Castigo ※╰SaneIno╮

⇨Castigo UA 2/2⇦

—Mamá— llamó a la mujer mientras está lavaba los utensilios.

—Dime, cariño— respondió secándose las manos.

—Tú, ¿qué pensaste cuando estabas embarazada de mi?— preguntó algo nervioso.

—Estaba feliz, siempre quise ser madre por lo que la noticia me sentó de maravilla— contestó. —Pero también está bien que no te guste.

—¿Si?— preguntó mirando a su progenitora.

—Si, somos seres humanos por lo que todos somos distintos y tenemos prioridades diferentes— comentó tomando la mano de su hijo. —Y estoy muy segura que esta noticia fue terrible para ti.

—Lo fue, fue extraño— confesó agachando la cabeza. —Yo no quería tenerlo.

—¿Y qué te lo impidió?— cuestionó apretando la mano de su pequeño.

—Una familia— confesó levantando la mirada y toparse con la sonrisa de su madre. —Ya no sería solo él y yo, sino que alguien más.

—Si, alguien más que vendrá a tu vida a cambiarla por completo— dijo y guio su mano hacia el rostro del menor. —Estoy segura que será el bebé más hermoso del mundo.

—Si tú lo dices— respondió resoplando. —Gracias.

—De nada, cariño, siempre estaré para ti cuando me necesites— dijo sonriendo. —Puedes preguntarme cualquier cosita.

—Está bien— confirmó.

—¿Alguien más sabe?— preguntó la mujer.

—Sólo Genya— respondió y busco un vaso para servirse un poco de jugo.

—¿Y le dirás a las chicos?— preguntó mirando cada acción del menor.

—Ajá— dijo tomando un sorbo de juego. —En unos días, aún no se.

—Inosuke— llamó a su hijo que le miró de reojo. —Está bien no estar preparado para esto, está muy bien el sentirse incómodo y es muy normal tener pensamientos intrusivos al respecto de la situación.

—Si— contestó y sonrió, de alguna manera eso le había calmado.

—Genial— dijo con una sonrisa. —Me encantó enterarme de esto, enserio.

—¿Te quedarás?— preguntó.

—No puedo, debo acompañar a Douma a una reunión mañana temprano— explicó. —Vendré a verte en la tarde.

—Seguro— contestó.

—Si algo pasa, me avisas— pidió mirando al menor. —Enserio, Inosuke, cualquier cosa.

—Si, mamá, ya entendí— dijo rodando los ojos.

—Bien, confiaré en ti— comentó con una sonrisa.

Luego de eso, tanto la mujer como Douma se despidieron y se fueron. Como ahora Douma era un reconocido empresario, debía asistir a un montón de reuniones y cenas. Y le encantaba que siempre acudiera con su madre a dichas reuniones, eso hacía que su progenitora se sintiera bien. Más iluminada. Como ya era tarde, se dirigió a su habitación, se dio un baño y se fue a la cama. Sanemi llegó al rato después y se acostó a su lado.

—Ven aquí— dijo estirando su brazo e Inosuke se acurrucó contra él. —¿Te sientes bien?

—Si— contestó levantando la mirada.

—Te amo— confesó y beso la frente del chico. —Me haces muy feliz.

Ante la mirada del menor no soporto y besos sus labios. El beso fue correspondido en su totalidad y fue cada vez más intenso. Tomó la cabeza del chico, de la nuca; e intensificando aún más. Entrelazando sus lenguas entre sí. Dirigió su otra mano hasta la cintura baja contraria y tiro de su cuerpo para quedar más cerca. Lentamente introdujo una mano dentro del pantalón de pijama del chico, pero antes de seguir rompió el beso y miró al chico.