Capítulo 13

35 4 0
                                    

Dudé en acercarme a Esteban, pero, después de tanto tiempo sin verlo creí que sería una ironía perder la oportunidad que se me presentaba

- Hola

Él se giró y al toparse conmigo me dedicó una amplia sonrisa que casi me derritió, incluso podría afirmar que sus ojos se iluminaron, seguramente igual que los mios

- Hola Sofía... ¿cómo estás?

- Muy bien. No esperaba verte por aquí

- No pensaba venir, pero cambié de planes a último minuto. Casi recién llegué por aquí

- Seguro encontrarás algo interesante, hoy hay muchas actividades

- Sí, seguro así será

Se hizo un leve silencio entre nosotros, hasta que hablé

- ¿Vienes solo?

- Sí, no tengo muchos amigos por aquí ¿y tú?

- Iba a ver a mis amigos aquí pero se les hizo tarde, así que, estoy matando tiempo – detuve mi siguiente frase, pero de repente me animé a continuar - ¿quieres dar una vuelta conmigo?

Pareció dudar por un momento, pero finalmente acepto.

Él - como siempre - olía delicioso, su aroma era fresco y dulzon, pero no empalagaba, siempre me hacía sentir en las nubes. Además, se veía realmente guapo, su atuendo no iba más allá de unos jeans, una playera negra y una chamarra de cuero, pero tenía un porte muy especial que lo hacía lucir siempre guapo... muy guapo. Incluso, se veía más jóven con jeans que con su ropa formal "de doctor".

Recorrimos el espacio de los puestos de artesanías, ropa y demás artículos que aprovechaban el espacio para obtener mayor proyección. Fuímos a ver si había algún espectáculo interesante en algunos de los espacios recervados para ello, pero, no encontramos ninguno que llamara nuestra atención, así que volvimos al área de los juegos mecánicos

- ¿Nos subimos a uno?

- ¿Y tus amigos? ¿No hay problema por ellos?

- Acabo de revisar el celular y aún no me llaman – mentí, Any me había llamado pero ignoré la llamada – en un momento más les marco, siempre tardan mucho

- Está bien, subamos a alguno – dijo mientras me dedicaba una sonrisa que me derritió -

- ¿Al que sea?

- Al que quieras - dijo mientras extendía los brazos para mostrarse dispuesto -

Me encantaban los juegos mecánicos, había más de uno que podría haber elegido en ese momento, pero, opté por la rueda de la fortuna, la atracción principal de la feria debido a que era panorámica y prometían una excelente vista de la ciudad. El atardecer estaba cayendo, así que disfrutaríamos de un hermoso espectáculo.

Mientras esperabamos nuestro turno para subir me sentía nerviosa, las manos me sudaban y sentía el corazón casi a punto de salir por mi pecho. No hablábamos mucho, estábamos atentos a nuestro alrededor, solo de repente comentábamos algo e intercambiamos sonrisas.

Por fin llegó nuestro turno de subir, el viaje sería lento pero seguramente hermoso, por la compañía y por la vista de la ciudad.

La canastilla a la que subiríamos estaba completamente cerrada, la parte inferior era de metal, estaba cubierta y tenía unos cómodos asientos recubiertos con imitación de piel. La parte superior era de acrílico transparente, excepto el techo, que también era de metal. Era toda de color blanco.

Cuando comenzó a avanzar solo intercambiamos una mirada de sorpresa y una sonrisa. Por algunos minutos no dijimos mucho, estaba impresionada por la vista y muy nerviosa, temía que todo fuera un sueño y en cualquier momento despertara. Fue hasta que, ya desde una altura considerable él habló

Hasta la RaízDonde viven las historias. Descúbrelo ahora