Amber james
Apretó su nalga con fervor mientras deslizaba su cálida lengua por su labio inferior, y ella suspiraba de deseo, anhelando ser tomada por él de una manera salvaje y sin piedad. Él la tomo por la cintura y la lanzó sobre la cama...
Escuché la puerta abrirse de un golpe, levanté la vista y rápidamente cerré el libro que estaba leyendo.
-¡Amber! -grita mi queridísima hermanita al entrar en mi habitación como si estuviera en su propia casa, haciendo un escándalo sin importar si alguien está durmiendo.
-¿Cuántas veces te he dicho que toques antes de entrar? ¿Acaso no sabes lo que es la privacidad? -pregunto, un poco exaltada por el susto que me llevé, pensando que eran mis padres. Si fueran ellos, ya me habrían castigado por leer los libros eróticos que compré a escondidas.
Me mira apenada, baja la mirada y sus rizados cabellos ocultan su rostro de manera desordenada, haciendo contraste con su piel blanca y bronceada.
-Es que quería decirte algo... interesante y no pude esperar -dice mientras levanta la mirada para mirarme directamente. Sus ojos brillan con diversión y curiosidad.
-¿Y qué es eso tan magnífico que descubriste, según tú, que justifica interrumpir mi momento de relajación? -pregunto, levantando una ceja en interrogante.
Su capacidad de fastidiar no tiene límites; siempre es lo mismo. Ella me ignora y camina hacia mi cama para lanzarse de espaldas, con los brazos estirados, mientras contiene una sonrisa, pensando que no me he dado cuenta.
-Ámbar -siseo, molesta. Le doy un golpe con mi pie en el hombro. Suelta una risita.
-Está bien, está bien -dice, haciendo una pausa para reírse como si le hubieran contado el mejor chiste del mundo-. Mira, vi en la televisión una página para buscar pareja. Tiene opción para crear un perfil, enviar mensajes, fotos, audios y videos -finaliza con una enorme sonrisa, como si hubiera revelado algo grandioso. Yo solo ruedo los ojos.
Se preguntarán cómo es posible que haya visto televisión si no tenemos una en nuestras habitaciones. La cuestión es que no nos la permiten, pero en la sala de estar hay un televisor muy pequeño que solo sirve para ver noticias.
"Qué patético."
-Ajá, ¿y qué tiene de importante? -murmuro, sin entender qué resulta interesante de todo esto.
Voltea la cara como si fuera un exorcista, quedando en una postura torcida, rueda los ojos mirándome extraño y frunce el ceño.
-En serio, ponte a pensar -dice de la manera más obvia, cambiando el ceño fruncido por una sonrisa pícara y traviesa, que sé que no traerá nada bueno-. Te lo digo con la intención de que abramos una nueva página cada una, para buscar nuestra pareja ideal y no solo eso. Sino también para divertirnos, así no estaremos deprimidas por este encierro -hace un puchero.
Y ahora es mi momento de soltar una carcajada por la tontería que dijo. Ella entrecierra los ojos apretando los labios. Es que solo a mi hermana se le ocurre eso, sabiendo que no está permitido.
"Dios, gracias por darme una hermana tan chistosa; no sé qué haría sin ella".
Sigo riendo sin poder contenerme; hasta lágrimas salen de mis ojos. Coloco una mano en mi estómago, presionando por lo privada que estoy. Ámbar me lanza una almohada que me da de lleno en la cara. ¡Auch! Eso dolió, haciendo que mi libro caiga al suelo con un golpe seco. Dejo de reír, la miro furiosa y le devuelvo el almohadazo, pero fallo en el intento. Rápidamente se sienta.
-Es en serio, Ámbar... No estoy jugando -gruñe mientras cruza sus brazos, haciendo que sus senos se vean más grandes de lo que son.
-¿Y cómo pretendes que abramos algo así, si ni siquiera contamos con una computadora y mucho menos con un teléfono? ¿Me lo puedes explicar?- la miro, esperando una respuesta, pero no le dejo hablar-. De todas formas, nuestros padres no nos dejarían.
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Infringiendo Las Reglas
Teen FictionSinopsis: En un mundo donde dos hermanas deslumbrantes viven bajo el estricto control de sus padres, la libertad se siente como un sueño lejano. Con personalidades diametralmente opuestas, ambas deciden rebelarse y buscar lo prohibido. Atraídas por...
