❝ TaeYong y Chittaphon son tatuadores con estilos opuestos: uno oscuro y rudo, el otro colorido y delicado.
Con sus estudios frente a frente, su rivalidad parece inevitable, pero entre pullas y diferencias, descubren que el arte y el amor pueden enc...
El timbre de la puerta suena cuando Chittaphon entra a su estudio de tatuajes, un pequeño local iluminado con luces cálidas y paredes cubiertas de dibujos coloridos. Su cabello rosado brilla bajo la luz del sol que entra por el ventanal, y sus ojos marrones recorren el lugar con satisfacción. Otro día de trabajo comienza.
Al otro lado de la calle, TaeYong se recarga contra el marco de la puerta de su propio estudio, observando a su vecino con una expresión indescifrable. Su tienda es la antítesis de la de Chittaphon: paredes oscuras, luces tenues y un aura que intimida a los curiosos. Sus tatuajes cubren su cuello y sus brazos, diseños complejos y oscuros que contrastan con la suavidad de Chittaphon.
Desde el primer día en que Chittaphon abrió su local justo frente al suyo, TaeYong sintió que su presencia era una provocación. Y al parecer, Chittaphon piensa lo mismo de él. No han intercambiado más de unas pocas palabras, pero las miradas que se lanzan a diario son suficiente para que todos en la calle asuman que son rivales.
Hoy no es la excepción. Cuando Chittaphon alza la vista y lo ve parado ahí, no puede evitar fruncir el ceño.
──¿Me estás espiando otra vez? ──pregunta, cruzándose de brazos.
TaeYong suelta una risa seca y niega con la cabeza.
──Claro que no. Solo estaba pensando en cómo un estudio de tatuajes con dibujos de conejitos sigue abierto.
Chittaphon entrecierra los ojos.
──La gente tiene gustos variados, ¿sabes? No todos quieren tatuajes de demonios y calaveras.
──Los míos tienen más detalle ──replica TaeYong, arqueando una ceja.
──Los míos tienen más alma ──contesta Chittaphon sin titubear.
El silencio que sigue es breve, pero cargado de tensión. Sin embargo, ninguno de los dos puede ocultar el brillo de diversión en sus ojos.
Chittaphon resopla y gira sobre sus talones para entrar a su tienda, pero no sin antes añadir: ──Si algún día quieres un poco de color en tu vida, ya sabes dónde encontrarme.
TaeYong observa cómo desaparece en su local y, sin darse cuenta, sonríe levemente. La fiesta de su supuesto conflicto apenas comienza.
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