. —Vendré luego, bebé —afirmó guiñandome un ojo antes de salir por la puerta, suspiré y me senté en el sofá.

¿Qué voy a hacer? ¿Debería contarle a Wes? Ya sé que él y yo no estamos saliendo o algo así, y a mí supuestamente me gusta él.

Le contaré, después de todo él dejó de tener sexo con sus zorras desde que tiene este extraño arreglo conmigo. ¿Dónde estará? Me pregunté mientras terminaba mi desayuno, ¿por qué me gustó besar a Peter? ¿Aún siento algo por él? Suspiré y me puse a ver tv.

. . .

Es tarde y Wes no ha regresado, lo llamé varias veces a su celular pero no me contesta, ¿qué está haciendo?

Caminé con pasos lentos hacia mi habitación, me tiré en la cama y me quedé dormido...

. . .

Cuando desperté ya era de noche, miré la hora en mi celular, era bastante tarde, bajé al primer piso mientras revisaba si me había llegado algún mensaje.

—Wes —lo llamé en voz alta al ver que no estaba ni en la sala ni en la cocina, fruncí el ceño y fui hacia su habitación, toqué varias veces, a la tercera vez abrí la puerta, él no estaba allí.

¿No ha llegado desde que salió en la mañana? Lo llamé a su celular. Sonó tres veces y luego contestó.

—¿Dónde rayos estás? —le pregunté preocupado, escuché una risita al otro lado de la línea, fruncí el ceño, era una risita de mujer.

—Mmm... Habla Tiffany, Wes dejó su celular en mi casa —dijo la puta esa, ¿qué hacía Wes en casa de esa zorra?

—¿Y qué hacía Wes en tu casa? —pregunté agudizando la voz para que no se diera cuenta de que soy yo.

Mi Niñero (Yaoi/Gay) Where stories live. Discover now