Desde la distancia, los observaba: Renar y Maelis, uno frente al otro, sus miradas fijas. A simple vista era solo un entrenamiento... pero cuando Maelis soltó una risa al esquivar uno de sus golpes, y Renar se permitió sonreírle de vuelta, algo dentro de mí se removió.
¿Qué es este sentimiento? ¿Celos?
Me obligué a apartar la mirada. No tenía ningún derecho a sentirme así. Después de todo, Renar no me pertenecía. Apenas lo conocía realmente... y, sin embargo, desde el baile, algo había cambiado. Aquella noche seguía repitiéndose en mi cabeza como un eco suave: cada paso, cada palabra que compartimos, y cómo me miró, como si yo fuera importante. Como si me viera de verdad.
Me senté en el suelo, lejos de los demás por un momento, pidiendo un descanso a Edric con un gesto. Asintió. Necesitaba distraerme.
Pero, en lugar de paz, lo único que encontré fue otra figura que se colaba insistentemente en mis pensamientos: Auren.
Su voz volvía una y otra vez, envolviéndome con esa mezcla de seguridad y encanto que siempre lo rodeaba.
"Piénsalo bien, Lyra. No tengo prisa, pero me gustaría que me dieras una oportunidad. Seríamos una gran pareja."
¿Qué significaba eso? ¿Qué esperaba él de mí? ¿Y por qué, a pesar de lo perfecto que parecía todo con Auren, seguía pensando en la sonrisa de Renar, en cómo me sostuvo entre sus brazos mientras bailábamos, en cómo el mundo pareció detenerse un instante cuando nuestras miradas se encontraron?
Negué con la cabeza, como si pudiera sacudirme los pensamientos.
De repente vi a Auren. Estaba a las orillas del campo.
—Tomen un descanso —gritó Edric.
Vi cómo Renar y Maelis se fueron juntos, con Aria y Elior detrás. Solo me quedé sentada ahí.
Auren se acercó a mí.
—Hola, ten —me dijo, extendiéndome una cantimplora.
Lo miré, un poco sorprendida por su presencia repentina, pero acepté el agua con una pequeña sonrisa.
—Gracias... —dije en voz baja, sin poder evitar que mi mirada se desviara hacia donde Renar y Maelis se alejaban.
Auren se sentó a mi lado en el suelo. Durante unos segundos, ninguno dijo nada. Solo el sonido del viento y las risas lejanas de los demás nos envolvían.
—¿Estás bien? —preguntó finalmente, sin mirarme directamente—. Te notaste algo distraída hoy.
Asentí, pero luego me obligué a hablar con sinceridad.
—Sí... bueno, no lo sé. He estado pensando mucho.
Auren giró la cabeza para mirarme. Sus ojos, usualmente cargados de confianza, se mostraban hoy más suaves. Más humanos.
—¿Sobre lo que te dije?
Lo miré de frente esta vez. No quería herirlo. Él había sido un buen amigo, alguien que siempre intentaba hacerme sentir cómoda, incluso cuando yo misma no sabía quién era aquí.
—Sí... Auren. Eres increíble, en serio. Y desde que llegué has hecho todo por ayudarme a adaptarme. Pero...
Bajé la mirada un segundo. Tomé aire.
—No quiero darte falsas esperanzas. No quiero mentirte. No creo que pueda corresponderte de la forma en la que tú deseas. Al menos no ahora... y no sería justo para ti que intentara hacerlo solo por gratitud o confusión.
Él me observó en silencio. Durante un instante, temí que lo hubiera lastimado más de lo que imaginaba. Pero entonces sonrió, una sonrisa algo triste, pero sincera.
YOU ARE READING
•Segundo Aliento• (Parte I)
RandomCinco chicos. Un juego. Un accidente lo cambia todo. Despiertan en un mundo que no debería existir. Un lugar donde todo arde, duele y se siente real. Poderes, reinos enfrentados, secretos que los persiguen. ¿Están allí por error... o es su destino? ...
