｡:ﾟ𝓐𝓫𝓸𝓾𝓽 𝓾𝓼ﾟ:｡ ᴹᵘˡᵗⁱᶠᵃⁿᵈᵒᵐ

•| Sebastian | Stardew Valley |•

Personajes: Sebastian x lectora.
Tipo: OS.
Au: Ninguno.

Disclaimer: Posible OoC.

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THREE AM|SEBASTIAN
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La extrañeza en tu rostro adormilado habla por ti, acabas de escuchar tu celular vibrar. Lo tomas de tu mesita de noche, justo al lado de la lampara. Miras la hora antes de revisar el mensaje que saltaba en las notificaciones.

3:04 a.m.

Y el remitente, Sebastian.

[Hey.]
[Necesito verte, veme en la parada de autobus.]

Lo contestas sin pensarlo, todavía adormilada.

[¿Qué pasa?]
[Espérame, ya voy.]

La respuesta llega más rápido de lo que crees.

[Trae una chaqueta. Hace frío.]

Y entonces sales de la cama con preocupación, el sueño y el cansancio después de estar todo el día en la mina habían desaparecido en un instante. Te cambias rápido usando una chaqueta que él te había prestado hace unos días atrás, a decir verdad, lo que había entre ustedes era algo complicado. Es decir, ambos sabían que se gustaban, de otra manera no estarías corriendo a su llamado a las tres de la mañana; lo complicado venía cuando ninguno de los dos quería dar el primer paso, quedándose estancados en una amistad donde querían a gritos algo más.

Cuando llegas te ves visiblemente exaltada por correr, él está allí, simplemente apoyado en su motocicleta, con el cigarro consumido entre los dedos. No te mira de inmediato, pero el casco extra en el asiento lo dice todo. Lo conoces lo suficiente como para saber que este gesto significa más que cualquier mensaje de texto.

—¿Me escribes a mitad de la noche solo para dar un paseo? —Bromeas, acercándote con pasos cautelosos.

—Hola, ¿Te parece estúpido? —Te miró, regalándote una ligera sonrisa.

—No. —Niegas rápidamente con una pequeña sonrisa. —Solo... Inesperado.

—Pensé que no vendrías. —Admite, finalmente alzando la mirada. Sus ojos se ven más claros bajo la luz tenue de la carretera. — No todos contestan a las tres de la mañana.

—Lo bueno que me has escrito a mí.

Él te observa en silencio por un momento, como si no supiera qué hacer con lo que acabas de decir. Luego se aparta ligeramente y te ofrece el casco.

—Sube. Quiero mostrarte algo. Es más fácil que explicarlo.

Subes detrás de él sin preguntar más. Nerviosa no sabes dónde colocar tus brazos para sostenerte, y es cuando él arranca cuando tus brazos lo rodean casi por reflejo. Sientes un suave zumbido en su pecho, una risa.

La moto ruge, despertando el silencio de la madrugada, y el viento se cuela entre la tela de tu chaqueta. El mundo dormido queda atrás.

Y mientras las luces del pueblo se disuelven en la oscuridad, entiendes que cuando Sebastian llama a las tres de la mañana, no es solo por el paseo.

Es porque, en el fondo, espera que alguien —aunque sea una persona— no lo deje solo cuando el ruido en su cabeza se vuelve demasiado fuerte.

Después de un rato la moto se detiene con un ronroneo suave.

Sebastian apaga el motor y se quita el casco en silencio, sacudiéndose el cabello mientras tú bajas con cuidado. El aire ahí arriba es más frío, y el valle se extiende abajo, dormido, con sus luces titilando como si también soñara.