La sala de Barchole, un lugar de reunión de fragmentos y sobrevivientes. Damián y Herner, agotados, yacían inconscientes en el cuarto que Scott les había dado. Travis, con su fuerza implacable, los había llevado a ambos él solo. Majin, el ser enigmático, observaba la escena y pensaba con su voz monótona: "Ya esto parece un hotel".
En el centro de la sala, Maquiavelo, con el pergamino en sus manos, usó su habilidad de revivir. Se concentró en los restos de Marlon, y un destello de luz lo envolvió. Marlon, el arquitecto de existencias, volvió a la vida, pero no fue una resurrección pacífica. Cuando despertó, un grito desgarrador resonó por toda la sala: "¡Smiled! ¡Sanford!". Gritaba los nombres una y otra vez, su mente aún atrapada en los horrores de la explosión. Scott, con un gesto de empatía, lo abrazó, intentando tranquilizarlo mientras la confusión y el miedo se apoderaban del recién revivido.
Mientras tanto, en lo más profundo del universo, en un lugar que era más un concepto que un paraíso, el Dios corrupto se preparaba para la siguiente fase. Con un movimiento de sus manos, revivió a Danilo, el hombre que Ciclón había reclutado. El Dios corrupto sabía que la fuerza que había destruido Ciclomania era una amenaza que debía ser enfrentada con una aún mayor.
"Te he vuelto un ser mucho más fuerte que yo", le dijo el Dios corrupto a Danilo. Lo convirtió en un dios, un ser capaz de oponerse al poder que arrasó con todo un reino. Para ello, Danilo absorbió la energía de todos los hombres del Dios corrupto y la mitad de la del propio dios. El Dios corrupto se enfureció, pero con un ligero movimiento de su dedo, Danilo lo convirtió en su esclavo, demostrando que su poder ya había superado a su creador.
Danilo había cambiado. Su pelo se había vuelto inmensamente grande y esponjoso, su cuerpo se había vuelto gigante, y vestía una ropa negra que parecía la túnica de un padre de iglesia. Era un ser capaz de volverse más fuerte que cualquiera a su alrededor, una amenaza que nadie podía prever.
En la habitación, Damián despertó y se encontró con Travis. "Volveré al origen", le dijo Damián a Travis, su voz llena de la misma ambición de siempre. "No dejaré que nadie me robe mi trono."
Travis lo miró con curiosidad. "Oye, ¿eres hermano de Scott? Se parecen mucho, solo que él tiene barba."
"Sí, lo soy", respondió Damián con frialdad, "pero no me importa."
Scott, que había estado con los brazos cruzados, se acercó a Damián. "Deja tu locura por el origen. He sentido una presencia, una que me dijo Marlon, se llama el Dios corrupto."
Damián lo miró con una sonrisa. "Sé de él, pero no le tengo miedo a nada."
En ese momento, la puerta se abrió de golpe y Majin entró con una expresión de pánico que era rara en él. "Algo le está ocurriendo a todo lo que existe", dijo Majin, su voz llena de urgencia. "Algo está absorbiendo toda la energía de todo lo que existe."
Era Danilo, un dios corrupto que se alimentaba de la existencia misma, listo para reclamar su lugar.
