Me encontraba sentada sobre la cama de mi habitación, viendo un maratón de películas de Disney que estarían dando todo el fin de semana. Ahora estaban dando Cinderella y sobra decir que esa es la mejor película y obviamente mi favorita. Mi teléfono comenzó a sonar sobre la mesita de noche y la voz de Ariana Grande inundó la habitación, impidiendome escuchar la televisión. Maldije por lo bajo y me estiré hasta llegar a la mesita de noche. Cogí el teléfono y leí en la pantalla "Mickey".
-Más te vale que sea algo importante -le dije rápidamente.
-Siento interrumpir tu maratón de películas infantiles, pero te tengo una terrible noticia.
-¿Te involucra a ti?
-Uhh... Sí.
-¿Y a mí?
-Sí, también.
-Entonces dime...
-Clary ha tenido un accidente.
-Ugh. Hija de puta. ¿No podía esperar a que terminara el maratón? No, claro que no.
-Hey, no ha sido su culpa, Brooklyn -me reprochó Michael. Rodé los ojos y suspiré pesadamente.
Odiaba a mis amigos. En serio. Los odiaba.
-Ajá, como digas... ¿Qué le ha sucedido?
-Creo que Axel la ha golpeado... Pero nadie sabe nada... Ha estado inconciente desde que la encontraron en su casa.
-¡¿Y dices que no es su culpa?! -le pregunté molesta-. Clary es una estúpida. Ella se buscó todo esto, le dije que dejara a ese cabrón, pero ella siempre quiere jugar con fuego. Ups! Se quemó. Es su problema, no el tuyo, ni el mío.
-Es tu amiga, Brook -dijo lentamente.
-Es mi amiga porque mis padres escogen a mis amigos, ¿bien? Su padres tienen dinero, es parte de una prestigiosa familia y eso les basta a mis padres para que ella pueda ser mi amiga.
-A veces me preguntó porque diablos soy tu amigo -murmuró, y soltó un largo suspiro.
-Porque soy amiga de Clary.
-Sí, debe ser por eso.
Ouch. Eso sí dolió.
-Michael con toda la tranquilidad del mundo te voy a mandar a la mierda junto con la estúpida de Clarissa.
-Entiendo que estés molesta, Brooklyn, yo también lo estoy, pero... -lo corté.
-¡Estoy furiosa!
-¿Nos vemos en el hospital? -me preguntó, y yo lancé una almohada contra la pared.
-¿Me queda de otra, Mike?
-Podrías quedarte en tu casa... Además, nadie va a enterarse de que yo te llamé para avisarte.
-Gracias, Mickey, pero será mejor que vaya a apoyar a la estúpida de Clary.
-Entonces nos vemos en el hospital, ¿no?
-Obviamente -le dije, y corté la llamada.
Son todos unos hijos de puta.
Apagué la televisión y salí de la cama. Eran las nueve de la noche, pero mis padres me llevarían al hospital al saber que mi única amiga ha tenido un accidente. Me quité la pijama y me puse unos jeans junto con un hoodie y unas converse. Recogí mi cabello en una coleta mal hecha y cogí mi teléfono. Mi madre infartará cuando me vea, pero no estoy de ánimos para ponerme algo mejor, ni para maquillarme y mucho menos para peinarme. Además, sólo voy para el hospital. Salí de mi habitación y bajé hasta la primera planta.
No. Puede. Ser.
-Kian, ¿qué haces aquí? -pregunté, tratando de disimular la irritación en mi voz.
-Brooklyn, ¿por qué estás vestida así? -me preguntó mi madre con un evidente horror reflejado en su cara.
-Clary ha tenido un accidente, mamá. Necesito ir al hospital.
-¡Oh, Dios! ¿Qué le ha sucedido? -preguntó rápidamente. No sabía si realmente estaba preocupada, pero tampoco me interesaba saberlo.
-Mamá, no lo se... Mickey me ha llamado hace unos minutos.
-¿Mickey? -preguntó Kian con tono burlón.
-Sí, tú sabes, Kian. Él es mi amante, me has visto varias veces con él.
-Brooklyn Everdeen, ¿qué te he dicho sobre el sarcasmo? -me preguntó mi madre, y no rodé los ojos, sólo por ahorarme otro regaño.
-Que sólo la gente corriente lo usa -dije, y ella sonrió falsamente.
-Kian, ¿podrías ser tan amable de llevar a Brooklyn al hospital? -le preguntó mi madre a Kian, y yo lo fulminé con la mirada.
Dios, él no puede ser tan capullo. Yo se que él ama joderme, pero por favor que diga que no. Ya es suficien...
-Claro que sí, Helena -dijo con una sonrisa.
Hijo. De. Puta.
-Muchas gracias, Kian. Eres un amor -dijo mi madre, y yo rodé los ojos.
-Mamá, me encantaría seguir escuchando como elogias a Kian, pero tengo que ir a ver a mi mejor amiga al hospital -le dije con una falsa sonrisa. Sí, eso fue lo único que heredé de ella, aparte de mi segundo apellido.
Kian y yo salimos de la casa y nos montamos en el Lamborghini Gallardo de Kian. Este auto era lo único bueno que tenía Kian y creanme cuando les digo que es lo único. El camino al hospital duró alrededor de curenta horribles, largos y asquerosos minutos. Al llegar al hospital le dije Kian que no tenía que quedarse, pero el es tan marica y tan inseguro que dijo que mejor se quedaría. De mala manera acepté y entramos al hospital. Cuando nos acercamos a la sala de espera, Kian cogió mi mano y yo rodé los ojos. Al llegar a la sala de espera pude ver a Michael junto con los padres de Clary. En cuanto Michael notó mi presencia se acercó a mi y yo me hubiera acercado a él si no tuviera un novio inseguro.
-Hola, Brook -dijo Michael.
-Se llama Brooklyn -dijo Kian, y Michael rodó los ojos.
-Kian, callate, gracias -dije, tratando de que me devolviera mi mano.
-¿A dónde vas? -me preguntó, soltando mi mano.
-Sólo sientate y espera -le dije, señalando los asientos con mi cabeza.
-Ugh. Está bien.
-Sinceramente, no se como puedes aguantar a ese tío -murmuró Michael, mirando a Kian.
Yo tampoco sabía como lo hacía... De hecho, creo que estaba bendecida o algo así.
-¿No has sabido nada sobre Clary?
-No.
-Oh... ¿Te quedarás aquí?
-No. Un amigo me viene a buscar en media hora... Sólo quería estar aquí un rato. Después lo padres de Clary estarán insinuando que soy un mal amigo.
-¿Y no lo eres?
-Sí, pero a nadie le interesa.
-De hecho eres un pésimo amigo -le dije con una falsa sonrisa.
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Le dedico este capítulo a todas las personas invisible que leen esto.
Literalmente. Nadie. Lee. Esto.
Patético, i know.
