Durante siglos, la luz y la oscuridad han estado dividida tanto física- por barreras , barrotes y candados impenetrables que resguardan los dos poblados del enemigo- como mentalmente-el odio mutuo entre las dos especies: Vampiros y Daywalkers. La e...
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Narrador
Nova estaba apoyada contra la cama. Las sábanas estaban hechas un lío al final del colchón, la almohada estaba tirada en el suelo , un montón de hojas estaban dispersas por toda la cama y un cuaderno celeste destacaba entre todo el caos. Esa libreta no sobresalía por su color sino por lo que contenía dentro de ella. Palabras tachadas, discursos diplomáticos, listas, cartas, deseos, garabatos y frases repetidas tantas veces con desesperación. Y una palabra en especial... Tachada y escrita tanta veces que incluso había llegado a traspasar algunas páginas... Victor...
Las lágrimas brotaron de los ojos de la diurna sin su permiso y con ello una especie de resplandor... Una luz cegadora... Un brillo especial que acompañaba a cada gota. Lágrimas doradas, sobresaliendo de su rostro como oro líquido. Muestra de que la chica ya había llegado al límite.
Nova no sabía por qué había dejado entrar al vampiro en el estado en el que estaba. Tendría que haberlo echado y que no la hubiese visto de esta manera. Lo iba a aullentar... Y una parte de ella esperaba hacerlo. Que la viera en este estado y se diera cuenta de que ella no valía la pena... Que era una figura rota con una máscara puesta para que no vieran sus defectos, fallos y deseos prohibidos. Que no era la líder perfecta que todos veían.
-sé que no debería estar aquí...-empezó a excusarse el vampiro mientras entraba pero se calló al ver a la rubia.
Seguía sentada en la cama con algo entre sus manos y en el momento en el que se dio la vuelta para mirarle, Victor pudo notar que la Daywalker estaba llorando.
Se acercó con preocupación pero lo más rápido que pudo sin pretender asustarla ni aullentarla. En el momento en que llegó a ella, el chico se puso de rodillas- para quedar a la altura de la rubia- e intentó agarrarle la mano.
-¿qué te ha pasado, Nova? -le preguntó preocupado y con un tono suave. Invitándole a que le contara lo que le había ocurrido-¿alguien te ha dañado? -apretó la mandíbula ante ese pensamiento.
La diurna negó con la cabeza mientras intentaba, en vano, limpiarse las lágrimas que brotaban de sus ojos.
-será mejor que te marches- dijo la chica a la vez que trataba de recoger todos los papeles que estaban desperdigados .
Si ella hubiese sabido que el que había llamado a la puerta era Victor...
-no puedo marcharme estando tú así- se negó a seguir la petición de la rubia- no quiero.
Nova levantó la vista solo un instante para luego volverla a dirigir hacia el desastre que ella misma había formado.
-vete porfavor- susurró sin atreverse a mirar al chico.
-¿y dejarte así? Ni lo sueñes- su respuesta fue tranquila y sincera.
La chica se atrevió a mirarle y esta vez, no apartó su vista de él. Sus ojos , llenos de lágrimas todavía, lo analizaron. Buscando algo que le explicara por qué el vampiro no se había marchado cuando ella se lo había pedido en un principio.
