✧･ﾟ: 𝚃𝚠𝚘 𝙵𝚕𝚊𝚐𝚜, 𝙾𝚗𝚎 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝 :･ﾟ✧

~•*capitulo 13•*~

—Está bien —dijo, al fin—. Pero no por ti. Por mí. No permitiré que mi vida se vuelva otro movimiento en un mapa.

URSS asintió con gratitud contenida. Afuera, la noche caía cargada de complicaciones, pero dentro, en esa sala pequeña, por primera vez las palabras abrían una posibilidad de reparación y porfin los dos rusos se dieron un abrazo de padre e hijo

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El viento soplaba fuerte sobre las afueras de la ciudad.
El cielo estaba cubierto, y la nieve caía lenta, silenciosa, como si el mundo contuviera el aliento antes de un desastre.

En una calle solitaria, un auto oscuro se detuvo frente a un viejo edificio Dentro, Finlandia observaba por la ventana, nerviosa, con los dedos tamborileando sobre el volante.
En el asiento trasero, dos figuras encapuchadas esperaban instrucciones.

—¿Están seguros de que vendrá por aquí? —preguntó uno.

—Sí —respondió Finlandia sin apartar la vista del reloj—. USA siempre toma esta ruta para volver de la casa de su hermano. Y hoy, estará solo.

Su voz temblaba entre furia y dolor.

—Me arrebató todo —susurró—. Mi trato, mi oportunidad, mi dignidad... ademas me hizo quedar como una loca en frente de mi ruso

Apretó el volante.
—Hoy recupero lo que me deben.

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En otro punto de la ciudad…

USA caminaba tranquilamente, con las manos en los bolsillos y los auriculares puestos.
Cantaba bajito, sin saber que la calma que lo rodeaba era falsa.
En su teléfono, había mensajes sin leer de Rusia:

> “Llegó mi padre. Estoy bien. Luego te cuento todo, amor.”
“Te amo, vuelve pronto.”

Sonrió al leerlos. Aún le resultaba raro usar la palabra “amor” tan libremente, pero se sentía bien. Real.

—Ya casi llego —murmuró para sí.

A pocos metros, un auto arrancó lentamente. Los neumáticos se deslizaron sobre la nieve..hasta que

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En la casa de Rusia…

URSS se había quedado unos minutos más.
La conversación entre padre e hijo había sido larga, intensa, pero al fin algo parecía repararse.
De pronto, el teléfono de Rusia comenzó a sonar con insistencia.

—¿Sí? —contestó.

Del otro lado, la voz urgente de ONU lo sobresaltó:

—¡Rusia! Tenemos informes de un movimiento irregular cerca de tu pareja. No sabemos si es Finlandia, pero hay sospechas. ¡No lo dejes solo!

Rusia palideció.
Sin pensarlo, tomó su abrigo y corrió hacia la puerta.
URSS lo detuvo.
—¿Qué ocurre?
—¡Van tras usa! —respondió, con el corazón desbocado—. ¡No tengo tiempo para explicarte!

URSS lo siguió sin dudar.
Padre e hijo, que ahora corrían juntos hacia el mismo peligro.

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En el puente del norte…

USA alcanzó el cruce que solía usar.
Fue entonces cuando notó algo extraño: el sonido de un motor detrás.
El aire cambió, el instinto le gritó que algo iba mal.

Antes de girar, el auto se lanzó hacia él.
Saltó a un lado a tiempo de ser chocado, rodó sobre la nieve, sintiendo el golpe rozar su hombro.
El vehículo frenó bruscamente.
De su interior salieron dos hombres encapuchados.