0 3. - cuando todo se decidió

25 2 7
                                    


CAPÍTULO 3.

CUANDO TODO SE DECIDIÓ

Con un resoplido, Delilah se intentó apartar el flequillo de la frente, que se había pegado debido al sudor. Era un día de verano, de esos de mucho calor y que la pelirroja odiaba con toda su alma. Al contrario que Jaime.

-¡Venga Deli, vente a bañar un rato! -la animó Siena desde el agua.

-¿Y quemarme todavía más? -respondió ella-. No gracias, prefiero quedarme donde estoy.

-Tú te lo pierdes.

Delilah sonrió, se puso los auriculares y volvió a su libro. Los demás no la entendían, pero para ella realmente era más placentero quedarse debajo de la sombrilla, con su gran sombrero de playa y un libro, que meterse al agua y jugar allí con los demás.

En breve cumpliría los dieciséis y sus amigos habían decidido ir un día a la playa a modo de pre-celebración, ignorando las débiles protestas de la chica. Cualquier excusa era buena para ir a pasar el día al mar.

De repente, una sombra se cernió sobre Delilah, sobresaltándola.

-¡Jaime! ¡Te he dicho mil veces que no te acerques a mí sin avisarme! -exclamó cerrando el libro-. Un día de estos me vas a matar del susto.

Él rió.

-Tan dramática como siempre.

-Muy gracioso... -se burló la chica-. Por cierto, ¿qué tal estás?

El chico sabía perfectamente a qué se refería.

-Ahí voy. No verla ayuda bastante.

Jaime y Almudena habían roto unas semanas después de que Delilah volviese de su año en el extranjero, y aunque no quisiera admitirlo, a la pelirroja le alegró la noticia de que la chica no fuese a volver a la casa de los Salma. Era cierto que a veces Siena se pasaba con ella, pero de verdad que la exnovia de Jaime era insoportable.

No era mala chica, tan solo se trataba de que tenía la cabeza un poco vacía. No estaba mal si lo único que buscabas era una relación física y divertida, pero a la hora de tratar de tener una relación medianamente seria... no era tu chica. Delilah, tras aquella tarde en el aeropuerto, se había convencido de que no podía ser tan mala, pero lo cierto es que su incesante charla sobre qué chicos tenían mejor físico y constante parloteo sobre las últimas fotos que había subido a sus redes sociales, no eran las conversaciones que más atrajesen a una persona como la pelirroja. Delilah se había preguntado numerosas veces cómo era posible que Jaime, su Jaime, un chico divertido, inteligente y amable, se hubiese enamorado de una chica como aquella.

Hacía un año hubiese asegurado que sabía todo sobre su mejor amigo, pero tras aquello, Delilah no estaba tan segura. Después de todo, había pasado un tiempo sin verle y había también un lado de él que la chica no conocía: el lado seductor y juguetón de Jaime.

Y no estaba segura de si quería pisar esa línea o no.

Estaba dispuesta a admitir que en alguna ocasión había pasado por su cabeza la fantasía de cómo sería ser la novia de Jaime. Se imaginaba que poco cambiaría, salvo por el hecho de la parte física... parte que a la chica le causaba más curiosidad de lo que se consideraría saludable. Pero lo tenía clarísimo: nunca saldría con su mejor amigo. Después de todo, como su abuela decía, los chicos iban cambiando, pero los buenos amigos son para siempre. ¿No?

-Sabes que me tienes aquí para hablar de lo que necesites, ¿verdad? -respondió, volviendo a la conversación.

Jaime le sonrió.

Hey there, Delilah | ✓Where stories live. Discover now