TASK FORCE || CoD

CoD Poly

Advertencias:

Sin relación establecida, Ghost y Soap! Amenazantes, Contenido cuestionable, allanamiento, habitación cerrada, consentimiento dudoso.

Personajes: Ghost y Soap

[🔞] Todos los personajes son mayores de edad.

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No dejes abierta la ventana

Al menos no si eres la mujer que Ghost y Soap estaban buscando.

El día se había ido en tratar a los reclutas, cuidar las entradas y evitar que tomen a alguien dentro del equipo de rehén.

Una mañana normal para cualquier médico de guerra.

Pero la noche podía ser más tranquila, al menos eso siempre era mi consuelo. Tener un par de horas de descanso porque alguien más tomó una guardia.

La soledad de la habitación era clara, al parecer la LP había sido mayor para mis compañeros que el descanso.

Eso era bueno, tenía toda la cana para mí sola, al parecer respetaban el espacio de sueño; pero no el armario del conserje.

Miré la habitación, el silencio, las gotas que caían por el ducto de ventilación.

El edificio era viejo, incómodo, pero era algo ridículo quejarse de eso en esta misión.

La ventana abierta llamó mi atención, ¿La habían dejado abierta?

En la calentura seguramente no habían pensado realmente, por lo que me acerqué a ella y me asomaste.

La noche se sentía fresca, tranquila.

Así que me echaste en la camilla, el colchón estaba duro y las sábanas muy finas.

Un lujo siquiera tener sábanas en estos momentos.

Me giré sobre mi propio cuerpo, dándole la espalda a los armarios cargados de medicinas.

Cerré los ojos, esperando a que el sueño llegara; pero antes de eso llegó una sensación extraña.

Fue como si alguien hubiera puesto sus ojos en mí en plena oscuridad, como si hubiera salido de detrás de algún lugar.

Tal vez me estaba volviendo loca.

Volví a cerrar los ojos, pero no pude ignorarlo más.

En un movimiento rápido, me levanté y pude sentir una mano apretando mi muñeca con fuerza, el sonido de la pistola deslizandose por el suelo y la mano tapándome la boca me dejaron saber a qué llegaron los intrusos.

Solo pude intentar gritar cuando un rostro manchado levemente con pintura se asomó junto a un arma malditamente más grande de la que siquiera nos pudieron haber dado, y la mano en mi boca se apretó un poco más.

—Hola —el hombre sonrió, como si esa situación fuera lo más divertido del mundo para él—, mira, solo queremos saber qué pasó con Alejandro.

Negué con la cabeza tan fuerte como pude.

—Tranquila, tranquila —soltó una risita—; no vamos a hacerte nada, a menos que nos obligues, claramente.

El sonido del arma siendo recargada casi hace que se me baje el azúcar.

—Solo debes de decirnos dónde está Alejandro —aclaró, tomando mi barbilla entre su índice y su pulgar, moviendo mi rostro para analizarlo—. Sería una lástima que le pasara algo a esta linda carita, ¿No, Ghost?