La casa estaba en calma.
Por primera vez en semanas, la rutina de ambos había encontrado una cadencia nueva: risas a la hora del desayuno, pequeñas discusiones por tonterías y silencios que ya no incomodaban, sino acomodaban.
USA se movía por la cocina con naturalidad, preparando dos tazas de café. Rusia, aún con la chaqueta abierta, hojeaba un libro que no parecía leer del todo; a ratos clavaba la vista en USA y sonreía sin darse cuenta.
—toma Rusky ^^—dijo mientras le entregaba una taza de cafe–
—gracias estrellita–empezo a tomar mientras miraba a su estrella correr por un paquete y luego volver hacia el–mmm..? Que es eso estrellita?–dijo mientras señalaba la caja–
—de eso te quería hablar,iré un rato a casa de Canadá para entregarle esto,es un regalo que me hizo comprar para su novio y tengo que ir a darselo–
—oh, si quieres te llevo dónde tú hermano –
—no hace falta Rusky,además mi hermano sigue celoso había ti -_-" será rápido ..creo–
—mmm está bien pero no demores estaré aquí okey?–
—jeje okey rusky–
Se despidieron con un beso corto y un “vuelvo pronto”.
Usa salió, las puertas sonaron, y el silencio volvió a instalarse en la casa. Rusia cerró el libro y se acomodó en el sofá, encendiendo la televisión solo por el sonido. Pasaron las horas sin prisas: lavó los platos, ordenó un poco la sala, se puso música baja y, en un momento, se permitió echarse en el sillón y cerrar los ojos. No estaba solo; el calor de la casa aún guardaba el olor de usa —café con vainilla y cacao— y eso le dio una paz extraña.
La tarde se deslizó hasta volverse naranja. la puerta sonó con un golpe seco que lo sobresaltó. Pensó que sería su estrella, de regreso antes de lo pensado. Se levantó con un impulso y fue a abrir.
Abrió y se encontró con una figura que jamás habría imaginado ver ahí en ese instante: su padre, con el abrigo pesado y la expresión tensa. La sorpresa paralizó a Rusia por un segundo.
—¿Qué… qué haces aquí? —dijo, la voz cortada por la incredulidad.
URSS no respondió con evasivas. Miró a su hijo con una mezcla de cansancio y determinación.
—Vine a hablar, hijo¿Puedo pasar?
Hubo un silencio que pesó como una losa. Las palabras de su padre aún resonaban en la memoria; los últimos momentos de humillación y el pacto con Finlandia ardían como heridas abiertas. Pero algo en la postura de URSS hacía que Rusia, entre la rabia y la curiosidad, abriera la puerta suficiente para dejarle entrar. No invitó con palabras; el gesto fue un permiso tenso.
Entraron. URSS dejó caer el abrigo en la silla del recibidor y se quedó de pie, mirándolo todo con ojos que buscaban algo más que excusas. Rusia cerró la puerta con cuidado y lo condujo a la sala. La casa, que minutos antes había sido refugio, de repente se parecía más a un campo de batalla de recuerdos.
—¿Qué quieres? —preguntó Rusia, con la voz dura pero contenida.
URSS suspiro, como si hubiera preparado ese momento durante años. Se sentó frente a la mesa, con las manos sobre las rodillas, y por primera vez en mucho tiempo, mostró una vulnerabilidad antaño insospechada.
—Vine por ti —dijo sin rodeos—. No para separarte usa o encerrarte y nada...vine para hablar y explicarte todo
Rusia se quedó en silencio. URSS continuó, despacio, como si cada palabra fuera una pieza que debía encajar con cuidado.
—Sé que te fallé —empezó—. Lo hice muchas veces. Firmé papeles, tomé decisiones que ahora te duelen porque pensé que eran lo mejor para mantener a salvo lo que quedaba de nosotros. Pensé que haciendo lo “correcto” protegería a todos. Pero olvidé proteger al que más importaba: a mi hijo.
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✧・゚: 𝚃𝚠𝚘 𝙵𝚕𝚊𝚐𝚜, 𝙾𝚗𝚎 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝 :・゚✧
Romance> ❝ 𝘋𝘰𝘴 𝘱𝘢í𝘴𝘦𝘴 𝘦𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴. 𝘋𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘪𝘯𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳𝘴𝘦. ❞ 💌 𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐳𝐨́ 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐯𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐟𝐨𝐫𝐳𝐚𝐝𝐚 𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐢𝐫𝐭𝐢𝐨́ 𝐞𝐧 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧�...
