Capítulo 22

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El tiempo pasó, invité a salir de una manera formal a Poly; ella no se creía que al final de todo me hubiera enamorado de ella o como mi madre me dice: que al final me haya dado cuenta de lo que realmente sentía. Una semana después de la muerte de Gaby comenzamos a salir formalmente Poly y yo, al parecer las cosas si habían cambiado para bien.

El exnovio de Hanna había desaparecido por completo, nadie sabía dónde estaba y todos pensaban que él había sido participe en la muerte de la mejor amiga de mi hermana. Hanna se había vuelto bastante extraña, su cabello lo había teñido de negro y su ropa la había cambiado por un estilo completamente diferente al que acostumbraba, su manera de ser conmigo había cambiado. Éramos más unidos.

--¿A dónde vas? -dijo recargándose en la puerta de mi habitación.

--Voy a salir - dije con una sonrisa en el rostro. Me estaba arreglando para una cita con Poly, le dije que la llevaría a un lugar formal pero no es cierto. Solo quería que se vistiera bastante elegante para la sorpresa que le tenía preparada. 

Acomodé los extremos del cuello de la camisa por fuera del suéter dándole una mejor apariencia. 

--Creo que deberías llevar corbata -dijo Hanna sentándose en mi cama.

-- No, creo que voy bastante bien -hice una mueca y la miré, ella ya tenía una de mis corbatas en la mano.

--Es una lástima -dijo mirando la corbata detenidamente, últimamente su aspecto me daba más miedo.

--¿Qué es una lástima? -pregunté inconsciente. Era ese tipo de respuestas predeterminadas que haces cuando no estas poniendo mucha atención.

--Que la corbata esté un poco arrugada -dijo escogiendo el lugar en el que se hacía más delgado el pedazo de tela. Quería reír o hacer algo para que no pareciera tan tétrica la situación. Le iba a quitar de las manos mi corbata negra pero la sostuvo más fuerte y me miro.

--Esa noche, fui yo -su expresión iba de la súplica a la verdad.

--¿Tu qué? -no sabía con exactitud de qué hablaba.

--Te seguí para asegurarme de que no hicieras una estupidez, sin embargo la hiciste. Si no intervenía te iba a matar. El nunca vio quien fue, no había huellas mías porque solo lo noquee con lo primero que encontré, la verdad, ni yo estoy segura de que era -tenía los ojos rojos y, aunque estuviera su vista perdida en el espacio, sabía que reflejaban arrepentimiento que estaba tratando de convencerse que había hecho bien y supongo que es cierto. Solo que había otro lado de la historia.

--¿Hay más? -asintió con la cabeza.

--Sí. Te traje a casa, Fred y la verdad es que pesas más de lo que aparentas -aunque su comentario tenía la intensión de aminorar la tensión, no lo hizo- Lo fui a ver al hospital, le dije que si no desaparecía de mi vida lo demandaría por acoso a menores de edad además de maltrato físico. Por eso es que huyo el muy cobarde.

--Entonces, eso significa que todas las sospechas de que él mato a Gaby son...

--Falsas -no quería que esa fuera su respuesta.

--Si no fue él... -uní todos los puntos, ella había estado detrás de todo su relación con Gaby había empeorado desde que le dije la verdad, peleas todo el tiempo, su cambio de aspecto, el no bajar a comer ese día...

--Sí, Freddie -dijo y se levantó para mirarme a los ojos, puso sus manos en mi mentón y lo dijo --Fui yo quien mato a Gaby.

Me sentía escéptico. El estómago se me revolvió, no sabía qué hacer o qué dirección tomar. La lógica me decía que la ayudara, que la apoyara e encubriera pero, y luego ¿qué?  

Sweater Weather: f.h®Where stories live. Discover now