Capitulo 17

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[WhatsApp de Marcos]

Amor ya estoy aquí, baja.

Ya voy.

-Hola amor-Marcos ni siquiera me dejó salir de la casa cuando ya me estaba besando.

-Eh como si hace años no nos hubiéramos visto-dije al separarnos.

-Mmm casi.

-Que exagerado.

-Eh vale, te llevaré a un lugar muy bonito merecedor de que una chica como tu vaya.

-Pero qué cursilería.

-Veo que vos no aprecias mis buenas intenciones, ahora iremos a comer perros calientes al puesto de la esquina.

-No es mala idea, el puesto de perros calientes de la esquina es muy bueno-Marcos me miro con cara de que "¿estas en serio?"

-Solo bromeaba.

-No pues ahora me llevas al puesto de la esquina-le hice pucheros-quiero perros calientes.

-Vale, te llevaré al puesto de la esquina si eso es lo que quiere mi novia.

Como muestra de agradecimiento le di un beso en la mejilla y comencé a caminar en dirección al puesto de perros calientes.

-¿Iremos caminando?-preguntó.

-Si, no es muy lejos.

-Pero es mejor en el coche.

-Caminar ayuda a la salud, además lo necesitas.

-¿Qué?-dijo ofendido-¿me acabas de decir que estoy gordo?

-Esas no fueron mis palabras, peeero si así es como lo entendiste, no es mi problema.

-Que mala novia tengo.

-Puedo ser más mala, si quieres-dije acercándome a él lentamente mirándolo fijamente a los ojos.

-No hagas eso-le sonreí pícaramente.

-Vale, pero camina que muero de hambre y realmente se me antojan unos perros calientes.

***

-Alicia ya te has comido 3 perros calientes creo que ya es suficiente.

-Nunca ef fufifiente comida-dije con la boca llena.

-Mmm ya veo.

***

-Aaaah estoy muuuuuy llena, ¿tu no?

-Lo normal.

Rodee los ojos.

-Obvio si solo te comiste solo dos. El señor de los perros calientes debía de estar pensando que nunca en la vida había comido.

-Yo hubiera pensado lo mismo.

-Muy gracioso-dije cruzandome de brazos.

-Ya amor, perdón.

-Si me compras un batido de fresas te perdono.

-Pero no acabas de decir que estas muuuuy llena.

-Nunca se está muuuuy llena para tomar un batido de fresas-

-Vale, si eso es lo que quieres.

-Si, eso es lo que quiero y...otra cosa.

-¿Así? ¿Qué cosa

-Adivina.

-¿Un pastel?-negué-¿Chocolate?-negué nuevamente-¿Hamburguesa? ¿Pizza? ¿Pollo? ¿Helado? ¿Más perros calientes?

-No. Una pista, no es comida.

-Eeeh pues ¿quieres ir a algún lado? ¿Quieres que te compre ropa? ¿Unos zapatos? ¿Tacones? ¿Un reloj?

-No, que imaginación la tuya.

-¿Y entonces? Ya no sé qué más decir.

-Quiero que esto nunca termine. Quiero que nunca te aburras de mi y ya no me quieras. Quiero que siempre estés a mi lado y no importa si me enojo contigo, mas te vale que te quedes a mi lado. Quiero que tengas esa confianza en mí de contarme tus miedos... Quiero que me seas sincero... Que me quieras como yo a ti.

-Después dices que soy yo el cursi.

No pude evitar reírme.

-Eres un tonto.

-Un tonto que lo único que hace es pensar en ti. Y no te preocupes amor, nunca dejaré que lo nuestro termine. Nunca me aburriré de ti. Y cuando te enojes ten por seguro que me quedaré a tu lado, así sean horas de silencio, tu intentando matarme mentalmente, estaré a tu lado esperando que se te pase el enojo.

-Somos un par de cursis.

-Eso es lo que hace el amor.

***

Pasamos la tarde en el parque. Luego de haber comprado los batidos nos sentamos en un banco. Hablamos por horas. Mientras hablaba con Marcos puede notar que al hablar siempre movía sus manos, nunca las dejaba quitas. A veces ni me concentraba bien en lo que me decía, estaba más pendiente a sus ojos, hoy se veían más azules y brillantes. Me perdía en su mirada... era como el mar hacia el horizonte, sin fin.

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