Eighteen.
Luke Hemmings.
Acabo de levantar mi identidad falsa para poder entrar al maldito club. Si, soy menor y odio serlo. Quiero tener dieciocho y no tener que hacer todas estas porquerías.
La idea en si no fue mia, fue de mi amiga Gabriella, aunque ella ya es mayor.
Al entrar al local veo puras chicas en mini-ropas, tipo esas chicas de revistas. Agh, asco. Volteo los ojos y sigo caminando rumbo a la barra seguida por mi amiga.
Comienzo a escanear en local y me encuentro con Luke Hemmings. Un maldito idiota jodidamente sexy de mi colegio. En realidad digo idiota porque si, la verdad es que muy en el fondo me gusta un poco. Me enteré que hace poco había terminado con la zorra de su novia, ya era hora.
-¿Quieres algo?-
Giro la cabeza en dirección a la voz y veo al barman. Asiento mientras pienso que quiero tomar.
-Una cerveza.-
Vuelvo a mi posición anterior y continuo viendo a Luke. Es tan lindo, lástima que 'soy muy pequeña para él', esto es lo que siempre me dice Gabriella. Bufo y me volteo a sujetar mi bebida, al darme la vuelta el lindo rubio me está mirando pero no duró mucho ya que desvía la vista.
Juro que si fuera lo bastante valiente me acercaría, pero no. No lo soy.
Amo el tatuaje que tiene en su brazo, lo hace ver tan... ¿varonil? No sé si esa es la palabra correcta, pero si.
Estoy esperando el momento de tener ya los malditos dieciocho años, de que mi madre me deje de llevar al colegio -osea, tiene auto ¿quién quiere caminar?- y de que deje de ser una maldita acosadora y voy a hablarle ¿qué puedo perder? Talvez mi dignidad pero ¿qué más da?.
