pour usage alpha

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La noche era densa, el aire cargado de una humedad que se pegaba a la piel. Jimin esperaba en el dormitorio, sentado al borde de la cama, con una camiseta negra holgada que resbalaba por su hombro, exponiendo la clavícula delicada y la piel dorada de su cuello. Sus shorts ajustados apenas cubrían la mitad de sus muslos, los músculos tersos y brillantes bajo la luz tenue de una lámpara. Su aroma a vainilla y almizcle se derramaba por la habitación, espeso, embriagador, una súplica silenciosa. Sus manos temblaban ligeramente, entrelazadas en su regazo, y sus ojos oscuros se alzaron cuando la puerta crujió al abrirse.

Jungkook entró, su presencia imponente llenando el espacio. El alfa llevaba una camisa ajustada que marcaba cada línea de su torso musculoso, los botones tensos sobre su pecho amplio. Sus jeans negros abrazaban sus piernas fuertes, y su cabello oscuro, despeinado, caía sobre su frente. Sus ojos brillaban con un hambre feroz, un gruñido bajo retumbando en su garganta mientras olfateaba el aire.

-Maldita sea, omega -gruñó, su voz grave y rasposa, dando un paso adelante-. Hueles como una puta en celo, Jimin. ¿Tan desesperado estás por mí?

Jimin tragó saliva, sus mejillas ardiendo en un rojo intenso-. Jungkook-hyung -murmuró, bajando la mirada, sus pestañas temblando-. Te... te necesito. No puedo esperar más -. Su voz era suave, sumisa, un hilo de deseo que hizo que los puños de Jungkook se apretaran.

-Pobrecito -se burló Jungkook, avanzando con pasos lentos y deliberados, como un depredador acechando. Se detuvo frente a Jimin, alzando una mano grande para agarrar su barbilla con fuerza, obligándolo a mirarlo-. Mírame, omega. Vas a ser mío esta noche. Voy a destrozarte hasta que no puedas ni moverte, ¿entendiste? -. Sus dedos apretaron, dejando marcas rojas en la piel suave de Jimin, y el omega gimió, un sonido agudo y necesitado:

-Ngh... sí, hyung.

Jungkook sonrió, una curva cruel en sus labios. Lo empujó con fuerza contra la cama, haciendo que Jimin cayera de espaldas, sus piernas abriéndose instintivamente. El alfa se cernió sobre él, sus manos grandes y callosas rasgando la camiseta de Jimin en un solo movimiento brusco, los jirones cayendo al suelo. El pecho de Jimin quedó expuesto, los pezones rosados endureciéndose al aire, y Jungkook gruñó, inclinándose para morder uno con saña, sus dientes hundiéndose lo suficiente para dejar un círculo rojo y palpitante. Jimin gritó:

-¡Jungkook! -arqueando la espalda, sus manos arañando las sábanas.

-Cállate -siseó Jungkook, lamiendo la marca con una lengua caliente y posesiva antes de morder el otro pezón, más fuerte esta vez, chupando hasta que la piel se hinchó, morada y sensible. Jimin se retorcía, jadeando, su cuerpo temblando bajo el dominio del alfa. Jungkook deslizó sus manos por las caderas de Jimin, sus uñas clavándose en la carne, dejando surcos rojos mientras desgarraba los shorts, arrancándolos junto con la ropa interior en un movimiento violento. El omega quedó desnudo, su piel brillante de sudor, y su erección se alzó, dura y gruesa, el glande rojizo goteando precum contra su vientre.

-Qué sucio eres -gruñó Jungkook, sus ojos oscuros fijos en la polla de Jimin, palpitante y pesada. Agarró las muñecas de Jimin con una mano, inmovilizándolas sobre su cabeza contra el colchón, apretando hasta que los huesos crujieron y Jimin gimió.

-Mmh... hyung, por favor... -Jungkook ignoró la súplica, inclinándose para besar su cuello con fuerza, chupando y mordiendo la piel hasta dejar hematomas oscuros, marcas de posesión que gritaban que Jimin le pertenecía. Su lengua trazó un camino húmedo, descendiendo por el pecho, mordiendo las costillas, dejando dentadas rojas y saliva brillando en la piel.

-Voy a usar cada maldito pedazo de ti -dijo Jungkook, su voz ronca, liberando las muñecas de Jimin solo para agarrar sus muslos, abriéndolos con brutalidad. Las uñas del alfa se clavaron en la carne interna, rasgando la piel hasta que gotas de sangre se mezclaron con el sudor, y Jimin soltó un gemido rotó.

omegaWhere stories live. Discover now