No dormí.
Y ni siquiera puedo decir que lo intenté.
Me quedé recostada junto a Amelí, escuchando el leve sonido del reloj en la pared,el tic tac que parecía más un recordatorio constante de que el tiempo avanzaba,y yo no podía. A cada minuto sentía como el cuerpo me pesaba más,quizá no por agotamiento físico, sino algo más por dentro que me arrugaba el alma.
Cerraba los ojos y como si de un imán se tratara los recuerdos volvían a mi mente; los gritos de Anxel, su mano alzándose hacia mí como si fuese una desconocida para el, la expresión de Amelí presenciando todo y su grito lleno de miedo.
Dormir no era una opción,no cuando aún tenía esa sensación de que todo podía volverse a partir en cualquier momento.
Lloré..si lloré,no por exagerada pero no aguantaba contenerme un segundo más.
Pero cuando la luz comenzaba a filtrarse por la ventana sabía que debía parar. Solo me pasé las manos por las mejillas limpiando mis lágrimas,y me levanté,no podía derrumbarme por algo así,no cuando tengo a mi cuidado a mi hermanita pequeña,no puedo.
Me duché y me aliste antes de despertarla. Fui a la cocina y puse a calentar agua para hacerme un café. Tomé el cambio de ropa de Amelí y su cepillo. Me obligue a sonreír en cuanto escuché a sus pasitos venir hacia la cocina.
—Buenos días mi amor–dije dándome la vuelta para verla– ¿Dormiste bien?
Ella solo asintió con su cabecita despeinada,corrió hacia mí y se abrazó a mi cintura,se aferró más de lo normal,yo no dije nada, porque lo entendí. Ella había sentido ese mismo miedo anoche,no era tonta,nunca lo fue.
La alcé y la senté en una de las sillas altas,le serví su leche tibia y mientras le desenredaba sus ricitos ella preguntó;
—¿Anxel está enojado con nosotras?
Me quedé en silencio...esa pregunta no me la esperaba,pero tampoco me sorprendía.
—No,amor. Anxel....Anxel solo está confundido,a veces los adultos no saben como manejar lo que sienten.
Ella frunció la nariz.
—¿cómo cuando yo quería pintarle una barba y bigote a Dina y no me dejaste?.
Sonreí,a pesar del nudo que se empezaba a formar en mi garganta.
—Algo así. Pero a veces los adultos se equivocan más feo.
Ella no dijo nada más,solo volvió a centrar su atención en su vasito con leche. Yo la observé en silencio mientras la vestía. Cada movimiento que hacía era como poner una pieza en su lugar, como recordándome que tenía que sostenerme por ella.
Por nosotras.
Ya la había terminado de vestir. Su blusita de flores tenía un bordado en el cuello,uno que le gustaba porque parecía de princesa. Se había dejado poner las mallitas de color durazno sin protestar, quizá porque notaba que no no estaba del todo de humor. Aún así,en cuanto comencé a abrocharle sus zapatos me sonrió con esa dulzura suya que me hacía olvidar por completo la realidad.
Termine de ajustarle los zapatitos y le acaricié el tobillo con suavidad. Ella rió bajito,como si eso le hiciera cosquillas.
Me desencorvé lentamente, sintiendo el peso del cansancio en mi cuerpo. No había dormido casi nada. Solo dando vueltas en la cama. repasando una y otra vez aquella escena en la parada del autobús; la mirada furiosa de Anxel que ya conocía, sus gritos, sus jalones bruscos, el dolor, el miedo,la impotencia......y luego Viktoria irrumpiendo como un relámpago.
Después,su mirada en la cocina.
Su respiración junto a la mía.
El silencio en el que todo se detuvo por un instante.
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Version incompleta
Fantasy"Porque todos tenemos una versión incompleta,la suya podría romperle el corazón, o completarla" no todo el mundo muestra su historia completa. y no todo el mundo está listo para leer la de alguien más.
