Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Creo que estoy soñando.
El ritmo sensual que acompaña las voces de C. Tangana y Mora empuja a mover las caderas, y eso es exactamente lo que estoy haciendo, aunque esta vez, por primera vez en mucho tiempo, no se mueven solas.
Frente a mí, Ace baila como si nuestros cuerpos estuvieran hechos para estar juntos y se conocieran mejor que nadie. Sus manos descansan en mi cintura, atrayéndome hacia él de forma suave e instintiva. Tenemos muchas cosas de las que hablar, demasiadas, pero ahora eso no importa. Todas las cuestiones sin tratar pueden esperar mientras decidimos disfrutar el uno del otro de nuevo tras tanto tiempo, tal vez de forma egoísta e inmadura, aunque necesaria. Mañana y los días que vengan podremos hablar de las cosas importantes largo y tendido.
Ahora es el momento de disfrutar de esta pequeña burbuja en la que estamos hoy porque tal vez después de que tratemos todo, no se pueda volver a repetir.
—Veo que te gusta la música que he elegido para esta noche —me dice con sus labios casi rozando mi oído, y puedo escuchar una sonrisa en su voz.
Mis labios se curvan con picardía y me acerco más a él con las manos sobre su pecho, inclinándome sobre su oído.
—¿Y a ti? Porque, que yo recuerde, antes no bailabas tan bien. ¿Has estado practicando?
—Al contrario. No he pisado una fiesta que no sea por trabajo desde hace más de un año... excepto el baile de máscaras. ¿Dirías que eso cuenta como practicar...? —pregunta, travieso, y siento cómo me atrae más hacia él, moviendo sus caderas contra las mías de una forma muy ilustrativa y turbadora.
—Bueno, yo a eso no le llamaría bailar, aunque sí que te moviste bien.
Rodeo su cuello con los brazos y acerco mi rostro al suyo hasta que nuestras narices se rozan. Ya no existe distancia alguna entre nuestros cuerpos, que se mueven al mismo ritmo, deseándose cada vez más y más...
—Me volviste loco esa noche, ¿sabes? Había pasado un año, no conseguía olvidarte, ni estar con nadie más, y entonces llegó esa misteriosa chica enmascarada que me hizo pasar una noche impresionante. Pensé que ella me ayudaría a apartarte de mi cabeza..., pero resulta que ella eras tú y esos ojos solo me hacían pensar en ti cada vez más.