14. Acogiendo el mando

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—Lo lamento alfa, nuestra luna está en un estado de casi pre-coma—Oí decir al medico mientras acariciaba la larga melena negra de mi hermosa mujer

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—Lo lamento alfa, nuestra luna está en un estado de casi pre-coma—Oí decir al medico mientras acariciaba la larga melena negra de mi hermosa mujer.

—¿Casi pre-coma?—Pregunté en un susurro tratando de calmar mi enojó.

—Así es señor, pudo haber sido un shock repentino por todos los sucesos—Respondió nervioso.

—Así que, ¿debo matarte por no hacer bien tu trabajo?—Pregunté fríamente.

—Señor hicimos...—Lo interrumpi.

—¿Cuando va a despertar?—Pregunté nuevamente.

—No sabemos con certeza alfa, puede que en varias horas, días o semanas. Ella todavía está consciente y refleja buena actividad cerebral, le digo casi pre-coma porque puede respetar cuando lo crea correcto—Gruño. —Pero mediante estímulos musculares o hablarle constante de su vida podemos...—Lo interrumpí de nuevo.

—De ninguna jodida manera, dejemos que por ahora duerma, despertará una vez que esté tranquila y relajada, largo—Ordené.

Desde hace exactamente tres días que salí con ella en brazos de esa maldita mansión

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Desde hace exactamente tres días que salí con ella en brazos de esa maldita mansión. Lo primero que hice fue llegar al penthouse –e– instalar un equipó medico en mi habitación a su cuidado. No a despertado aún después del cambio de ropa y los análisis. Cabe destacar que solo su humana Nicole la vio desnuda.

Mi niña está como en un sueño relajado. No he salido de la habitación, no he hablado con mis lobos, tampoco he sabido de esa asquerosa gente. Damon se ha estado siendo cargo de todo una vez que ordené arrestos y cuarentena. Absolutamente nadie sabe que estamos aquí, excepto un grupo cerrado designado por mí. De mis padres espirituales no he sabido nada. Estoy enojado y muy decepcionado de ellos por su estupida profecía. Les pedí o más bien exigí que me dieran tiempo para asimilar las cosas.

Maldición, mientras yo tenía riquezas, ella sufría.

—Ya es hora de pagar, dañaron a mi loba—Dijo Zachary enojado. Interrumpiendo mis pensamientos, yo solo asentí tiene toda la razón.

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