Yeonjun
Me gustan los amigos de Beomgyu. Están furiosos, igual que él. Sin embargo, el rápido orgasmo que le proporcioné le ayudó a calmarse, por lo que ahora está mucho más tranquilo que ellos. Estamos sentados alrededor de su mesa de comedor, comiendo gominolas y pasas con chocolate mientras intentamos encontrar la mejor manera de hacer que su ex pague por lo que ha hecho.
—¿Quizás un allanamiento? ¿Destrozar su casa? Conozco a algunas personas —sugiere Karina, frunciendo el ceño cuando Beomgyu niega con la cabeza.
—Necesitamos algo más permanente. Algo que realmente le impacte y le haga arrepentirse de haberme traicionado —dice, frunciendo el ceño mientras piensa.
Me contó lo esencial. Taehyun es un aspirante a deportista. Fútbol americano. Es mediocre en el mejor de los casos, pero gracias a su buen aspecto y su personalidad sin escrúpulos, ha hecho algunos contactos.
—Entonces deberíamos centrarnos en su carrera —sugiero, regodeándome cuando la cara de Beomgyu se ilumina.
—Estaba pensando lo mismo —dice—. Y deberíamos hacerlo de forma no violenta, si es posible. Algo así como lo que él está intentando hacer conmigo.
—¡Pero no tenemos ningún vídeo comprometedor de él! —se queja Karina, rebosante de exasperación.
—No, pero... —Beomgyu se muerde el labio inferior. Ese gesto me da ganas de besarlo, pero contengo el impulso—. Una vez conocí a su ex. El tipo estaba furioso, pero era el comienzo de mi relación con Taehyun, así que no le di importancia. Acusaba a Taehyun de chantaje y extorsión... Pero, bueno, se separaron en malos términos y fue Taehyun quien rompió con él, así que pensé que solo estaba siendo rencoroso.
Doy vueltas a esta información en mi cabeza. Si hay una pizca de verdad en ello, podemos aprovecharla. Sonrío. Menos mal que conozco a la persona adecuada para el trabajo.
—Conozco a un tipo —empiezo, llamando la atención de todos—. Le gusta hackear y esas cosas. Apuesto a que puede ayudarnos a sacar trapos sucios de tu ex.
La adoración en los ojos azules de Beomgyu casi me derrite. Es tan jodidamente guapo y precioso. No puedo creer que haya tolerado a alguien tan horrible como Taehyun. Me quedé realmente sorprendido cuando me lo contó. El tipo llegó incluso a burlarse de su carrera como jugador, a pesar de que gana más en medio año que lo que ese imbécil ganará en dos. Simplemente no se merecía ni un segundo del tiempo o la atención de este ser humano tan increíble.
Incapaz de resistir el impulso de tocar a Beomgyu, le cojo la mano y me llevo sus nudillos a los labios. Un delicioso escalofrío recorre su cuerpo y sus mejillas se sonrojan. Sus dos amigos me miran. No es una mirada mala en sí, pero transmite un poco de aprensión. Bien, saben que Beomgyu solo se merece lo mejor. Ahora solo tengo que demostrar que soy el único que cumple los requisitos.
—Pero quizá no haya nada que encontrar —dice Beomgyu con el ceño fruncido, su hermoso rostro nublado por la preocupación.
Soobin, el compañero de Karina, que hasta ahora se ha limitado a escuchar, le da un suave codazo.
—Todos sabemos que es un capullo. Como mínimo, tendrá un vídeo embarazoso o diez. Ese imbécil es un alcohólico crónico.
—Vale —Beomgyu se desanima un poco y se mete unas gominolas en la boca. Mastica lentamente y con una mueca, como si los caramelos fueran ácidos en lugar de dulces. Mi corazón anhela hacerle sonreír, y estoy a punto de proclamar que haré pagar a Taehyun por meterse con mi Beomgyu, cuando mi adorable jugador escupe las gominolas y lanza una mirada desagradable a Karina—. ¿De verdad has comprado las mezcladas? ¡Sabes que las odio!
