𝗢𝗢𝗣𝗦! ⋮↬KOOKTAE AU

꒰ა 038 ໒꒱

El timbre de la puerta sonó apenas entraron, y Taehyung sintió un escalofrío recorrerle la espalda. El lugar era... peculiar. Las paredes estaban decoradas con ilustraciones de payasos, cada uno con un atuendo inspirado en una flor distinta, desde lirios hasta girasoles. Lo más extraño era que todos los payasos pintados sostenían la flor que representaban, mirándolos con sonrisas eternas que oscilaban entre lo tétrico y lo fascinante.

—Este lugar da un poco de miedo, ¿no crees? —susurró el castaño, mirando de reojo una figura en la pared que tenía un enorme girasol pintado en el pecho.

—Es raro, pero a la vez está cool. Mira, ese payaso está vestido como un tulipán, ¡es genial! —dijo el pelinegro, con una sonrisa divertida, como si disfrutara del ambiente extraño.

Taehyung rodó los ojos y se ajustó el abrigo. —Genial no es la palabra que yo usaría —respondió, aunque su mirada curiosa volvía una y otra vez a las ilustraciones. Había algo hipnótico en ellas.

Ambos se dirigieron a una mesa en la esquina del local, la más apartada, donde podían observar todo el ambiente sin sentirse demasiado expuestos a los ojos pintados de los payasos. En cuestión de minutos, cada uno tenía frente a sí un bowl de vidrio. El castaño había pedido tres bolas de helado de vainilla, coronadas con una montaña de fresas frescas y chocolate derretido. Jungkook, en cambio, tenía tres bolas de helado de galleta oreo, adornadas con gomitas de colores que parecían formar una pequeña fiesta en su postre.

—Ya me dirás qué quieres para tu cumpleaños —soltó el tatuado, mezclando una de las gomitas en su helado con la cuchara.

El castaño sonrió apenas, sin apartar la vista de su bowl. —Ya te dije que te lo diré el mismo día —respondió, metiéndose una fresa bañada en chocolate a la boca.

Jeon ladeó la cabeza, incrédulo. —Ni siquiera sabemos si podremos vernos ese día... A menos que sea bien tarde y me meta a tu casa —dijo con una sonrisa traviesa.

Taehyung soltó una carcajada, mirándolo por encima de las pestañas. —Qué confiado lo dices... Será que te metiste a muchas casas en tu soltería, ¿eh?

Jungkook rió, negando con un gesto despreocupado. —Nadie ha despertado mi lado de chico malo como para hacer esas cosas... pero por ti podría.

El comentario hizo que Taehyung bajara la mirada, escondiendo una sonrisa en el borde del bowl. —Como sea —dijo, fingiendo indiferencia—, igual puede que tengas el honor de pasarlo conmigo.

El pelinegro lo miró con una ceja levantada, esperando que siguiera hablando. El castaño no lo hizo hasta que terminó de comer una fresa.

—Mis padres estarán ocupados. Van a viajar a Ilsan para una reunión con futuros socios y expandir la inmobiliaria. Mi hermano, como siempre, trabaja todo el día y vuelve de noche. Leehan podría ser la excepción, no lo sé. Y las chicas... bueno, Joy, Yeri y Jimin están con los exámenes. Nadie ha mencionado hacer algo.

Jungkook inclinó un poco la cabeza, pensativo. —Quizás te quieren sorprender.

Kim negó rápidamente, esbozando una sonrisa divertida. —Ellos no son de esas cosas. Siempre hablan conmigo para evitar hacer algo que no me guste, así que prefieren preguntarme directamente qué quiero. Igual lo entiendo. Los exámenes no serán fáciles, ya casi estamos al final del semestre... Está bien, no me quejo. Podemos pasarla juntos.

El tatuado fingió tocarse el pecho con dramatismo, como si estuviera herido. —Ok... Aceptaré ser tu última opción.

—Bobo —murmuró el castaño, sin poder ocultar la risa.

Jeon sonrió ampliamente, disfrutando del momento. —Luego de tus exámenes, ¿qué te parece si vamos al parque de diversiones? Y nos quedamos hasta que cierren.

Taehyung levantó la mirada, sorprendido por la propuesta. —¿Hasta que cierre? —repitió, con una mezcla de emoción y duda en el rostro.

—Hasta el último segundo. Aunque esté lleno de gente, ese lugar será nuestro. Te lo prometo —respondió el pelinegro con firmeza, dándole un toque de seguridad a sus palabras. Luego añadió con una sonrisa traviesa—: Y nada de vomitar, ¿eh?

Kim soltó una pequeña risa. —Claro que no, yo no vomito.

Jungkook lo miró como diciendo “sí, claro”, y arqueó una ceja con gesto burlón. —Está bien, cariño, sostendré tu espalda cuando tengas arcadas.

—Idiota —dijo el castaño, dándole un leve empujón con el pie por debajo de la mesa.

El ambiente entre ambos era cómodo, como si el tiempo se detuviera solo para ellos. Entre cucharadas de helado y risas leves, parecían ignorar por completo lo extraño del lugar. De vez en cuando, Taehyung desviaba la mirada hacia uno de los payasos pintados en la pared, con un vestido cubierto de pétalos de rosas rojas. Algo en la expresión fija del dibujo le resultaba inquietante, pero la presencia de Jungkook a su lado hacía que esa incomodidad desapareciera poco a poco.

—Entonces... —dijo el pelinegro tras un momento de silencio— vete preparando, será el mejor cumpleaños de tu vida, lo organizar yo.

—¿Tú crees? —preguntó el castaño, metiendo otra cucharada de helado en su boca, fingiendo poca credibilidad.

—Oye, estás hablando de Jeon Jungkook. Compré todas las paletas del bar del colegio, recuerdas? Solo porque Chwuan tiró la tuya.

Taehyung lo miró con una mezcla de ternura y burla.

—Lo recuerdo, Qué cursi eres.

—Cursi, pero sincero —respondió Jeon, dándole un guiño que hizo que el castaño desviara la mirada de nuevo.

Un rato más tarde, cuando ambos bowls estaban casi vacíos, Jungkook se inclinó un poco hacia él. —Entonces, ¿trato hecho? Después de tus exámenes, el jueves, parque de diversiones. Solo tú y yo.

Taehyung lo miró un segundo antes de sonreír. —Trato hecho.