Prólogo.

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Tres años antes de que Yoongi y Jimin se conocieran.

Aquel parecía ser un miércoles cualquiera, los coches circulaban por las calles con demasiada prisa y los transeúntes caminaban igual de estresados que siempre; todo era como cualquier otro día en la capital de Corea del Sur, sin embargo, no para todos era un día normal.

Yoongi, un muchacho de 21 años que corría por la acera esquivando gente a las siete y media de la tarde, sentía que iba a estallar de felicidad en cualquier momento. Y es que ese chico de pelo castaño que parecía pasar desapercibido para todos, celebraba hoy cinco años con la persona de la que estaba enamorado. Sentía que su corazón daba saltos de alegría, ni siquiera era capaz de procesar lo feliz que estaba en aquel momento, con cada paso que daba estaba más cerca de la casa de Dohyeong y eso le hacía sentir mariposas en el estómago.

Llevaba más de dos meses preparando una sorpresa para su novio, incluso había hecho una reserva en uno de los restaurantes más caros y famosos de la ciudad. Se había gastado más dinero del necesario en un regalo—su cartera lloraba todavía por aquello—, y había hablado con el grupo de amigos en común de ambos para que le ayudasen con una sorpresa al final de la noche.

Si todo salía como lo habían planeado, Yoongi estaría prometido al día siguiente con el amor de su vida.


A las ocho en un punto estaba parado frente al edificio en el que vivía Dohyeong, cogió aire varias veces y se secó el sudor de la frente; incluso si el clima era frío aquel día, él había salido corriendo desde su casa y su cuerpo no estaba acostumbrado a tanto ejercicio físico repentino. Cuando se sintió preparado, empujó ligeramente la puerta del portal, sabiendo que llevaba meses rota, y se acercó a paso ligero al ascensor. Las puertas se abrieron enseguida, dejando ver a una mujer de mediana edad saliendo acompañada de una niña pequeña, la señora al verle negó ligeramente con la cabeza pero no dijo absolutamente nada.

Yoongi la reconoció enseguida, era la vecina de enfrente de Dohyeong y al parecer tenía algún problema con Yoongi, ya que siempre que le veía se le quedaba mirando con la misma cara, como si ella supiera algo que él no, pero nunca le decía nada y él no se atrevía a preguntarle para no ser descortés.

Sin pensar más de la cuenta en aquello, el castaño se subió rápidamente al ascensor y pulsó el número cuatro. Estando allí subido, esperando pacientemente a que el viejo ascensor llegase a su destino, se dio cuenta de que realmente estaba muy nervioso, pero él sentía que todo merecía la pena si así podía pasar el resto de su vida con el hombre que amaba y que le había ayudado a ser una mejor persona. Las puertas del ascensor no tardaron en abrirse, volvió a suspirar y con rapidez salió de allí, directo a la puerta de la casa de su novio.

Llamó un par de veces, dando saltitos sobre sus propios pies, pero nadie contestó. Esperó durante unos largos veinte minutos, incluso la vecina de Dohyeong volvió a aparecer, esta vez Yoongi decidió hablarle.

—Disculpe, ¿sabe si Dohyeong está en casa? —La mujer le miró con pena, de nuevo parecía que sabía demasiadas cosas que él no.

—Cuando yo me fui, él acababa de llegar... con un chico. —Aquella fue la única respuesta que recibió antes de que ella desapareciese junto a su hija dentro de su propia casa.

¿Con un chico? Eso es imposible. Yoongi se mordió el labio nervioso mirando la puerta, él tenía las llaves de la casa de su novio pero sentía que entrar sin avisar era invadir su privacidad. Dio varias vueltas en el rellano, intentando aclarar sus pensamientos, hasta que al final decidió darle uso a las llaves, diciéndose a sí mismo que quizás Dohyeong se había quedado dormido y si seguía esperando allí parado iban a perder la reserva en el restaurante.

Lo primero que vio al abrir la puerta del apartamento fue ropa, ropa tirada por todo el salón. Unos pantalones sobre el sofá, una camiseta en el suelo, unos zapatos tirados a un lado del pasillo... El castaño tragó saliva y siguió caminando en dirección a la habitación de Dohyeong, sintiendo una leve presión en el pecho que iba cada vez a más conforme se iba acercando, debido a unos suaves sonidos que provenían de la puerta al final del pasillo.

No necesitaba acercarse más para saber lo que estaba sucediendo allí dentro pero sí necesitaba verlo, solo para que ninguna parte de sí mismo pudiese defender a Yang Dohyeong, la persona que estaba engañándole el mismo día en el que él había pensado pedirle matrimonio, el día en el cual cumplían cinco años de relación.

De pie en medio del pasillo, con la vista fija en la escena que tenía delante y el estómago revuelto, Yoongi dejó escapar el único pensamiento coherente que tenía en ese momento, haciendo que ambos chicos se asustasen y le mirasen alterados, sobre todo su ahora ex novio.

—Hay una reserva a nombre de Min Yoongi en el restaurante ese al que tenías tantas ganas de ir, es a las diez así que si termináis rápido quizás os dé tiempo a daros una ducha e ir allí. Por cierto, Donhyeong, cuando veas a tus amigos entrar al restaurante diles que eres un cabronazo y que se suspende el plan. —Se dio la vuelta dispuesto a irse, pero antes siquiera de poder dar un paso, volvió a girarse y sacó una cajita de terciopelo del bolsillo de su pantalón.—Feliz aniversario, imbécil. —Y dejó la cajita tirada en el suelo de la habitación.

Salió corriendo del edificio y siguió hasta que sus piernas no pudieron más, acabó tirado de rodillas en medio de la acera, la gente pasaba a su alrededor sin percatarse en el chico al que le costaba respirar y no dejaba de llorar. Estuvo demasiado rato ahí tirado, pero le era imposible levantarse del suelo porque ni siquiera era capaz de conseguir calmarse. De la nada, haciéndole dar un pequeño saltito, sintió unas manos alrededor de sus brazos que le ayudaron a ponerse de pie; un chico de pelo negro y ojos curiosos le miraba como si estuviese viendo un fantasma.

—¿Necesita ayuda? —Yoongi negó rápidamente y se secó las lágrimas lo más rápido que pudo.

El chico se fue poco después de asegurarse de que Yoongi podía por lo menos respirar, y él se quedó allí parado, en silencio, sintiendo como su vida se había hecho pedazos tan rápido que ni siquiera se sentía capaz de asimilarlo.








n.a: el fanfic fue publicado originalmente el 7 de agosto de 2015.
se menciona una pareja secundaria (2seok, hoseok x seokjin).

good boy. ☹ yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora