No te enamores de él

°° Capítulo 03 °° Patrick °°

Cuando termino la prueba de Cálculo, y le entrego mi hoja al profesor, quien elogia los colores que empleé para escribir y decorar, regreso a mi lugar para guardar mis cosas, viendo de reojo a mi pareja de cálculo, que luce muy concentrado mientras anota sobre su hoja cosas que parecen jeroglíficos egipcios. Me encojo de hombros al darme cuenta de que Louis y yo tendremos bastantes problemas con las tareas y proyectos a entregar, ya que ambos tenemos diferentes estilos de trabajo, aunque para una Morgan jamás hay imposibles, de modo que cuando salgo del salón, pienso en diferentes opciones que me pueden ayudar a resolver mi problema.

Mientras sigo analizando mi situación, veo como todos salen del lugar con una mueca de desagrado, todos menos mis amigas, de modo que cuando veo que han pasado más de cuarenta minutos sin que alguna de las dos salga, decido ir al baño, lo que es una buena decisión, ya que por la hora el lugar no parece una fila para pedir autógrafos, lo que agradezco mentalmente entrando velozmente a uno de los cubículos vacíos que están al fondo. Cuando salgo y me lavo las manos, me percato de que mi rostro reflejado en el espejo ya no luce tan mal como en la mañana, todo gracias a los tutoriales mágicos de Yuya, lo que me anima demasiado, así que, tras arreglarme el cabello, y tomar mis vitaminas, salgo del baño tarareando una canción de 5 seconds of summer.

—Al parecer mi horóscopo tenía razón al decir que cosas buenas me iban a suceder el día de hoy—agrega alguien de pronto, colocando su mano contra la pared, obstruyéndome la salida—Es un placer verte, Belle.

—Mueve tu trasero de mi vista Peter.

Los ojos verdes de él me escanean de pies a cabeza, mientras sonríe con lo que a mí me parece como malicia, y sé que ese es su modo de decir que no me dejará en paz.

—Relájate un poco Annabelle, no te estoy haciendo nada malo—murmura, acercando su rostro más a mí—Aún.

La sonrisa de Peter se agranda en cuanto termina de hablar, dejándome entrever su brillante dentadura que es idéntica a la de Chelsey, lo que me hace recordar que ellos tienen la misma sangre, y que por eso, debo ser menos grosera que de costumbre con su asqueroso primo, pues los padres de la rubia lo adoran como a un hijo, y yo no le quiero causar de nuevo, problemas a mi amiga por culpa de este idiota.

—Tengo cosas más importantes que hacer que perder mi tiempo hablando contigo Peter, así que hazte a un lado.

—¿A esta hora? —inquiere, enarcando una ceja—Se por Chelsey que tienes clase de Cálculo, y que si estás aquí sin tus amigas es porque están en prueba, de modo que pasar unos minutos conmigo no te matarán.

—Tal vez hablar contigo no me va a matar, pero no me interesa lo que tengas que decirme, así que si me disculpas...

Cuando intento moverme, Peter me bloque el paso, negando con la cabeza.

—¿Tanta prisa tienes muñeca?

—Ya te he dicho que no me llames muñeca—mascullo, con una evidente mueca en los labios.

Odio ese maldito apodo desde que la película Annabelle se estrenó en cines.

—De acuerdo Belle, dejaré de llamarte así solo si me concedes tres minutos de tu tiempo.

—¿Para qué? —pregunto con desconfianza—La última vez que me pediste unos minutos para charlar, terminaste con el puño de Jasper en tu cara.

—Si, pero ahora no se encuentra ese chismoso versión barata de Edward Cullen rondando cerca de nosotros.

Enarco una ceja cuando me percato de que Peter apodó a Jasper con el nombre de un vampiro que es amado por casi todas las chicas, pero parece que para él esa es una gran ofensa, pues sigue hablando de manera entusiasta.