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Estaba algo nervioso. Todos los exámenes habían salido de maravilla, todo iba impecable y si dios quería, el bebé iba a nacer en siete meses, si, ya tenía dos meses de embarazo. Por eso se había sentido tan mal, náuseas y antojos extraños. Una vez supieron los resultados de los exámenes, decidieron darle la noticia a Kotoha y Douma por lo que habían organizado una cena para ello.
—No puedo creer que hayas estado una semana entera sin comunicarte conmigo, Inosuke— reclamó la mujer mirando a su hijo. —Si no hubiera estado en ese crucero, habría venido a regañarte.
—Lo siento, estaba algo ocupado— trató de excusarse.
—¿Y qué es eso tan importante que olvidaste llamarme?— cuestionó la mujer.
—Ya cariño, el trabajo debió ser cansador— habló Douma tratando de calmar a su amada.
—Los citamos hoy porque Inosuke y yo debemos decirles algo de suma importancia— interrumpió y tomó la mano del chico bajo la mesa.
—Mamá, supongo que otro de tus sueños sí se hará realidad— comentó mirando a su madre y la mujer abrió los ojos. —Tendrás un nieto o nieta.
—¡Oh por dios!— exclamó la mujer cubriéndose la boca. —No puede ser, no puede ser.
—Vaya, que gran noticia— agregó Douma incrédulo.
—Dios santo, ¿es verdad?— preguntó la mujer levantándose y tomar el rostro de Inosuke. —¿Tú estas..?
—Si, estoy esperando un bebé— reveló y los brazos de su madre lo rodearon al instante.
—Felicidades— dijo Douma estrechando la mano de Sanemi. —Me alegro mucho por ustedes.
—Gracias, Douma-san— comentó con una sonrisa.
—No sabes lo feliz que me haces— dijo besando la mejilla derecha de Inosuke y después la izquierda.
—¡Ya, mamá!— reclamó ante las muestras de afecto.
—Es verdad, mi vida, siento que explotare de felicidad— confesó con los ojos vidriosos.
—¿No te parece extraño?— preguntó mirando a su madre.
—Bueno, no tanto, Kotoha se había enterado de una pareja que había tenido un bebé y digamos que rezo mucho para que tú también tuvieras esa bendición— reveló Douma.
—Cariño, no digas eso— dijo la mujer.
—Fuiste tú quien me puso en estos aprietos, mamá— comentó soltando un resoplido.
—Mi cuarto deseo se cumplió, ahora puedo estar tranquila— confesó besando la frente del menor. —Quería verte salir de la universidad, conseguir trabajo, que te casaras y que tuvieras hijos.
—Y todo se cumplió— finalizó Douma.
—Sanemi-san— llamó al hombre.
—Dígame— contestó mirando a la mujer que tomó de sus manos.
—Gracias por hacer feliz a mi hijo y darme esta bendición— confesó con una sonrisa.
—¡Ay, mamá!— exclamó avergonzado.
—Es él quien me hace feliz a mí, así que gracias a usted— contestó con una sonrisa.
—¡Mejor comamos!— pidió aún avergonzado ante la situación.
Kotoha sonrió y le dio el último beso a Inosuke sobre la frente antes de volver a su lugar, junto a Douma. Estaba que rebosaba de felicidad, era una noticia maravillosa que no dejó de hablar de ello en toda la cena. Ya se había enterado de un caso similar, de hecho, fue en el crucero que estuvo junto a su pareja. Tanto Douma como ella habían quedado en blanco al escuchar la noticia de la pareja, era algo alucinante. Y después de haber compartido con dicho matrimonio, no le quedó más que rezar para que Inosuke tuviera la misma bendición. No iba a negar lo extraño que era, pero como había dicho el doctor, la ciencia y biología también avanzan con el tiempo. El cuerpo se adapta a su nuevo entorno. Curioso.
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Castigo ※╰SaneIno╮
FanfictionSanemi tenía reglas impuestas a todos sus estudiantes, reglas que no se deben rompen en su clase. A Inosuke no le importan las estúpidas reglas impuestas por su profesor de matemáticas, de hecho, le encantaba romperlas ya que nadie le ordenaba nada...
