(⚾) 절대 놓치지 않는 투수 | 03

Start from the beginning
                                        

—Y tendrás que compensarme con helado. Uno grande. De dos bolas. Y me dejas elegir sabor.

—Hecho. Tres bolas si quieres.

—Y… —te acercaste un poco, lo suficiente para que él oliera tu champú de melocotón— tendrás que darme tu número otra vez. Esta vez en el móvil, no en un arma potencialmente letal.

Seungmin sacó el teléfono tan rápido que casi se le cae.

Mientras intercabiais números, tú murmuraste:

Sabes… llevo semanas queriendo hablarte también. Pero soy aún más torpe que tú.

Él levantó la vista, incrédulo.

—¿En serio?

—Todos los días pensaba: “hoy le digo hola”. Y todos los días me escondía detrás de mi libro.

Los dos os mirasteis. Y os reísteis como dos idiotas.

El sol ya se había puesto, las luces del campo se encendieron solas, y allí estabais: tú con un chichón con forma de costura de béisbol y él con el corazón latiendo más fuerte que nunca en un partido de finales.

Oye, Y/N… —dijo de pronto, usando tu nombre por primera vez.

—¿Sí?

—La próxima vez… ¿puedo simplemente acercarme y hablarte como una persona normal?

Tú sonreíste, dulce y tímida.

Solo yano me lances nada más a la cara.

—Trato.

Y así, con una marca roja en la frente y una pelota traicionera como testigo, empezó la historia más torpe y más bonita que jamás se contó en el campo de béisbol del instituto Hanseong.

Habíais quedado el sábado a las cuatro y media en la salida del metro de Hongdae. 
Seungmin llegó veinte minutos antes (como siempre), con una gorra calada hasta las cejas y las manos metidas en los bolsillos de una sudadera gris que olía a suavizante y nervios. Llevaba revisando el móvil cada treinta segundos desde las tres.

Tú llegaste a las 4:29, con el pelo suelto, un vestido ligero de flores y una tirita pequeña en la frente que aún recordaba el incidente de la pelota. Cuando lo viste, levantaste la mano con timidez.

—¡Aquí estoy! No me he perdido… esta vez.

Él sonrió tan grande que casi se le rompe la cara.

Hola… estás… muy guapa.

—Tú también —dijiste, y los dos os quedasteis un segundo en silencio, mirando al suelo como si fuera la primera vez que veíais baldosas en la vida.

El plan era simple: heladería → sala de arcade → paseo por el parque Han. 
Pero nada con vosotros era simple.

En la heladería, Seungmin insistió en pagar.

Te debo tres bolas por el chichón —dijo muy serio.

Tú elegiste fresa y cookies & cream. Él pidió chocolate “porque es seguro”. Cuando os dieron los cucuruchos, él intentó hacer una pose cool lamiendo el helado… y se le cayó medio bola encima del zapato.

—…Esto solo me pasa contigo —murmuró, rojo hasta las orejas.

Tú te reíste y le limpiaste disimuladamente con una servilleta.

   seungmin   in   the   buildiiiing   (+18)Where stories live. Discover now