—Tuyo —Taehyung echó la cabeza hacia atrás del placer, gimiendo en voz alta cuando Yoongi comenzó a ir más rápido—. Más, más.

Poco a poco, sumido en su propia fantasía, es capaz de perder el conocimiento del tiempo. Pasa un minuto, hasta que Taehyung es depositado en la cama matrimonial. Es cuando finalmente, después de analizarlo, sabe que va a a pasar.

Con una imagen tan bonita debajo de él, Yoongi comienza a desvestirse. El alfa se quitó la camisa de la pijama y Taehyung, en silencio, se deleitó con la mirada sombría de Yoongi. Un cuerpo poderoso, peligroso y forjado tras años de entrenamiento militar. Lleno de cicatrices que mostraban cuántas veces había ganado. La expresión en el rostro de Taehyung le decía que su omega estaba contento de estar con un alfa que podría darle lo que necesitaba. Ser proveedor, amarlo y darle una familia.

Yoongi se apartó para bajarse los pantalones lo más rápido posible, y Taehyung, como era de esperar, quedó en silencio, encantado con el rumbo que estaban tomando.

—Listo para ser mío —le dijo con suavidad, bajándose los pantalones de la pijama—. Para llevar a mis cachorros, lleno de mis bebés.

El gemido de Taehyung comenzó a la idea de terminar preñado. Llevar en su vientre después de esta noche a los bebés de alfa. Llenar la mansión de niños con los mismos ojos y mejillas que Yoongi.

Taehyung continúa con el sentimiento de anhelo, más claro y presente al ver por primera vez el pene del alfa. Dura, goteando con pre-semen y sumamente apetitoso. Por un instante, se quedó sin palabras, pero no duró mucho. Se puso de rodillas y extendió la mano hacia Yoongi, quien permitió que Taehyung lo jalara hacia adelante desde su cuello.

Con un gruñido bajo, agarró a Taehyung y lo colocó exactamente en medio de la cama.  Luego lo sujetó por los tobillos y lo giró hasta que quedó tendido a lo largo para bajarle los últimos restos de ropa. Yoongi se montó sobre él y lo besó de nuevo, con fuerza y posesión. Sentía como si ardieran en llamas por todas partes donde tocaban su piel desnuda, algo que, para Taehyung, tenía que estar en todas partes. En cuanto su alfa se tumbó encima de él, el omega lo rodeó con sus piernas, buscando fricción y contacto más ardiente.

Un sentimiento extraño dirige la atención de Taehyung hacia sus regiones inferiores mientras siente a su esposo comenzar a introducir suavemente un dedo calloso. La sensación de ardor y dolor lo hace sentirse tenso, pero también un placer inmediato.

Al notar la incomodidad de Taehyung, el hombre se agacha y toma su pezón erecto entre sus finos labios, succionándolo con fuerza, provocando un gemido en ambos.
El omega intenta asimilar la sensación del grueso dedo del hombre deslizándose más profundamente en su entrada.

Curvando su dedo, el alfa usa la placentera distracción momentánea para insertar lentamente otro dedo, haciendo que Taehyung se estremezca, lo que a su vez obliga al alfa a usar su mano desocupada para empujar la cadera del omega hacia abajo.

El sonrojo de Taehyung se intensificó al sentir salirse y rozar los dedos de Yoongi sobre su húmedo e hinchado agujero, provocando un gemido entrecortado de sus labios mordidos, llamando la atención de Yoongi por como había reaccionado.

Al percibir su aprobación, Yoongi se ríe levemente, usando sus pálidas manos para abrir de extremo a extremo las piernas de Taehyung flexionadas, exponiendo completamente a su omega a sus ojos hambrientos. Los dos húmedos cubren a Taehyung, mientras la vergüenza lo invade. La mirada acalorada de su esposo es demasiado para su corazón palpitante, mientras Yoongi le mira descaradamente entre sus piernas.

—Tendré mucho que enseñarte — Taehyung sonrió entre gemidos, viendo tímidamente al alfa ante la confesión —, día y noche moldeándote.

—Eres mi perdición, Taehyung —le murmuró el alfa contra sus labios, sus ojos serios recorriendo cuidadosamente el rostro del omega—. Pero estás aquí, siendo mío para siempre.

La respuesta de Taehyung fue rodear su cuello con sus brazos y tirar de él hacia abajo para un beso lento y sensual, alejándose más rápido de lo que a Yoongi le hubiera gustado antes de fijarlo en una pequeña sonrisa. Esa reacción fue suficiente para Yoongi, mientras se alineaba en su entrada.

Yoongi lo besó, antes de introducir suavemente la punta, sintiendo cómo el músculo tenso de su entraba se tensaba ante la intrusión. Taehyung respiró entrecortadamente, gimiendo como respuesta de no saber describir sus emociones. Con una lentitud agonizante, Yoongi finalmente tocó fondo, respirando hondo y apretando los ojos de placer. Su ritmo cardíaco se aceleró y le costó un poco controlarse ante el largo y bajo gemido de Taehyung al sentirse tan lleno.

Dándole tiempo a Taehyung para adaptarse.  Yoongi le besó los labios con fuerza para no ceder tan rápido a su instinto y esperando que Taehyung marcara el ritmo.

—Yoongi, ah —dijo Taehyung, bajando las caderas de nuevo y provocando una silenciosa maldición de Yoongi cuando encontró su mirada—. ¡Ah! más.

Yoongi gimió, inclinándose y besándolo con poca delicadeza antes de retirarse y mover sus caderas hacia adelante, un gemido de sorpresa salió de la boca de Taehyung.

Enterrando su cabeza en el cuello de Taehyung, Yoongi extendió una mano hacia atrás para enganchar la pierna de Taehyung alrededor de su cintura, empujándose aún más profundo y golpeando en un nuevo ángulo que lo hizo rozar la próstata de Taehyung, arqueándose hacia él.

Duele respirar, moverse mientras Yoongi empuja dentro de él. Embestidas largas y constantes que lo intimidan. Lleva la base de la palma de su mano a pene, presionando con fuerza para evitar venirse. Taehyung hunde la cara en la almohada, el pecho se estremece por el esfuerzo. Yoongi acelera el paso, aferrándose a la cadera de Taehyung con un agarre implacable, los dedos clavándose en su clavícula.

Taehyung no puede hacer nada más que cegarse como Yoongi embiste dentro de él, caricias hambrientas que besan su entrada, cada vez, manchando su trasero. Puede sentirlo todo, cada nervio de su cuerpo gritando y disparando mientras lucha contra su propio cuerpo. Hay un impulso, ahí, de apretar la polla de Yoongi. Esto llega como una sorpresa, el deseo ardiente y retorcido que sigue, pegándose a él a pesar de su predicamento. Sus paredes se estremecen con la desesperada necesidad de aliviarse, de soltarse. El pensamiento errático y peligroso cruza su mente, que esto se asemeja tanto a las sensaciones, corriéndose en las manos de Yoongi y dejando que su semen se quede entre su vientre y las manos de su alfa.

—¡Yoongi! —el nombre salió de él más fuerte de lo planeado, pero no tuvo tiempo de avergonzarse antes de que su alfa volviera a golpear ese punto, haciéndole ahogar un gemido, mientras sus dedos se hundían aún más fuerte en su espalda—. Tú nudo, alfa. Bebés.

El labio inferior de Taehyung estaba entre sus labios, sus ojos estaban entornados y su rostro estaba sonrojado, y Yoongi no creía haber visto jamás una vista más hermosa. Taehyung iba a ser suyo. Esa noche, Taehyung sería finalmente suyo.

Yoongi podía sentir las piernas de Taehyung temblando a su alrededor, y sabía que pronto estaría por estallar. La base de su pene se engrosaba, aferrándose al ano de Taehyung con cada embestida. Lo había olvidado, ni siquiera lo había considerado, pero eso no importaba ahora.

El nudo de Yoongi se cerró de golpe y se quedó allí, estirando a Taehyung de forma imposible. Un hecho inevitable ahora. Tras un par de respiraciones, sabía que finalmente había pasado. Taehyung era suyo. Su omega oficialmente. Quién llevaría a sus cachorros.

Con cuidado, Yoongi introdujo los dientes del cuello de Taehyung, y lamió la herida con suavidad. Yoongi rozó su cabeza con la del omega y luego se tensó, al liberarse otra descarga de semen.

Ahora estaban conectados físicamente y sentimentalmente, no había manera de huir o deshacerse del futuro.

El alfa besó lentamente los labios de Taehyung. El omega le devolvió el beso con suavidad, suspirando sin aliento cada vez que el alfa lo acariciaba. Taehyung se sintió feliz, pensando cuando el nudo diera sus frutos nueve meses después, encantado  acurrucándose en el pecho de Yoongi ante la idea. Parecía saciado, por ahora. Pero el alfa sabía que esto era solo un breve respiro. El calor de Taehyung le exigiría acción de nuevo, por al menos, dos días más.

Tuyo —murmuró Taehyung. Un hecho simple, una afirmación suficiente para brindarle seguridad—. Mi alfa.

Yoongi sonríe de acuerdo, afirmando que Taehyung, desde ahora, era todo suyo.


















©Yoonxtaem

About time › YoontaeOnde histórias criam vida. Descubra agora