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El sonido de los cubiertos chocando con los platos, mientras cortamos carne es lo único que se escucha y claro, la melodía leve de la orquesta que está tocando a unos metros de nosotros.

Saboreo el jugo de la carne en mi paladar y siento cómo mis papilas gustativas están teniendo un viaje astral, la comida aquí está exquisita. Apuntaré este lugar para el próximo cumpleaños de mi hermana.

―Entonces... rose ―limpia la comisura de sus labios y sonríe― ¿Qué te ha parecido la cita hasta ahora?

Intento calmar mis rodillas que no han dejado de moverse desde que me senté y bebo un poco de vino antes de responder.

―La comida está deliciosa ―arrugo la nariz― pero hemos estado escasos de palabras ¿no crees?

Al parecer el ruloso entiende la indirecta y compone su postura. Arrima su plato a un costado y deja caer sus manos en la mesa.

―Supongo que tienes razón.

Desde aquí puedo escuchar el corazón de Harry latir con frenesí, un hombre cómo él lo que menos debe tener son nervios.

― ¿Te parece sí yo te hago las preguntas y tú sólo me das respuestas?

―Sí, está bien ―clava más la mirada en cada uno de mis rasgos y trago algo incómoda.

―¿Por qué yo? ―frunce el ceño y creo no fui muy clara― es decir, Por qué me elegiste a mí.

Comienza a reír nervioso y pasa su mano por su cabello.

―Creo es muy obvio el motivo ¿no? ―me sonrojo y me rio de igual manera, que tonta eres Rose― se que puede sonar cliché pero, sentí atracción por ti desde que te vi, digo, eres una mujer muy hermosa.

―Oh. Bueno, siguiente pregunta ―cambio el tema y sé que mis mejillas continúan rojas― ¿Qué significa E.S?

―Es mi segundo nombre y mi primer apellido. Harry Edward Styles Cox.

―Ingenioso ―admito― ¿Por qué te quisiste mantener anónimo? No era más sencillo que me hables directamente y tal vez conocernos más, es mucho más fácil ¿no crees?

Niega

― ¿Ya leíste el manual que te otorga la escuela cómo docente? ―muevo mi cabeza de un lado a otro― eso supuse ―suelta un suspiro y relame sus labios― Los padres de los alumnos y los maestros de la escuela tienen altamente prohibido tener una relación más allá de la educación de sus hijos.

― ¿Por qué? Digo, eso es algo muy tonto.

―No lo sé. Cuándo inscribí a Darcy, en la junta de padres es lo que me dijeron, de igual forma a nosotros nos dieron un reglamento que seguir. No quería poner en riesgo tu trabajo cómo maestra ¿entiendes?

―Sí entiendo ―sabía que debí haber leído ese tonto reglamento y no usarlo cómo leña para la chimenea― pero no me queda claro de que si tú sabes el "peligro" ―hago comillas en el aire― de que estemos teniendo una cita, ¿Por qué lo haces?

―Porque me gustas demasiado. No creas que no lo medite, sabía cuáles podían ser los riesgos de esto, pero mi lado egoísta no le importó. Estuve muy tentado de no enviarte las manzanas y tener citas con otras mujeres pero todos los días te veía y la imagen tuya con mi hija en brazos, no sé, eso me motivo más a romper las reglas.

Ahora era yo quién tenía el corazón acelerado. Un nudo se instaló en la boca de mi estómago y sólo jugaba con mis manos. No sabía que decir, ósea por un lado me sentía completamente alagada, digo, quién no lo estaría de saber que hay un hombre que está haciendo este tipo de cosas para conquistare. Pero por el otro está mi futuro, desde muy pequeña siempre ha sido mi sueño educar a niños y ser la mejor maestra de todas. No quiero decepcionar la memoria de mi madre con errores estúpidos cómo el amor, ella luchó demasiado para pagar una de las universidades más costosas, simplemente no puedo.

Me levanto bruscamente de la silla y tiró la servilleta de tela a la mesa.

―Harry yo ―movía la mirada de un lado a otro, quería salir de esta situación― lo siento, no puedo hacer esto.

Emprendo la carrera hacía el elevador, evitando a la gente que se cruzaba en mi camino.

― ¡Rose! ¡Espera! ―lo escucho gritar y bufó molesta por la lentitud del elevador. Así que mando al demonio todo y bajo por las escaleras, en uno de los escalones pierdo mi zapatilla, pero no me importa.

Todas las personas fijan la vista en la escena que estoy armando, pero es lo que menos me preocupa. Visualizo un taxi que está punto de avanzar.

― ¡Espere!―por suerte el conductor me escucha y me monto en el vehículo. Harry está a punto de salir del edificio― ¡vamos! ¡Arranque, arranque, arranque!

El chillido de las llantas se escucha y lo único que puedo hacer es ver al hombre ahí de pie, intentando entender todo lo que acaba de suceder.

Red Apple |h.s|Where stories live. Discover now